COMISIÓN NACIONAL

SALVEMOS AL TREN

Miembro fundador del MONAREFA

Por el país a todo tren.

 

PINGÜINOS CHINOS

 

 

TAFI    VIEJO    RESISTE

 

 

 

Dicen que cuando el presidente chino recibió por primera vez a Kirchner dijo: “Que tal Carlos, ¿por qué te has afeitado las patillas?”.

 

Eso resume sin más el período K en la cuestión ferroviaria, período que parte de la designación en la Secretaría de Transporte y en la Sub Secretaría de Transporte Ferroviario, de personajes que nada tenían que ver, ni siquiera conocían ni conocen de la actividad y el delegamiento de muchas funciones en oscuros personajes vinculados a la burocracia gremial responsable de la entrega de los ‘90, en especial de la Fraternidad.

 

En algunos aspectos la situación se ha agravado respecto al anterior período, por ejemplo la instauración de la emergencia ferroviaria perenne, ha librado a los concesionarios de las pocas obligaciones que tenían respecto de la CNRT, y por otro lado, la presencia constante de contrataciones directas ha transformado el problema ferroviario en un permanente ilícito.

 

Es preocupante por otro lado, la  cercanía al gobierno de siniestros personajes del sistema ferroviario, como es Sergio Taselli, al que se le pretendió otorgar la concesión de los talleres de Tafi Viejo, pretensión abortada por la lucha de los compañeros que actualmente están ocupando el citado taller.

 

El ultimo período de la época Menemista se caracterizó por la contratación de grandes obras, muchas de las cuales fueron pagadas por el gobierno con papeles de deuda, pero en general las obras se llevaron a cabo; la presente etapa se caracteriza por la transferencia de grandes recursos desde el sector público a las empresas, según el presupuesto de este año (735 millones de pesos), pero a diferencia del anterior período, las obras son por lo menos poco visibles.

 

Se observa también una fuerte concentración del sector que se manifiesta por la desaparición de empresas que venían operando en el sector y la aparente adsorción de estos servicios por los grandes concesionarios de cargas, caso del tren a Tucumán o de los ataques desde la Secretaría al endeble proyecto del Gran Capitán (tren a Posadas).

 

Dentro de esta misma línea se perfila la constitución de la Cooperativa que absorbería a la UEPFP y que pasaría el mantenimiento de los trenes de la Provincia de Buenos Aires a la órbita de Metropolitano.

 

Todo el período del equipo K se ha centrado en la propaganda presentada con  estruendosos anuncios, que no se concretan luego en obras o servicios que sirvan a la gente, pero sí en generosos aportes del sector público hacia el  conjunto de los concesionarios.

 

Dentro de estos anuncios se destacan los anuncios de la apertura de los Talleres de Vías y Obras de la Plata (Gambier) y de Tafi Viejo (Tucumán). La Plata sigue tan cerrado como hace un año, y Tafi Viejo se ha limitado a 60 trabajadores que cobran un poco más que un plan trabajar, sin planes ni proyectos futuros de ningún tipo, salvo la intención frustrada de entregar el taller al grupo de Sergio Taselli (Metropolitano), que dicho sea de paso, los obreros  están ocupando hoy el taller en reacción a la pretendida intención de convertir el taller en un reducto punteril desde el cual se repartan dádivas a cambio de votos.

 

A todo este panorama realmente macabro para nuestros ferrocarriles, se le ha venido a sumar hace pocos meses la reprivatización del Belgrano Cargas, que primero quedaría en manos de las empresas acopiadoras (Cargill, Bunge y Born, Aceitera Deheza, etc), para luego derivar a un proyecto en el que tendrían parte los gobiernos regionales, proyecto no concretado aún.

 

El Belgrano Cargas es el ferrocarril más extenso de nuestro país, fue construido por el Estado en el siglo pasado y tenía como objetivo servir a las provincias más pobres del país en ese momento, es decir, el NOA y la zona de Chaco y Formosa. Hoy ese ferrocarril se ha transformado en un eje imprescindible de la producción Sojera, en especial, de toda esa zona, si pensamos que en pocos años el precio internacional del petróleo (60 U$D el barril) alcance el mercado interno de combustibles, la presencia del ferrocarril Belgrano significará sin más la posibilidad o no de continuar la exportación de esos productos.

 

Por otro lado el Belgrano es el único ferrocarril que a través de dos pasos cordilleranos conecta hoy con Chile (Las cuevas, hoy desactivado, y el C14, el paso del tren a las Nubes).

 

Hoy el Belgrano Cargas está en manos de una S.A. comandada por la Unión Ferroviaria, (José Pedraza) al que el gobierno ha decidido recortar sus privilegios, (recordemos la actuación de José P. junto al Menemismo).

 

Ahora al proyecto del Belgrano se le ha sumado un nuevo actor, los chinos, este sector al igual que en Australia pretende consolidar su provisión de materias primas, Soja y granos diversos, además de naranjas y pomelos y este ferrocarril es la herramienta idónea parea hacerlo.

 

Probablemente los chinos concreten también el Túnel de Agua Negras, en San Juán para lograr un paso a Chile a baja altura abierto todo el año y poder así llevar sus productos al Pacífico sin ningún tipo de interferencia.

 

Los dos pasos que hoy se encuentran hacia Chile son de alta montaña y durante una parte del año sin intransitables, lo mismo que ocurre con las rutas paralelas a los mismos.

