Sin reparar en las antiguas concepciones de los estudiosos acerca de la naturaleza de los Chakras, vamos a llevar a un plano más práctico la verdadera esencia de su utilidad.

Más allá de una mera relación con las glándulas endócrinas como centros de energía, vamos a considerar los Chakras como centros de conciencia mental.

Las ideas de los Chakras como si estuviesen ubicados en el cuerpo y relacionados a las funciones de las glándulas deben quedar definitivamente desautorizadas.

Y si bien el pensamiento puede actuar sobre el cuerpo y sobre las glándulas endócrinas, este control no lo relaciona a uno con la frecuencia de la Conciencia Cósmica que radia de los centros que se forman en el proceso creativo del Entrenamiento Iniciático, ya que la concentración en el cuerpo produce conciencia corporal, en tanto que la meditación en lo Universal produce un alejamiento de lo corporal para situarlo a uno en un plano paralelo al del Universo.

Desde el punto de vista de la energía cualquier punto del espacio puede volverse un Chakra, ya que las energías van a polarizarse allí donde hay una porción de conciencia que pueda asimilar sus funciones trascendentes.

Y estos centros de energía mental se tornan las baterías en las cuales se acumula el fluido Universal, energía que llevada a un plano Individual, puede ser manejada para producir fenómenos que escapan a las facultades mecánicas de los seres.

Los Chakras se forman en una dimensión del pensamiento en que la percepción de la energía unida a la propia Idea por un acto creador y mágico pueden iluminar la razón y el Intelecto. La razón y el intelecto que actúan en la meditación que concentra energía eterna en una porción de la conciencia Individual, pueden llamarse definitivamente; los únicos medios fidedignos desde los cuales el razonamiento surge como un fulgor de vivencia que el intelecto atrapa intuitivamente sin pasar por el clásico proceso de la memoria.

De modo que los Chakras son en definitiva, grandes centros de energía mental, en los cuales el pensamiento como mediador entre el individuo y el universo puede acumular infinitamente energía conciente, para iniciar un viaje secreto por el sendero de la Kundalini.