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Cuando Turf se integró al mainstream dio la sensación de ser una banda tocada por la varita mágica. Un descarte de Juana La Loca había formado una banda que antes de cumplir tres años de formación abría los show de los Rolling Stones en River, era la cara de Leví´s y habían grabado un disco con algunas canciones contagiosas editado por una compañía importante. Hay que sumar que tenían a Charly García como invitado en "Una pila de vida", su primer CD. Encima, Joaquín Levinton empezaba a explotar su fama de sex-simbol con algunas modelos. Se pararon en la esquina de enfrente a la del rock barrial y nunca dieron la sensación de estar pagando derecho de piso. Siempre mantuvieron un buen nivel de convocatoria, con buen porcentaje de público femenino. No pueden pedir más. No se descubre nada diciendo que ellos quisieran seguir así.
La combinación musical de Turf incluye rock´n´roll y armonías alteradas. "Para mi, para vos" (producido por Alfredo Toth) tiene madurez, algún hit pegadizo que nos vamos a cansar de escuchar en la radio y canciones esencialmente guitarreras. El paso al vacío del disco es "Oh Dios!". Se trata de una melodía que los acerca al sonido de Mano Negra sobre la que se apoya una letra divertida. Daniel Melingo le agrega una cuota arrabalera a la canción. Corren un pequeño riesgo y quedan bien parados. "No necesito amarte" es una canción con bombo en negras que retoma a los Stones de "Tatoo You". Hay tres creaciones del tecladista Nicolás Ottavianelli: "(diario) Deja vú", "El espectador" (una continuación de "Chicas malas") y "El impuesto". El disco tiene un par de baladas electroacústicas; una de ellas es "Magia blanca", canción que podría haber sido compuesta por Babasónicos. En "Vil metal", Leandro Lopatín se saca las ganas de usar el pedal de la distorsión sobre una composición de Levinton y Tapia. Los últimos temas del disco sirven para que los integrantes de Turf corran los límites creativos trazados por la banda un poco más allá. Además, Charly pasó por el estudio para meter unas guitarras en "Nos vacían la casa").
El diseño de la tapa es claro. Muestra un fondo blanco con las caras dibujadas de los músicos destacadas sobre las letras del nombre del grupo. El arte remite a los discos de los Beatles. En "Para mí, para vos" Turf muestra contundencia y oficio para lograr un gran álbum. El disco culmina con la frase "Quiero seguir así". Que sigan, van bien.