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   “CALLA, CALLA, ASÍ ELLOS PUEDEN”

Con motivo de la Construcción en Buenos Aires de un
Hotel Gay 5 Estrellas en el Barrio de San Pedro Telmo

   [Santa María de los Buenos Aires, año 2006 de nuestra Redención, más cerca del Apocalipsis que ayer.
   Dedicado con verdadera caridad cristiana a los que dicen ser Pastores de una grey que fue católica.]

 

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            Decía Voltaire: “Miente, miente, que algo queda”

            Podría decir hoy: “Calla, calla, así ellos pueden”

            Quedará Ud. tal vez espantado de los párrafos que preceden; no sé si el espanto tenga origen en el hotel que han de construir con todas las legales aprobaciones del gobierno de Santa María de los Buenos Aires, hotel que bien podrían un día usar sus hijos, o quizás el espanto nazca de una impresión cierta de absoluto abandono de parte de aquellos que debiendo defender a las almas cristianas no lo hacen.

            Para unos el maricón es un enfermo, para otros un degenerado, para muchos alguien que hace lo que quiere con su vida privada. Si es privada ¿Por qué nos enteramos? Si es tan privada ¿Por qué necesitan un hotel conocido? Si es privada ¿Por qué se juntan legalmente ante pulcros funcionarios inescrupulosos para los que vale más el puesto que la honra?

            Capaz que es enfermedad. Si lo fuera ¿No necesitarían más vale un hospital antes que un hotel? Si enfermedad, ¿Cómo es que enferma a otros sin que medie el contagio, la bacteria o el virus (a no ser el del sida)? Dirá Ud. que dicen que no es enfermedad física sino psicológica o psiquiátrica. En ese caso ni hotel ni hospital sino loquero. Y además la locura tampoco es clínicamente contagiosa.           

            ¿No contagia? ¡Cómo que no! Nadie hace de maricón solo, y que yo sepa parece que son hombres que buscan hombres y mujeres que buscan mujeres. En dicho caso ni los hombres, ni los jóvenes, ni los niños podrían sentirse seguros porque serían buscados y buscados sin querer ser buscados ya que lo normal es que hombres con mujeres y mujeres con hombres.

             ¿Qué confianza inspiraría un médico, un maestro o un sacerdote que fuera así? ¿Por qué entonces (si no es algo malo), hacen películas de curas mujeriegos o maricas para dejar por el piso a los curas? Porque en un cura ser marica o mujeriego sería un asco; es la antítesis misma de lo que dice y predica o debiera decir y predicar.

El mundo insulta a los sacerdotes y los desprecia si son maricas. Pero ese mismo mundo considera legales y legítimas las "uniones" de maricas. Ese mundo les hace hoteles alojamiento o albergues transitorios sabiendo bien que relaciones tales merecen sólo lugares cuales. Hay "amores" que sólo saben expresarse en un garito, tan inocentes que necesitan usar de algo para evitar el contagio. 

Ni cosa privada ni enfermedad inocente.

Cosa sí, pero cosa degenerada.

-¡Ud. discrimina! No Señor. Al pan pan y al vino vino. Bastaría citar la Biblia en el Libro del Génesis capitulo 19, versículo 1 y lo que pasó con aquellos habitantes de las cinco ciudades pecadoras, ya que eran cinco y de las cuales nos quedaron cuatro de sus nombres: Sodoma, Gomorra, Adama y Seboim (Deuteronomio cap.29, vers.23)

¿Por qué destruyó Dios aquellas ciudades? Dice el Apóstol San Judas Tadeo en el versículo 7 de su Epístola: "Así como Sodoma y Gomorra y las otras ciudades costeras fornicaron por igual yendo tras otra carne (ajena a la que podían buscar), fueron ejemplo sufriendo la pena del fuego eterno." 

¿Eran cosas malas? Contesta el profeta Ezequiel refiriéndose a los pecados de aquellos primeros sodomitas "Hicieron cosas abominables en mi presencia y las quité de en medio como viste (Ezequiel cap. 16, vers. 49). Y el mismo San Pedro: "Libró al justo Lot oprimido de la injuria y de la vida lujuriosa de los hombres malos (II San Pedro cap. 2, vers. 6)

¿Le parece poco? Dice Jesucristo mismo: “Llovió fuego y azufre del Cielo y a todos perdió” (San Lucas cap. 17, vers. 29)

-Señor, pero eso dice la Biblia, ahora vivimos en “otros tiempos”.

