Los Eslavos.

Los motivos de una invasión.

Para comprender el problema de los eslavos hay que entender en qué situación estaban las provincias balcánicas de Bizancio en época de Justiniano (en pleno siglo VI): los hombres habían partido hacia la guerra, el imperio se "olvidó" de esta parte del mundo, y por otra parte al norte del Danubio había muchas tribus pugnando por el poder, las condiciones de vida eran terribles, hacía mas frío, había mucha hambre y mucha competencia, además de una explosión demográfica que amenazaba ser una gran complicación, por lo que una solución a esto eran las incursiones de pillaje en la "zona de nadie" de los Balcanes. Con el tiempo, y luego del asesinato de Mauricio en 602, los eslavos ven la posibilidad de instalarse sin ninguna oposición, y las gentes del lugar, sin soldados que los defiendan, con sus campos devastados, y ante la gran cantidad de eslavos, estamos hablando de una verdadera invasión de cientos de miles de personas que se venían a instalar en estas tierras año tras año, entonces los griegos se trasladaron sin luchar a las ciudades de la costa y las islas principalmente, desde donde se inicia años después la "bizantinización" de los recién llegados, que se habían organizado en pequeños reinos llamados por los bizantinos "esclavinias".                              

Pintura sobre Sviatoslav, príncipe de Kiev (957-952)

Creo que estos eran los motivos principales de la invasión eslava, sus tierras de origen eran o muy frías, o no eran ya fértiles, o estaban ocupadas por otros pueblos, y Bizancio con sus problemas internos descuidó esta zona fundamental.

 Cuando los eslavos llegan a Macedonia y Grecia se produce un fenómeno importante: en realidad los habitantes locales, que habían sido abandonados desde hacía muchos años, estaban prácticamente fuera de la órbita del imperio, habían sido abandonados tanto por el emperador, como por el ejército, como por la iglesia, que daban prioridad a Constantinopla y Asia Menor, entonces al llegar al lugar los eslavos se sintieron como en su casa, solamente tuvieron que construir aldeas u ocupar las ciudades que ya estaban y armar sus propios reinos tribales para sentirse dueños del lugar, y la gente autóctona no tuvo mas remedio que partir hacia las ciudades costeras o eslavizarse.

La historia.

Podemos comenzar por la primera gran invasión, porque aunque comenzaron a entrar en territorio romano durante el siglo V fue durante el gobierno de Justiniano desde 527 que atravesaron los muros de defensa en masa e invadieron los Balcanes, llegando hasta el itsmo de Corinto, con lo cual podremos observar la realidad del gobierno de Justiniano: la grandeza de las reconquistas de Africa e Italia provocaba una debilidad terrible en un territorio que estaba mucho mas cercano pero asimismo mucho mas descuidado, sin soldados para protegerlo.

Como consecuencia, mientras el gran emperador se jactaba de haber recuperado el antiguo esplendor de Roma, en las puertas de su propia casa miles y miles de eslavos (que aún no se asentaban) saqueaban todo lo que había a su paso.

Los asentamientos se produjeron a fines del siglo VI y comienzos del siglo VII, aumentando terriblemente cuando fracasa la campaña del Danubio de Mauricio, traicionado por Focas y asesinado, dando paso a verdaderas oleadas de eslavos y ávaros, estos últimos arrasaron todo el territorio de los Balcanes y luego se retiraron, pero los eslavos llegaron para quedarse definitivamente.

Es así como a comienzos del siglo VII todo el dominio bizantino en la penísula balcánica se pierde a manos de los eslavos: Macedonia, Tracia, Dalmacia, las costas del mar Egeo, son víctimas de las incursiones eslavas, pero lo mas grave es que comienzan a formar verdaderos asentamientos y a ocupar todo el territorio, sin oposición.

Caen las ciudades romanas de Salona, Singidunum (Belgrado), Viminacium, Naissus, Sardica (Sofía) y llegan hasta las mismas puertas de Tesalónica y Constantinopla.

