Lo curioso es que dicha publicación nada tiene que ver con los códigos del artista renacentista, se aleja de ellos tanto como la fantasía de la realidad. En efecto, además de muchos libros de notas y manuscritos que dejó Leonardo, nos legó el "Codex Atlanticus" que se encuentra en la Biblioteca Ambrosiana de Milán y el "Codex Hammer", conocido así por el famosos petrolero que lo adquirío en 1980 y lo vendió quince años después en Christie´s en un precio seis veces mayor. Entonces, una entidad relacionada a Bill Gates pagó por él más de US$30 millones.
Estos códigos fueron escritos probablemente entre los años 1506 y 1510. En el tiempo se encuentran entre "La última Cena" y "La Gioconda". Precisamente, se dice que esta última obra ofrece una síntesis visual del conocimiento científico del artista, recopilado en el "Codex Hammer".
El tema de este libro es el agua, a la que el autor denomina cochero de la naturaleza, y las cosmología. Muchas de la snotas son recordatorias y hacen referencias a un trabajo sobre el agua, del mismo autor, que se ha perdido. Incluye sus teorías de por qué el cielo es azul y de que la luna no es sino el reflejo de la luz solar y que por ello carece de luz propia (Un siglo antes que lo demostrase Galileo). En una parte se niega a revelar a su invento de cómo permanecer bajo el agua, presumiblemente un submarino, porque la maldad de los hombres podría utilizarlo para hundir barcos. En el Clos Lucé en Amboise, en el valle del Loira, donde murió y está enterrado Leonardo, se exhiben cuarenta máquinas que reproducen sus sorprendentes invenciones, algunas de las cuales están descritas en este Codex.
Así como predice descubrimientos que fueron comprobados tres siglos después, como la fuerza del vapor, el libro contiene errores, como cuando sostiene que la luna tiene agua en su superficie. Constituye una revelación de la manera de pensar del autor y de su trabajo artístico e intelectual como pintor, científico, arquitecto, filósofo y físico. Esta coicidencia de tan múltiples aptitudes en una sola persona era corriente en los tiempos del Renacimiento, como apunta Sigmund Freud en un ensayo sobre Leonardo.
El texto de este código, acompañado por dibujos y gráficos explicativos, está escrito "alla mancina", es decir, de derecha a izquierda, para ser leído en un espejo, pues el genio era zurdo. Sabemos que en la educación tradicional que pretendía disuadir a los zurdos, los profesores ubicaban la hoja para escribir inclinada hacia la izquierda, lo cual prácticamente los obligaba a escribir con la mano derecha, o a tener que hacer verdaderas contorsiones para poder hacer la escritura con la mano izquierda. Por ello, desde antiguo, muchos de ellos escribieron de derecha a izquierda ayudados de un espejo.
Sus códigos y manuscritos revelan que Leonardo fue un genio poliforme cuyos límites sólo podemos sospechar, nunca fijar, como decía Burckhardt.
Nota del editor.