          ¿Le parece que son otros tiempos? Dice también Nuestro Señor Jesucristo aplicando el castigo de Sodoma al fin de los tiempos: “Así será cuando aparezca el Hijo del Hombre” (San Lucas cap. 17, vers. 30)

-Señor, de acuerdo, pero yo no creo en eso.

Bien, ¿Y los gobernantes? ¿No juraron sobre los Evangelios? ¿No dijeron al hacerlo: “Si así no lo hiciere, Dios y la Patria me lo demanden”? ¿Sabían que Jesucristo en el Evangelio condenó a Sodoma, es decir, a los sodomitas y a sus costumbres inmorales, las mismas ayer que hoy? ¿Sabían que al jurar juraban por lo allí escrito y enseñado?, por lo allí mandado y condenado? Grave sería si no lo sabían. Más grave si sabiéndolo no lo cumplen.

Aún así, son gobernantes. Claro que tendrán su juicio y tendrán su paga. Porque quien más sabe o más tiene más debe.

Pero ¿Son los únicos que habrían de defendernos? ¿No hay nadie más? ¿Nada obliga a Obispos y Sacerdotes?

¿Para qué tiene la Iglesia Obispos y Cardenales, Papas y sacerdotes?

Son vigías, custodios y pastores. “Cuida de Ti y de la Doctrina”, dice San Pablo en su 1ª. Epístola a Timoteo (cap. 4, vers. 16). Cuida de Ti porque debes ser bueno y virtuoso, ejemplo para otros, luz en las tinieblas, roca firme en la confusión reinante, faro de verdad entre tanto parloteo inútil. Cuida de la Doctrina porque es Mi Verdad, la verdad de Dios. Si Cristo Nuestro Señor dijo: “Yo soy la Verdad”, es sagrada entonces y verdaderísima aquella doctrina que el clero debe enseñar, como eminente la virtud que debe tener.

¿Por qué tal silencio? ¿Por qué hablar de todo menos de Dios?

¿No hay un Obispo capaz de repetir a los hombres la Verdad de Dios?

¿No les espanta una ciudad, un país, un mundo cada vez más lleno de desórdenes y degeneraciones?

         La inocencia a quedado reducida a pagar el IVA y el Cristianismo, en el mejor de los casos, a dar de comer al pobre.

Los Obispos deben enseñar los Mandamientos y el Evangelio y si los hombres hacen oídos sordos han de gritarlos hasta que los oigan. Está en juego la salvación de las almas si es que acaso les interesa. Parafraseando a un Cardenal que hablara hace algunas semanas, no merecemos ninguna Nación, merecemos menos de lo que tenemos hasta tanto hagamos algo por ella.

Soy sacerdote, pero a veces me pregunto: ¿Todos estudiamos la misma moral? ¿Vale también para todos los sacerdotes? ¿Tienen moral los Obispos? ¿Tienen vocación o la tuvieron alguna vez? ¿Les importan las almas y los derechos de Dios? ¿O Dios no es Persona, o no lo son los que se irán corrompiendo día a día a medida que los vicios y las degeneraciones aumenten? ¿No es derecho de los hombres que les cuiden la inocencia? ¿No hay acaso derecho a vivir como hijo de Dios?

Nadie tiene derecho a elegir lo que contradice su propia naturaleza y su dignidad inicial de creatura de Dios.

¿Temen los Obispos decirlo? 

No sabemos si es ignorancia, que sería vergonzoso.

No sabemos si es cobardía, pues sería humillante.

No sabemos si es vergüenza por lo que podrían echarles en cara. ¡Sabe Dios! 

Quizás sean la fe y la moral de ese cristianismo modernizado y naturalizado que predican. 

Callar los Derechos de Dios y no defender los derechos de las almas,

¿No será negar a Dios?

¡Ave María Purísima!

Mallín Ahogado, 9 de julio año 2006.

Padre Andrés Morello
Sacerdote Católico
c.c. 165 (8430) El Bolsón.Río Negro.

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