En
la localidad de Villa de la Quebrada, durante los días 1, 2 y 3
de mayo de cada año se congregan miles de peregrinos para adorar
la cruz de madera policromada que contiene al Cristo Milagroso.
Casi todo el pueblo puntano
y fieles provenientes de las otras provincias argentinas y países
vecinos, que año a año se acercan con filial devoción
al Santo de la Quebrada, esperan ansiosos esta fecha para acudir frente
al Cristo para mirarlo, tocarlo, besarlo y implorarle alguna gracia.
Villa de la Quebrada está
ubicada a 38 km. de la ciudad de San Luis. Es un pequeño pueblo
sobre el faldeo de las serranías, que vive durante los días
de la festividad el acontecimiento religioso más importante del
centro-oeste de la argentina; más de 150.000 personas la visitan
durante la novena y los días de los actos litúrgicos centrales,
que culminan el 3 de mayo con la solemne procesión del Santo. Los
peregrinos se acercan a adorar al crucifijo que se encuentra en la Capilla,
ubicada frente a la plaza Lucía Soler (maestra rural) y aledaña
al Calvario que trepa las sierras.
Durante estos días
el pueblo se transforma en un imponente desfile de personas, con
el ingreso de una incesante cantidad de automóviles y ómnibus
de larga distancias de distintos lugares; un impresionante mercado artesanal
y un gran camping: con miles y miles de carpas, casillas rodantes y camiones
acondicionados como vivienda.
La historia milagrosa:
"Un cierto velo de leyenda, mezclado con la historia, envuelve al Cristo
Crucificado que fue encontrado en el interior de un tronco de un árbol.
El hallazgo se produjo a mediados del siglo XIX; se cree, don Juan Tomás
Alcaraz encontró la imagen milagrosa que al parecer alguien la colocó
en un tronco para resguardarla del paso del tiempo. Según la tradición,
Alcaraz se encontraba hachando un algarrobo, cuando al saltar una astilla
del árbol quedó al descubierto un pequeño hueco en
donde se hallaba el crucifijo con la imagen de Nuestro Señor. Los
testimonios arqueológicos indican que en el lugar, habitaron tribus
indígenas favorecidas por las condiciones geográficas y climáticas
de la zona, por lo que surgió la hipótesis que sostiene que
un evangelizador extravió o dejó el Cristo en el lugar. Circunstancias
misteriosas y atribuibles sólo a las cualidades de buen cristiano
de Alcaraz, determinaron que fuera él, el instrumento que se valiera
Dios para cumplir en esta región, los planes salvísticos
de su Divina Providencia. Se sostiene también que la ubicación
del árbol milagroso se encontraba en el mismo que hoy se levanta
la capilla y que don Alcaraz, cuando encontró al Cristo, lo llevó
a su casa para luego ser traído a la capilla que se construyó
posteriormente para albergarlo. Aquella humilde capilla y su pieza anexa,
fue la construcción basal del futuro asentamiento que diera origen
a la Villa, lo que equivale a decir que el Santo de la Quebrada es el fundador
de la Villa que hoy lleva su nombre (Bibliografía: Revista El Diario
de San Luis/Abril de 1991).
El
Calvario: Frente a la plaza y trepando las primeras estribaciones
de cerro Tinaja, comienza el camino del Calvario hasta los 320 metros de
altura, que tiene un recorrido de 1400 mts. El Vía Crucis está
integrado por conjuntos escultóricos (casi de tamaño natural
de las personas) que representan a las 14 estaciones, esculpidos en mármol
de carrara, que otorgan al Santuario del Cristo de la Quebrada una majestuosidad
única en Latinoamérica, constituyendo una de las mayores
atracciones religiosas populares de la argentina. El Vía Crucis
es una inspiración del entonces Obispo de San Luis, Monseñor
Di Pascuo, que encargo su construcción al escultor italiano Nicolás
Arrighini. Obra que fue inaugurada y bendecida el 3 de mayo de 1951.
"Esta expresión de
belleza agregó al venerado santo un marco artístico singular
y por el cual transitan los peregrinos cargados de esperanza y fe en la
promesa redentora del hijo de Dios" (Bibliografía: Revista El Diario
de San Luis/Abril de 1991). |