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La presión social por alcanzar la delgadez es altamente riesgosa, ya que se propone como modelo ideal y exitoso a una imagen delgada cuasi desnutrida. A su vez se ofrecen también dietas variadas con promesas mágicas en breve tiempo, sin control de un profesional especializado.
La Bulimia se caracteriza por alternar períodos de restricción alimentaria, con episodios de ingestas copiosas, seguidos por vómitos autoinducidos y por el uso de laxantes y/o diuréticos.
Es muy difícil detectarla ya que en la mayoría de los casos no existe un bajo peso significativo, como en el caso de la anorexia nerviosa. El bulímico esconde su proceder, y frente a los demás actúa normalmente o hace dieta, y ese secreto es un arma mortal. El temor obsesivo a engordar de muchas personas, estimula y promueve la búsqueda de prácticas de control de peso tales como la restricción calórica o dietas estrictas, que conducen a la inanición si son 'exitosas', o al atracón como reacción fisiológica natural para compensar la privación. Ahora bien, luego del atracón, la persona siente remordimiento y deseos de anularlo por el temor a engordar, con lo cual busca distintos recursos como el vómito, laxantes, diuréticos, hacer ejercicios, etc. para contrarrestarlo. Con respecto al atracón, es típico que sea secreto y a escondidas, la comida es tragada rápidamente sin saborearla, y generalmente son hidratos de carbono. El atracón es un paradójico medio para aliviar un malestar emocional, que puede tener diferentes orígenes: enojo, ansiedad, aburrimiento, depresión, etc. "Paradójico" por que lejos de solucionar el problema contribuye a perpetuarlo, pues rompe el circuito natural hambre-comida-saciedad, introduciendo a la persona en el círculo vicioso restricción-atracón-vómito.
Los signos visibles característicos de la Bulimia son:
* Preocupación persistente por la silueta y el peso, * Cortar los alimentos en trozos grandes, * Comer rápidamente casi sin masticar, * Visitas al baño después de comer, * Vómitos auto provocados ("me dolía la panza", "la comida me cayó mal"), * Derrames en los ojos, * Deterioro o pérdida de piezas dentarias, * Exceso de sueño, * Oscilación del carácter entre la euforia y la depresión, * Irritabilidad, entre otras. Ante la presencia de tres o más signos, consulte rápidamente a un profesional. No olvidemos que la detección temprana facilita la recuperación.
Reflexionemos seriamente porque el alimento es lo que nos permite vivir, al igual que el aire y el agua, por lo tanto el no comer o el vomitar es una manera de suicidarse...
¿Qué modelo queremos trasmitir, el de estar flaco a costa de la propia vida? ¿Hay que morir para estar a la moda? ¿A alguien se le ocurrió dejar de respirar para adelgazar?
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