COMISIÓN NACIONAL

SALVEMOS AL TREN

Miembro fundador del MONAREFA

Por el país a todo tren.

 

LO INEVITABLE

 

 

LOS PUEBLOS TIENEN DERECHO A VOTAR, NO A CAMBIAR DE POLÍTICA

Anne KRUEGER (Directora General Adjunta FMI)

Le Monde Diplomatic. Enero 2005.

 

La sabia ley ferroviaria, que fue dictada por el Congreso Nacional en la época en que los ferrocarriles todavía eran ingleses determina que los trenes deben ser protegidos por un doble recubrimiento de señales.

 

¿Qué significa esto?, muy simple, que siempre entre dos trenes debe haber por lo menos dos señales en peligro, esta norma sirvió durante años para impedir accidentes o choque como el que hoy ocurrió en Palermo.

 

El actual estado de mantenimiento de la infraestructura y en particular del sistema de señales de todas las empresas confeccionadas puede señalarse como lamentable.

 

Por ejemplo de lo dicho en el Roca existen varias señales del costoso sistema traído por los japoneses que directamente fueron anuladas, así como el sistema de detección automático de tren, en caso de inadvertencia del conductor o de cualquier otra circunstancia que haga que el mismo transpongo (pase) una señal a peligro.

 

La constante de las empresas privatizadas, TBA entre ellas ha sido desatender las normas de seguridad que impone la ley o el simple sentido común.

 

Respetar las normas significa una operatoria más costosa y más rígida que cuesta más y da menos, pero que redunda en la seguridad de los pasajeros.

 

El accidente de hoy, a pesar de los heridos ha sido un accidente en que la mano de Dios evitó la catástrofe, porque si el choque hubiese sido seguido de un incendio los muertos serían cientos, ya que las normas contra incendio, en cuanto a los materiales utilizados en esos coches no guardan el más mínimo recaudo en este sentido, pero si son los más baratos que pueden utilizarse para ese cometido.

 

La falta de mantenimiento y desinversión a las que nos llevan las privatizadas en el tema ferroviario abren la puerta a futuros Cromañones que seguramente podrían ser  evitados.

 

El sistema ferroviario es a prueba de tontos, siempre y cuando se cumplan con las normas establecidas, la observancia de esas normas es obligación indelegable de la empresa que brinda el servicio, y no puede pasarse la responsabilidad que le es propia a un simple conductor que de ultima es una víctima más del sistema.

 

C.N.S.T.

La Plata, 10 de marzo de 2005