Un fenómeno se produce entonces, y es que la población autóctona huye de este dominio eslavo hacia las costas y las islas, desde las cuales, poco a poco, se establece un modo de vida griego bizantino recuperando parte de lo perdido, pero el resto de la península balcánica, hasta el sur de Grecia, sufre un cambio radical, en su forma de vida, en su raza, que costaría tres siglos al imperio poder recuperar. Ya en la época de Heraclio, los eslavos, que hacía unos años estaban bajo el yugo ávaro, pudieron sustraerse a estos luego de la derrota de ávaros y persas ante Constantinopla, adonde los ávaros condujeron como soldados propios a un gran número de eslavos y búlgaros..

Es en esta época cuando, viniendo desde los Cárpatos, croatas y serbios, con el consentimiento de Heraclio, se establecen al Noreste y al Sureste de la península respectivamente, expulsando a los restos de las fuerzas del kan ávaro.

También el resto de los eslavos trataban de sacarse el yugo que los ávaros habían hecho caer sobre ello aprovechando su caída en Constantinopla, y formaron un importante reino independiente bajo el mando de Samo; luego los búlgaros, ampliamente eslavizados, bajo el mando de Kovrat se sacaron también a los ávaros de encima y Kovrat recibió el título de patricio de parte de Heraclio, que lo hizo recibir el bautismo.

De esta manera se reforzaba aún mas la influencia eslava en los Balcanes, se terminaba con el temible poder de los ávaros y según algunos historiadores, entre los que se encuentra el mismísimo emperador Constantino VII, tanto serbios como croatas aceptaban la soberanía bizantina en sus territorios, lo que aunque deje muchas dudas no es imposible que hubiera ocurrido, aunque los eslavos continuaron por un tiempo haciendo sus vidas sin formar parte del imperio.

Monasterio serbio.

El panorama del siglo VII en los Balcanes no era de todas maneras muy alentador para Bizancio, puesto que entre croatas, serbios, búlgaros y otras tribus, los eslavos seguían siendo independientes aunque reconocieran la soberanía bizantina, todo estaba por hacer para el imperio en esta parte europea de su territorio.

El contraataque bizantino, las políticas de colonización y algunos hechos históricos.

En 658 fue Constante II quien realizó la primera campaña para hacer efectivo el reconocimiento de Bizancio por parte de los eslavos, realizando un ataque a las esclavinias, los asentamientos eslavos en Macedonia, y  aparentemente luego de hacer reconocer la soberanía bizantina en este territorio habría deportado a miles de ellos a Asia Menor, ya que desde esta época existen pruebas de soldados eslavos en las milicias bizantinas de la parte asiática del imperio.

Pocos años después, en 680,  sobreviene una gran invasión de pueblos búlgaros hacia el sur del Danubio, cuando fracasa una campaña de Constantino IV para detenerlos, y se sumergen en una región totalmente ocupada por tribus eslavas como la de los Severos, que terminan pagando tributo a los búlgaros, pero con el tiempo absorben a estos en lo que se dará como el primer estado eslavo organizado que será una verdadera pesadilla para el imperio, precisamente a las puertas de su capital.

Como se puede probar que estaban tan cerca de Constantinopla que Justiniano II en su campaña contra eslavinios y búlgaros del 688, para ir de la capital a Tesalónica tuvo que traspasar con todo su ejército territorios completamente ocupados por eslavos.

Al abrir esta brecha el emperador volvía a comunicar por tierra a las dos ciudades mas importantes del Imperio, lo que fue considerado un gran éxito militar en su época.

Los eslavos capturados en esta campaña fueron deportados a Asia Menor como stratiotas en el thema de Opsikion, aparentemente unos 30.000 hombres.

Sin embargo, resultaron tropas muy poco leales en esos años, puesto que se pasaron a los árabes causando la derrota de Sebastópolis en 692, quedando como consecuencia de esta batalla la parte bizantina de Armenia en manos del Califato.

Un ejército formado por los búlgaros de Tervel y gran cantidad de eslavos dio la victoria de Justiniano II en 705 para recuperar su imperio, lo que valió grandes ganancias a estos y terrible venganza para los bizantinos.

En 762, cuando obtiene el mando búlgaro Teletz, se enemista con los eslavos de su territorio, y muchos se van hacia Bizancio, donde el emperador ConstantinoV les reservaba un lugar en Bitinia, Asia Menor, que así se veía nuevamente afectada por el elemento racial eslavo al servicio del imperio.

La vida en los Balcanes.

