San Gaudencio fue
obispo de Brescia, Italia, en los años 390-410.
Alrededor del año 400, Gaudencio peregrinó por Oriente para
conocer la tierra de Cristo y las grades Iglesias. Trajó reliquias de
grandes mártires.
Muchos de sus sermones sobre el misterio Pascual, las fiestas
litúrgicas, comentarios sobre el Evangelio, fueron recogidos a voz viva
por el estenógrafo Benivolus. Hay un sermón sobre San Pablo y San Pedro
pronunciado en la catedral de Milán.
Falleció alrededor del año 410, y luego recibió el culto
de veneración. Sus reliquias se encuentran conservadas en Brescia, en la
Iglesia de San Juan Evangelista.
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