COMISIÓN NACIONAL

SALVEMOS AL TREN

 

Los trenes deben volver al Estado.

 

 

Mientras el gobierno sigue gastando plata en las privatizadas, los pasajeros siguen cayendo de los trenes por un inadecuado e ineficiente servicio, al mismo tiempo que desoye otras propuestas más racionales.

 

 

El problema de los ferrocarriles en nuestro país no se resolverá invirtiendo más plata en los actuales concesionarios ni brindándoles a estos grupos económicos mayores medios para que mejoren sus ganancias.

 

El problema a nuestro entender se resuelve exactamente por la vía opuesta a la que está siguiendo el gobierno, es decir, terminando con estos grupos a través de la investigación y rescisión de los actuales contratos y la creación de una empresa estatal de ferrocarriles en manos de los usuarios y los trabajadores.

 

El problema del San Martín ha pasado ya todo límite de lo racional y no es posible explicar porque no se toman medidas para terminar con la lamentable y peligrosa forma en que los pasajeros deben todos los días afrontar el viaje hasta sus trabajos.

 

Desde la Comisión Nacional Salvemos al Tren le hemos ofrecido al gobierno la posibilidad de organizarles la línea y el servicio, en los mismos términos económicos que el actual concesionario, hasta el momento el gobierno ha hecho oídos sordos a nuestra propuesta.

 

Nuestra propuesta no sólo mejoraría la calidad de viaje de miles de personas todos los días, sino que además permitiría revertir la actual situación de desfinanciamiento del Estado a través de este concesionario, sino que empezaríamos una lenta reconstitución de la empresa, por el simple camino de volcar en el negocio ferroviario los fondos recibidos desde el Estado y la venta de boletos, y no en distraerlos hacia otras actividades como se hace actualmente.

 

Dicen que no hay peor sordo que quien no quiere oír, pero también es cierto que en general todo tiene una causa, y la sordera del gobierno debe buscarse en los acuerdos con el FMI, que impiden la creación de este tipo de empresas o en el más doméstico uso indebido de los fondos, que en apariencias, se dedican al servicio ferroviario.

 

 

C.N.S.T.

La Plata, 11 de mayo de 2004