San
Martín ¿final o comienzo?.
Trenes o FMI.
Usted decide.
El
estado de operación de METROPOLITANO se encuentra al borde del colapso total en
las tres líneas manejadas por la empresa, pero por esas cosas del periodismo,
se le ha dado una mayor trascendencia a los hechos cotidianos de la línea San
Martín que se desencadenaron a partir del accidente de uno de sus pasajeros,
que por viajar en el estribo fue atrapado por uno de los numerosos puentes del
trazado.
Pero
más allá de lo anecdótico y trágico de este hecho, protagonizado por un
humilde trabajador, está el accionar directamente delictivo de la empresa
METROPOLITANO que estando casi al fin de la concesión, ha hecho de sus tres líneas
prácticamente tierra arrasada y al no tener seguridad de la continuidad de sus
operaciones, las ha llevado al mínimo absoluto de su estado de operación.
No
abundaremos aquí sobre quienes son los actuales dueños de METROPOLITANO y su
accionar como depredadores industriales durante los últimos 15 años, ni
tampoco pretendemos denunciar la falta de seriedad en el desarrollo de la política
ferroviaria que se viene llevando a cabo desde la Secretaría de Transporte y
que da como consecuencia el catastrófico funcionamiento de las tres líneas de
METROPOLITANO.
Volviendo
al caso del San Martín. la CNST ha propuesto poner esta línea en manos de sus
trabajadores y usuarios con control del Estado, tal como venimos proponiendo
desde la CNST desde su comienzo.
También
le ha ofrecido al ministerio de infraestructura en reiteradas oportunidades el
manejar la transición entre la actual administración de METROPOLITANO a una
nueva empresa estatal en manos de sus obreros y usuarios.
Entendemos
esta política como mucho más racional que seguir dándole plata a esta
empresa, plata que dada a manos llenas por el gobierno va a parar a un verdadero
barril sin fondo. Política ésta que pone a las autoridades del ministerio en
la mira de la sospecha del cohecho o directamente en la corrupción más
desvergonzada por el uso de esos fondos.
Hasta
ahora el ministerio ha contestado nuestras propuestas con el más opaco
silencio.
El
gobierno se encuentra entre dos líneas de fuego, por un lado el problema de los
usuarios, que a la vista está, que no puede ser resulto a través de la
iniciativa privada y por el otro los compromisos con los organismos
internacionales que verían con muy malos ojos que el San Martín volviera al
Estado.
Como
venimos diciendo en esta columna desde hace tiempo, no es posible servir a dios
y al diablo al mismo tiempo, y en el caso de los trenes como en tantos otros, la
alternativa de hierro es cumplir con el Fondo o con los usuarios, mantener una
política de dilación como la que hasta ahora se ha venido manejando es poco
menos que suicida.
C.N.S.T.