LA MENTIRA FUNDAMENTAL:
LA HEREJÍA JUDAIZANTE*

   La bárbara teología que inspiró al Vaticano II y que reproduce, nada originalmente, Wojtyla, está siendo,-repetimos- desde hace mucho refutada por los católicos. Pero en lo que respecta a la herejía judaizante, es preciso poner como base a este comentario a la "oculta historia" de "Su Santidad"* la refutación de la falsedad en la cual Juan Paulo II en especial trata de fundamentar su afirmación de que somos "un único pueblo de Dios" judíos y cristianos. Es esto que dice que "somos hijos de Abraham judíos y cristianos"... "Llamados como hijos de Abraham conjuntamente a la obra de la paz... redundando ello en bendición para judíos y cristianos..." Esta noción de hermandad con el judaísmo la quieren hacer entrar por la fuerza en la mente de los católicos Wojtyla y su secta para inclinar las voluntades hacia el Judaísmo, sabiendo que la inmensa mayoría no es capaz, por falta de conocimientos profundos de la Biblia, de descubrir la GRAN MENTIRA en que se apoya la trama de la invasión de la Iglesia por los enemigos. Esta es, pues, la Mentira Fundamental. Pero he aquí que en este párrafo sobre la descendencia de Abraham, sin tener que entrar en comentarios ad irifinitum, se les puede hacer trizas el argumento, si los católicos aunque no sepan mucho de las Sagradas Escrituras en general, recurren simplemen te al Evangelio. La refutación de la pretendida y mentirosa hermandad por la raza de Abraham está hecha por el mismo Nuestro Señor Jesucristo, cuando los judíos que le rechazaban trataron de fundamentar su rechazo en aquello de que "ellos eran hijos de Abraham". Es bueno conocer todo este pasaje, y exponer el mentís de Dios a los Juanes y Paulos, a los autores del nuevo "Catecismo de la Iglesia Católica" (del que se puede extraer una clase completa o curso de Historia, Doctrina y Culto de Judaísmo), para hacer caer a los católicos, -¿en qué clase de somnolencia diabólica les han sumido?- Veamos:

   El Evangelio es de San Juan, Cap. VIII, 37 y sigo Dice:

   Cristo Nuestro Señor a los judíos que buscaban matarle porque no le reconocían como el Mesías:

   "Sé que sois linaje de Abraham, pero buscáis matarme, porque mi palabra no ha sido acogida por vosotros. Yo hablo lo que he visto en el Padre y también vosotros hacéis lo que habéis oído de vuestro padre. Si sois hijos de Abraham, haced las obras de Abraham. Pero ahora buscáis quitarme la vida, a un hombre que os ha hablado la verdad que oyó de Dios. Eso Abraham no lo hizo. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Dijéronle ellos: nosotros no somos nacidos de fornicación; tenemos por padre a Dios. Díjoles Jesús: Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais a mí, porque yo he salido de Dios; pues yo no he venido de mí mismo, antes es Él quien me ha enviado. ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis oír mi palabra. Vosotros tenéis por padre al demonio, y queréis hacer las obras de vuestro padre, homicida desde el principio... Porque os digo la verdad, no me creéis... ¿Por qué no me creéis? El que es de Dios oye las palabras de Dios. Por esto vosotros no me creéis, porque no sois de Dios".

   ¿Y la palabra de Dios no es válida para siempre? ¿No es válida antes y después del Vaticano II y para siempre? Dice claramente aquí Nuestro Señor Jescristo que "no es por la raza de Abraham por lo que se es hijo de Abraham, sino por el reconocimiento de Cristo como Dios". Aquí lo inaudito, lo nunca antes visto en veinte siglos, es que la Iglesia Católica, mejor dicho, en nombre de la Iglesia Católica, se afirme, para favorecer a los judíos, lo contrario de lo que Cristo enseñó respecto a los judíos que no creían en Él: "que no eran hijos de Abraham porque no le aceptaban". La descendencia de Abraham, es pues, espiritual, por la aceptación de Aquel por quien Abraham fue elegido como "padre de muchas generaciones". Si alguien desea investigar más, consulte a San Pablo. ¿No escribe el Apóstol divinamente inspirado? Dice sobre la descendencia de Abraham:

   "Voy a hablaros, hermanos, a lo humano. El testamento, con ser de hombre, nadie lo anula. Nadie le añade nada. Pues a Abraham y a su descendencia fueron hechas las promesas. No dice 'a sus descendencias' como de muchos, sino de UNA SOLA: y a tu descendencia, que es Cristo. Véase la Epístola a los Gálatas, 1, 13, 2, 16).

   El Jubileo en el Sinaí va a ser fiesta para los judíos, porque de muchos modos será negado Cristo por los católicos. El día de la Encarnación del Verbo fue el día del cual Cristo dijo:

   "ABRAHAM, VUESTRO PADRE, SE REGOCIJÓ PENSANDO EN VER MI DÍA, LO VIO y SE ALEGRÓ" (San Juan Cap. VIII, 56).

   ¡Católicos del mundo, no contendáis con Dios!.. La "iglesia" que irá a celebrar la Encarnación del Verbo al monte sagrado de los judíos, no es la Santa Iglesia de Jesucristo, y lo repetiremos hasta el cansancio. Es una nueva "iglesia" que ya no ofrece dudas por la franca exposición de sus doctrinas heréticas. Es una "iglesia" que ya no "enseña nada". Que reconoce la bondad de todas las religiones y su eficacia para salvarse... Que recurre a sofismas como los del "cristianismo anónimo" para fundamentar una extraña presencia inmanentista y esotérica de Dios y de Cristo en el cosmos y en todo hombre.. Y que particularmente, he ahí el meollo, el arribo, la que era la finalidad, trabajará junto con los judíos por el logro de la paz y la justicia en el mundo. No nos dejó Cristo la paz de los judíos. Nos dejó la Suya propia: "Mi paz os dejo, mi paz os doy, no la doy yo como la da el mundo". Ahora dice la nueva iglesia que se trata de conseguir con los pedazos de todas las creencias una paz igualitaria, una "civilización del amor", que en vista de la suprema libertad de conciencia, no está siendo sino la civilización del amor... propio".

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  • * Comentario a la obra "Su Santidad"(40), B. Kostas, Editorial Véritas, Santa Fe de Bogotá, Colombia, pags. 52-55.