¡Este es el mundo de la Verdad!

En general, cada ser tiene dos o tres dioses protectores. Uno de ellos le ayuda hasta que llegue al Segundo Cielo. Por supuesto que, para poder hacerlo, es necesario tener suficientes méritos.

Cuando usted debe subir a un nivel superior, el dios que le ha ayudado a llegar hasta el Segundo Cielo trata de impedírselo. ¿Por qué? Pues, él mismo sólo puede subir hasta el Segundo Cielo. Si usted sigue avanzando, ese dios seguramente le arrastrará hacia abajo. Así son las cosas en ese mundo. Pero, también usted mismo es así. Supongamos que usted ha ayudado a un hombre a subir en el escalafón. ¿No le dolerá que esa persona ocupe una posición más alta que la suya? Es lo mismo.
El tercer Cielo es el mundo de Emma o Yama que determina la transmigración de los seres. De tal manera, ese cielo no tiene que ver con los dioses protectores. En el Cuarto Cielo -los Cielos de la No Indiferencia- tendrá usted otro dios protector que le acompañará hasta el Mundo Astral, mundo del Cuerpo de Recompensa. En definitiva, en el nivel de Cuerpo de Ser le protegerá el guru de sus vidas anteriores o espíritu protector supremo.

Como vemos, tendrá usted tres dioses protectores. Desde luego, el segundo dios protector, que se encuentra a nivel de los Cielos de la No Indiferencia, no se inmiscuirá en sus prácticas, pues los habitantes de ese mundo son afectuosos y pacíficos. De tal manera, el problema radica en el nivel en que usted se encuentre. Si busca alegrías mundanas no tendrá otro remedio que pedir ayuda al dios protector que le arrastra hacia abajo. Si quiere llegar a los mundos superiores y, en definitiva, alcanzar el Mahayana (Maha Nirvana) tendrá que deshacerse de esos dioses.

¡No permitan que las falsas doctrinas les engañen!