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Bombonería Circe
Cuento Sofía no hace dos cerditos iguales; cada cerdito es
distinto. Si la cámara se acerca, comprobaremos que uno de los cerditos tiene
unas patas muy cortas, otro ¡pobrecito! es tuerto del ojo izquierdo, mientras
que el tercero luce unas enormes orejas. Es decir que cada chanchito tiene un
diseño único. (fragmento)
Clave única Cuento —Un minuto, Andrés... —el jefe de personal detuvo a Heguy con un ademán—. Señor López, aunque esto no es esencial para el informe que tenemos que dar a nuestros clientes, y, para serle franco, nosotros ya lo conocemos, ¿se daría maña para saber el nombre de la persona con la que el objeto va a esos hoteles? (fragmento)
Carrera contra el reloj Cuento —¡No sabes la tarde que pasé, Roberto! Imagínate que tuve que hacer una docena de cuentos para chicos en una hora, además de atender el conmutador, porque el lunes a la mañana hay que mandarlos al taller —dijo Marta, cuando se sentó con su novio en el café—. (fragmento)
Die 42. Symphonie Cuento (trad. de La sinfonía 42, publicado por la revista Xicöatl) —Ah, großer Musiker, Mozart!
Ja… Ja… großer Musiker. Ich habe einzige Partitur Mozartsymphonie…
Niemand hat, nur ich. Ich konnte den Satz nicht verstehen; ich dachte, dass sich sicher die mangelhafte Kenntnis des Spanischen mit dem konfusen Zustand der Frau vermischte. (fragmento)
El ángel de la guarda Cuento Desde entonces, al regresar de la oficina tengo que ponerme a leer la Biblia. Los fines de semana y los días festivos me obliga a leer las Escrituras de la mañana a la noche. Ariel vigila atentamente la lectura, mientras se ocupa, como buen soldado, de limpiar y afilar su espada. (fragmento)
El hombre de la bolsa Cuento Tuve que llegar al extremo, casi al suicidio, para tomar la decisión de hablar por primera vez de mi problema psíquico; nunca lo había mencionado, ni siquiera con mi esposa o con mis amigos más íntimos. Lo consideraba una aberración inconfesable. (fragmento)
El molino Cuento Un camión que se había detenido momentáneamente frente a la librería reanuda su marcha y se aleja por la avenida Corrientes. Suspiramos con alivio; todavía no ha llegado nuestra hora. (fragmento)
El papiro amarillo Cuento Estos imbéciles se equivocaron y me han enviado una cantidad como para tres años. Y para colmo, es de lo más ordinario. Es el mismo papiro que utilizan los verduleros en el mercado para indicar los precios. ¡Es más amarillo que una banana madura! (fragmento)
El papiro amarillo Cuento Este cuento fue publicado en el nº 80 de Letralia. Durante el lapso en que esta revista desapareció del ciberespacio, la envié a Ficticia, que la publicó. Ésa es la razón por la que el cuento figura en ambas revistas.
El platero de Éfeso Cuento largo, o novela breve, o nouvelle —¿Vamos a permitir esto? ¡Echémoslos a puntapiés! ¡No podemos tolerar que tengan la desvergüenza de insultar a la diosa en el mismo barrio de los plateros! (fragmento)
¡Caifás! El alfarero había visto al pontífice a la
distancia, en ocasión de algunas ceremonias. Sin las vestiduras de ceremonia
no lo había podido reconocer. Efraín atinó a pensar que todavía no había
despejado la mesa donde había almorzado. Sin preámbulos, con voz segura,
aunque revelaba fatiga, Caifás preguntó:
La Carta dorada Cuento —¿Sabés por qué hay personas que gastan un montón de plata en la Carta dorada? Porque se les ofrece algo distinto, algo que pueden comentar en el country, que les hace sentirse superiores. ¿A que no te imaginás qué tiene de distinto la Carta dorada? Seguro que no te lo imaginás... —Luchesi miró a Salgado durante algunos segundos y agregó:— Porque todos los platos de la Carta dorada se preparan con carne humana. (fragmento)
¡Carne! ¡Necesitaba carne fresca, sangrante!
