La
primera meta en este recorrido puede ser la Reserva Floro Faunística
La Florida. Para llegar a ella, siempre desde el Potrero de los Funes,
hay que ir hacia el norte por la ruta 20 hasta El Volcán y por la
ruta 9 hasta el empalme con la ruta 39. A 5 kilómetros de allí,
ingreso a la localidad de El Trapiche, se encuentra la reserva ubicada
a orillas del embalse La Florida. Es un predio de 340 hectáreas,
protegido por el gobierno provincial, que funciona como estación
de cría de especies autóctonas. Sus objetivos son la realización
de estudios de especies autóctonas y la repoblación, en particular
de especies en vías de extinción. Aquí los visitantes
podrán tomar contacto con cóndores, pumas, ciervos, águilas
y muchas otras especies en peligro.
Retomando la ruta 39 y pasando
por Pampa del Tamboreo -camino de tierra consolidado- se ingresa al yacimiento
arqueológico La Angostura, que contiene más 1.300 pictografías
rupestres, luego se continúa el viaje hasta Paso del Rey, que conserva
una capilla colonial. Su campana aún conserva una sonoridad asombrosa.
Siguiendo por la ruta 39 encontramos la Gruta de Inti Huasi, que albergó
al hombre hace aproximadamente 8.000 años. Su nombre proviene del
quechua, y significa "casa del sol".
Desde Inti Huasi se sigue
un corto tramo hasta llegar a la ruta 10 (pavimentada), girar a la izquierda
hasta Carolina para retomar la ruta 9. Carolina es una pintoresca localidad
de altas serranías integramente edificada en piedra, que alberga
en sus entrañas yacimientos de oro abandonados. En el siglo XVIII
un habitante de esta población halló oro, desencadenando
una verdadera fiebre del oro. Sin embargo, aún quedan quienes lavan
los sedimentos del arroyo vecino esperando encontrar alguna de las preciadas
pero escasas pepitas.
Este pueblo se ubica al
pie del cerro Tomolasta, de 2.018 metros de altitud. Si bien a este cerro
se sube por un camino - no como en El Morro que se trepa por la ladera
virgen-, es imprescindible la utilización de un vehículo
todo terreno. El camino de piedra es angosto, de cornisa y, en caso de
que hubiera llovido, se torna peligroso. Pero una vez en la cima, se podrá
disfrutar de una vista que qita el aliento: toda la provincia queda a sus
pies.
Fuente: Clarín
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