 

El paso de Mendoza, por el Cristo Redentor es una posibilidad, pero los chinos apuestan a una obra más cara en un principio pero más segura como un paso a media montaña que les aseguraría su provisión de mercaderías  durante todo el año, de allí el túnel de Agua Negra, obra mucho más cara que el transandino de Mendoza pero también más segura y acorde a la época.

 

Decimos que estas son las obras más probables que se lograrán de los acuerdos con los Chinos, ya que ese país no posee tecnología de punta en el tema ferrocarriles, aunque si una inmensa industria ferroviaria que es capaz de construir a razón de 200 Km. de vías electrificadas por año, una proeza pocas veces vista en el mundo.

 

Mucho se ha hablado de la tecnología ferroviaria china y de su tren de levitación magnético, pero la verdad es que el tren bala magnético es un proyecto alemán del que los chinos solo han pagado la cuenta y que difícilmente esa tecnología sería aplicable en el país.

 

En general los ferrocarriles Chinos son ferrocarriles de baja y media velocidad (similares en su concepción al eléctrico del Roca) que viajan a 120 Km./hora, velocidad que alcanzan nuestros trenes a Mar del Plata y que era una velocidad corriente en la época del ferrocarril estatal, ellos tienen  muy pocos tramos de vías en los que pueden correr a 150 Km. /hora, tecnología para la cual se construyó el Taller de Vías y Obras de La Plata.

 

Es decir, si excluimos el factor de escala, es decir, el tamaño, es poco lo que los chinos puedan aportar a nuestra tecnología ferroviaria.

 

Desde el punto de vista estratégico los acuerdos del sector ferroviario nacional con una industria de esa envergadura (solo por tamaño) significarían, sin más, la liquidación de los restos de industria ferroviaria que aún perduran en el país y alejaría definitivamente la posibilidad de desarrollar, como en otra época lo hicimos, la industria ferroviaria local.

 

Si bien la industria ferroviaria local se encuentra hoy en un estado precisamente no floreciente, un plan ferroviario de desarrollo coherente rápidamente podría revivirla, pero creemos que el camino chino no pasa por allí.

 

Si nos remitimos a los proyectos de los chinos en Australia, en la cual no sólo llevaron trenes vías y hasta el último clavo, si no también a los operarios y técnicos que construyeron las vías, todos los proyectos en los que invierten los Chinos están ligados al transporte de los productos que a ellos le interesan en su voraz búsqueda de materias primas a través del mundo.

 

Ninguno de los corredores que se ha publicitado que los Chinos invertirían tiene esa característica, todos nuestros corredores, o por lo menos a los  que a nosotros nos interesaría desarrollar como país son de bajo volumen de cargas y en general serían de trafico de pasajeros, y si excluimos al de Retiro Rosario, tampoco serían de pasajeros de alta densidad.

 

Es poco probable que los chinos inviertan en corredores como Retiro - Rosario o Constitución - Mar del Plata y mucho menos aún en el Retiro - Córdoba, pero si es probable que algún concesionario vernáculo, como por ejemplo Claudio Cirigliano (TBA) traiga chatarra china o equipos a muy bajo costo para habilitar alguna de esas líneas, pero lo que si es seguro que si esas importaciones se concretan cientos de trabajadores argentinos se quedarán sin trabajo.

 

La apuesta de TBA (Cirigliano) es la de conseguir capital para financiar obras como el cierre de Bancalari, que vincularía las líneas del Sarmiento y el Mitre, obras que ya estaban en el proyecto de la defenestrada segunda addenda (renegociación de los contratos)  de esa empresa.

 

En todos los casos se trata de obras que a la postre pagará el Estado Argentino y que los chinos financiarían en lugar de otros organismos de crédito internacionales más tradicionales (FMI, BM etc), y que serán construidas como todas las obras ferroviarias de la era menemista a esta parte, es decir, serán pagadas por el Estado a razón de 5 a 1, o sea, de cada 10 pesos invertidos sólo 2 llegarán a la obra y el resto quedará en el camino, pero ahora con financiación China.

 

Las megaobras que anuncia el gobierno son en general caros deseos, como por ejemplo la apropiación de las tierras que ocupa hoy la estación terminal de ómnibus y la terminal del San Martín y su traspaso a la superficie que ocupa hoy el FC Mitre (TBA), pero con la variante que ahora serán los chinos los que pongan la plata que después nosotros devolveremos.

 

Otras obras anunciadas como por ejemplo el ferrocarril a Córdoba, que no se sabe bien si será de trocha ancha, angosta o una nueva trocha internacional, es decir, un nivel de delirio y de improvisación ya común en esta administración no merece ni siquiera un comentario, sobre todo conociendo el modus operandi de una administración que promete mucho y hace poco.

 

Un obrero Ferroviario Chino gana aproximadamente 4 centavos de dólar la hora, nuestra gente menos calificada gana 1 dólar la hora, esa es realmente la tecnología que pretenden importar desde el gobierno, la superexplotación de los obreros chinos, los cuales no sólo trabajan 12 horas diarias y tiene dos meses de licencia no paga para poder volver a sus pueblos a sembrar para que vivan sus familias, además de todavía no tener sindicatos ni ningún tipo de organización que los agrupe.

 

C.N.S.T.

La Plata, 24 de noviembre de 2004