¡Necesitaba sentir los ayes aterrorizados de una víctima mientras le clavaba
sus agudos dientes! Miró otra vez a la casa de enfrente. Sus sentidos se habían agudizado y ahora percibió el tierno olor de los niños. Como las otras veces, la metamorfosis, lentamente anunciada por ciertos síntomas, se había consumado de golpe. (fragmento)
La crítica literaria e internet
Artículo Supongamos que Jorge Luis Borges hubiese nacido en los años ochenta. Ahora imaginémoslo sentado ante un director editorial que tiene sobre el escritorio varios originales de nuestro joven escritor: “Bueno, poesía no publicamos nada... La verdad es que algunos de sus cuentos me gustaron mucho; pero es difícil vender libros de cuentos. Y además, usted tendría que... ¿Cómo decirlo? No sé... poner más erotismo, más swing. Vea, usted escribe muy bien, pero a la gente no le gustan cosas tan cerebrales.” (fragmento)
Esa mañana venía sola. Los pasajeros del 7.23 habían notado que cuando la Leona empezó a tomar aquel tren —como año y medio antes— la acompañaba un señor de bigotes, algo grueso, de unos cuarenta años. Después, el señor de bigotes desapareció y la Leona viajaba sola, pero luego empezó a venir en compañía de un joven de aspecto atlético. Éste duró un par de meses y últimamente no se lo había vuelto a ver. (fragmento)
Las campanillas de plata Cuento Sólo quedaba deshacerse de la casa. Recorrieron una inmobiliaria tras otra. Invariablemente, les respondían más o menos lo mismo: —¡Ah! ¡La casa encantada! No, no vale la pena mandar hacer un cartel, pagar anuncios y todo eso. No lo tomen a mal, pero no podemos encargarnos de esa casa. No lograríamos venderla ni en años. (fragmento)
La musa rupestre Cuento Tras el fuerte relámpago, se ha
desatado un chaparrón. Le comento a Musa que los cazadores deben estar mojándose.
Se encoge de hombros mientras alza un poco la antorcha para iluminar mejor el
mamut alanceado que estoy pintando. —Que se mojen... Nosotros, en
la caverna, estamos guarecidos. Le reprocho suavemente: —Musa... ¿No te da pena que
tu marido se moje? Musa se vuelve a encoger de hombros, sin responder.
La sinfonía 42
Cuento Mi indiferencia se disipó en un instante; tras meses de estudiar facsímiles de los manuscritos de Mozart, pude reconocer su caligrafía desde el primer momento. Hojeé febrilmente toda la partitura; se trataba de una sinfonía completa, pero no era ninguna de las cuarenta y una que registra el índice de Köchel, y parecía escrita de puño y letra por Mozart. (fragmento)
La sombra de la calabacera
Cuento —Vamos, amigo, no te pongas así —dijo Safán, risueño—. Si tanta pena te causó la calabacera que te daba sombra, ¿no sientes piedad por Nínive, donde viven ciento veinte mil hombres y numerosos animales? (fragmento)
Polidextrismo: maravilla que asombra a las empresas Crónica apócrifa Un ingenioso financista llegó a adaptar su conmutador telefónico de modo que su secretaria, mientras procesa un texto en una computadora con la mano izquierda y carga información en una base de datos con la derecha en otro teclado, puede manejar el conmutador con los pies. (fragmento)
Proyecto Adonis Cuento —Desde los primeros tiempos del cine, se han seleccionado los actores que responden mejor a las preferencias del público femenino: talla, tez, color de ojos, etcétera. —Martínez hizo una pausa, bebió otro sorbo de agua y prosiguió—. Ahora nos parece mentira que durante años nadie reparara en que los tiempos habían cambiado, que los desnudos totales del cine moderno reclamaban que se prestase la mayor atención al rasgo masculino por excelencia: ¡el miembro viril! (fragmento)
Siempre han sido así las cosas
Cuento Nunca ha ocurrido que los corderos hicieran frente a los lobos. Nuestra seguridad se basa en que los pastores nos protejan diligentemente. –¿Y si los pastores se duermen o son negligentes? –Lo único que se puede hacer es correr y esperar que no le toque a uno... Guedeja asintió, en señal de que aprobaba el discurso del abuelo. –Siempre han
sido así las cosas –terminó Moltón. (fragmento)
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