Tomemos, por ejemplo, una naranja. Supongamos que una persona la come la primera vez y piensa “Oh ¡que rica es!” Si aún la primera vez la naranja parece rica, prueben comer cinco, diez, veinte o treinta naranjas en un día. Prueben hacer así cada día. Desde luego, las naranjas les hastiarán ¿No es así?
Lo mismo así, cualquiera que sea la experiencia que reciben ustedes, tarde o temprano se hartarán de ella. Así pasa con el amor, posición en la sociedad, gloria, dinero, etc.
Cuanto mas intensiva es la experiencia obtenida por el humano en este mundo y cuanto mas hay de esa experiencia, tanto mas rápido el humano se cansa de este mundo. Así ocurre porqué la subconciencia humana se satisface completamente. Al fin y al cabo él empieza a pensar que este mundo está lleno de los sufrimientos, que este mundo no es más que una ilusión. Entonces le ocurre un deseo de escaparse de este mundo – mundo de los sufrimientos.
Él empieza a pensar que hacer para salir de este mundo de sufrimientos y al fin le surge un deseo de liberar su alma con ayuda de la práctica espiritual. Es así como empieza humano a practicar espiritualmente.

Libérense de las aberraciones

Ahora, cuando deseamos liberar nuestra alma, surge el siguiente problema – conocer los métodos de la liberación.
Para esto debemos tener la sensación que nuestra alma y nuestro cuerpo físico no es lo mismo. Luego necesitamos tomar conciencia que nuestra alma se distingue del mundo de los sueños, o del mundo Astral. Por fin, necesitamos entender que existe la diferencia entre la conciencia y el alma.
Existen dos métodos que permiten tomar conciencia de esto – el método teórico de comprender y el empírico. Necesitamos los dos. El conocimiento basado sobre la experiencia es la Liberación. Comprensión basada sobre la lógica es la Iluminación. ¿De que manera se puede lograr la Iluminación o la Liberación? Sobre esto hay que pensar.
Imaginémonos a una persona ordinaria y a un sabio. Por ejemplo, la persona ordinaria compró una naranja. Ella la prueba, la naranja le parece rica. Al día siguiente ella compra dos, después tres, cuatro naranjas y las come hasta la saciedad. Las naranjas le hastían, dejan de ser ricas para ella. Luego ella prueba una manzana, come manzanas hasta hastiarse. Después va a bananas. Con las bananas ocurre lo mismo. Evidentemente para el humano, quien repitiendo esto muchas veces no aprende nada, se requerirá mucho tiempo para alcanzar la Iluminación y la Liberación.
¿Y que va a ocurrir con el sabio? Cuando él se sacie con las naranjas, él se preguntará: “¿Porque me he saciado con las naranjas?”. Después él probablemente piense: “Ahora siento que quiero comer una manzana, pero es posible que y las manzanas me hastiaran”. Entonces él decidirá: “Intentaré lo más objetivamente posible examinar el cambio que ocurre en mi alma mientras como las manzanas”. De esta manera él llegará a la comprensión de aquellos cambios que pasan en su alma mientras él come una manzana tras otra.
Como resultado, probando solamente las naranjas y manzanas el adquiere la experiencia suficiente para él de la saciedad. Gracias a tal experiencia de la saciedad él no pasa a las bananas. Él no necesita de eso.
Si en vez de las naranjas y las manzanas se tomara un automóvil, pasa lo mismo. No entiendo muy bien de los autos, pero tomemos, por ejemplo, “Bluebird”, “Skyline” y “Civic”. Al principio ustedes manejan un “Bluebird”. Si se hastían, se sientan en un “Skyline” y después en un “Civic”. Es el mismo proceso que el paso de las naranjas hacia las manzanas y después a las bananas. Lo mismo pasa con respecto a los representantes del sexo contrario. Cuando la conciencia pasa de la muchacha A. a la muchacha B., después pasa a la muchacha C. – es absolutamente lo mismo. ¿No es así?