Soy una convencida que todos tenemos dones que son para mostrarlos al mundo, para eso nos son concedidos para compartirlos y cuando pensamos que no es así, debemos escuchar la voz de nuestro corazón y sentiremos que él nunca se equivoca, Nos guiará por el camino correcto que es el de la creación, pero para oir su murmullo deberemos aprender a acallar las bulliciosas voces de la pasión, del apremio, del orgullo y en especial la de la rutina.
Sólo debemos anímarnos, no es difícil, sólo hace falta un alma inspirada y así encontraremos la respuesta a tantas preguntas, en algo tan simple y tan fundamental como nuestra verdadera realización.
Este es un lugar para que el artista que está dentro nuestro sobreviva a los embates cotidianos.
... ese lugar está oculto por los senderos de la mente...
Cuando somos niños, ese sendero es un camino ancho y nos resulta fácil llegar a él.
Pero al crecer lo vamos obstruyendo con la mala hierba de tantas cosas que aprendemos
y muchas que no necesitamos.... perdemos la magia y mucho más que eso.
Nos cuesta creer y nos cuesta hallar las soluciones a las cosas.
Si tan solo paseáramos por el campo de ése lugar, encontramos que hemos
olvidado el sendero y la única forma de recordarlo es desapareciendo muchas cosas
y recordando otras que yacen en el olvido del niño que un día fuimos.
Para que todos desde la creación podamos volver a encontarnos con ese niño que llevamos dentro.