A comienzos del siglo VIII se puede decir que la vida urbana en la parte europea del imperio era muy precaria, no había grandes centros urbanos a excepción de las dos ciudades más grandes del imperio, Constantinopla y Tesalónica, que habían resistido con gran éxito las incursiones eslavas, ávaras, persas y árabes, pero el resto podemos suponer que había sido destruído  y ahora solo podremos encontrar aldeas y pequeños pueblos aislados y muy lejos de lo que habían sido en otras épocas.

Sin embargo, la fuerza de los eslavos se notó específicamente en su función de estratiotas y campesinos libres agrupados en dichas aldeas, que una vez dentro de la órbita del imperio pudieron contribuir con éste con sus productos, cada vez en mayor cantidad, y con el pago de sus impuestos que poco a poco levantaron al imperio.

En una política colonizadora de integración, Nicéforo I ordenó a principios del siglo IX a muchos habitantes de Asia Menor vender sus propiedades y les dió tierras en las esclavinias de los Balcanes, donde los colonos habrán cumplido con las obligaciones que alimentaban al imperio: el pago de impuestos y el servicio en el ejército.

En esta misma época, Carlomagno se expandía hacia el este europeo a costa de otros reinos eslavos.

La cristianización.

Monasterio bizantino en Serbia.

Parece que en la época de la iconoclastia toda la península balcánica estuvo alejada de Constantinopla, en lo que constituyó un grave problema para el Estado bizantino.

Uno de los pilares del Estado Bizantino, la iglesia ortodoxa, se ocupó de los eslavos para integrarlos poco a poco al imperio, o al menos para prepararlos para su integración definitiva.

La política del imperio de convertir a sus vecinos al cristianismo fue muy eficaz con el reino de Bulgaria y con los eslavos de la península balcánica, que así cambiaban sus antiguas creencias por la ortodoxia.

Basilio I (867-886) fue un adelantado en materia de convertir a los pueblos y su política fue fundamental para que Bulgaria ingrese en la órbita de Constantinopla, ante la presión de Roma.

También los serbios fueron convertidos a la ortodoxia, así como los habitantes de las esclavinias, a diferencia de los croatas que estaban en la órbita de Roma.

Esta relación de Bizancio con los eslavos a base de la religión no impidió que motivos políticos hicieran enfrentar a los diversos reinos eslavos (Bulgaria, Serbia) con el imperio en distintas épocas, los conflictos se sucedían cada vez que un emperador débil o una guerra civil se apoderaba de Bizancio o que un gobernante fuerte se hiciera con dichos reinos, y así por ejemplo Basilio II empleó gran cantidad de años para someter a una Bulgaria independiente con su mayor gobernante que fue Samuel, mientras que ya en el siglo XII Bizancio no lograba obtener ningún tipo de soberanía sobre estos dos reinos, y de los Balcanes solamente le quedaba parte de Macedonia y Grecia, aunque la iglesia ortodoxa griega siguió influenciando a todos los eslavos del sur por mucho mas tiempo.

Los eslavos del norte.

La Virgen de Vladimir

También la ortodoxia fue fundamental en la relación con los eslavos del norte, específicamente el principado de Kiev, origen del imperio cristiano ortodoxo de Rusia.

En la época de Basilio II y a raíz de la colaboración de los varegos del príncipe Vladimir de Kiev en la defensa de Constantinopla contra la sublevación de Bardas Focas, el emperador consiguió, mediante un matrimonio, el del príncipe ruso con Ana Porfirogéneta, consolidar su amistad con la corte rusa y se consiguió la cristianización de este reino, el mas grande y con mas futuro de todos los reinos eslavos, que a partir de este momento dependió religiosamente de Constantinopla, y cuyas costumbres fueron evidentemente influenciadas por las costumbres bizantinas, las que mantuvieron hasta principios del siglo XX, cuando aún, por ejemplo, se utilizaba el calendario bizantino, el emperador ejercía un poder autocrático y el imperio ruso era uno de los mas grandes sobre la tierra.

No en vano Moscú, la nueva capital del incipiente imperio ruso, reclamó el título de Tercera Roma, origen de la idea de la continuidad del Imperio Universal, finalizada por la victoria bolchevique a principios del siglo XX.

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