OBJETIVO
DE LA GUERRA
El
objetivo de la guerra no es otro que conservar las
fuerzas propias y destruir las enemigas (destruir las
fuerzas enemigas significa desarmarlas o privarlas de su
capacidad para resistir, y no significa aniquilarlas
todas físicamente).
La
defensa tiene como objetivo inmediato conservar las
fuerzas propias, pero al mismo tiempo es un media de
complementar el ataque o prepararse para pasar al
ataque. La retirada pertenece a la categoría de la
defensa y es una continuación de ésta, en tanto que la
persecución es una continuación del ataque.
Hay
que señalar que la destrucción de las fuerzas enemigas
es el objetivo primario de la guerra y la conservación
de las fuerzas propias, el secundario, porque sólo se
puede conservar eficazmente las fuerzas propias
destruyendo las enemigas en gran número.
Por
lo tanto, el ataque, como media principal para destruir
las fuerzas del enemigo, es lo primario, en tanto que la
defensa, como media auxiliar para destruir las fuerzas
enemigas y como uno de los medios para conservar las
fuerzas propias, es lo secundario. Es cierto que en la
práctica de la guerra, la defensa desempeña el papel
principal en muchas ocasiones, mientras que en las demás
lo desempeña el ataque, pero si la guerra se considera
en su conjunto, el ataque sigue siendo lo primario.
Sobre
la guerra prolongada (mayo de 1938), Obras Escogidas, t.
II.
SORPRESA
Sin
preparación, la superioridad de fuerzas no es
superioridad real ni puede haber tampoco iniciativa.
Sabiendo esta verdad, una fuerza inferior pero bien
preparada, a menudo puede derrotar a una fuerza enemiga
superior mediante ataques por sorpresa.
Sobre
la guerra prolongada. (mayo de 1938), Obras Escogidas,
t. II.
GUERRA
Y POLITICA
La
guerra es la continuación de la política. En este
sentido, la guerra es política, y es en sí misma una
acción política. No ha habido jamás, desde los
tiempos antiguos, ninguna guerra que no tuviese un carácter
político. (...)
Pero
la guerra tiene sus características peculiares, y en
este sentido, no es igual a la política en general. La
guerra es la continuación de la política por otros
medios. Cuando la política llega a cierta etapa de su
desarrollo, más allá de la cual no puede proseguir por
los medios habituales, estalla la guerra para barrer el
obstáculo del camino. (...) Cuando sea eliminado el
obstáculo y conseguido nuestro objetivo político,
terminará la guerra. Mientras no se elimine por
completo el obstáculo, la guerra tendrá que continuar
hasta que se logre totalmente el objetivo. (...) Se
puede decir entonces que la política es guerra sin
derramamiento de sangre, en tanto que la guerra es política
con derramamiento de sangre.
Sobre
la guerra prolongada (mayo de 1938), Obras Escogidas, t.
II.
Todos
los comunistas tienen que comprender esta verdad: El
Poder nace del fusil.
Problemas
de la guerra y de la estrategia (6 de noviembre de
1938), Obras Escogidas, tomo II.
LA
VICTORIA
La
victoria de ningún modo debe hacernos relajar la
vigilancia. Quienquiera que relaje la vigilancia quedará
desarmado políticamente y se verá reducido a una
posición pasiva.
Discurso
pronunciado en la Reunión Preparatoria de la Nueva
Conferencia Consultiva Política (15 de junio de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.
Luchar,
fracasar, volver a luchar, fracasar de nuevo volver otra
vez a luchar, y así hasta la victoria
Desechar
las ilusiones, prepararse para la lucha (14 de agosto de
1949), Obras Escogidas, t. IV.
Los
mandos y combatientes de ningún modo deben relajar ni
en lo más mínimo su voluntad de combate; toda idea que
tienda a relajar la voluntad de combate o a subestimar
al enemigo, es errónea.
Un
jefe militar no puede pretender ganar la guerra
traspasando los limites impuestos por las condiciones
materiales, pero si puede y debe esforzarse para vencer
dentro de tales límites. El escenario de acción para
un jefe militar está construido sobre las condiciones
materiales objetivas, pero en este escenario puede
dirigir magnificas acciones de épica grandiosidad.
Informe ante
la II Sesión Plenaria del Comité Central elegido en el
VII Congreso Nacional del Partido Comunista de China (5
de enero de 1949), Obras Escogidas, t. IV. |