N, A LA GUERRA

 

La situación en Medio Oriente conmueve al mundo. La inminencia de una guerra con las secuela de muertos, heridos, mutilados, destrucción y horror no puede ser indiferente a ningún ser humano de la tierra. La tarea política de estos días es parar la guerra. Hacer todo lo que esté a nuestro alcance para evitar un holocausto. Por eso nos movilizamos el 14 de febrero de 2003, junto a todas las organizaciones, sectores y compatriotas que quieren la paz. En más de 50 países los pueblos saldrán a las calles realizando, quizá,  la movilización mundial más importante de la historia.

¿Qué está pasando ahora?

Estados Unidos amenaza con “atacar a Irak con 3.000 bombas y misiles de alta precisión en 48 horas”. Un informe anterior señalaba que durante la primera guerra del golfo de 1991 se lanzaron 800  cohetes  de esta especie (Tomahawk y Jassm), ocasionando en 40 días de agresión la muerte de 1.200.000 civiles y 100.000 soldados irakies. Trece poblaciones dela magnitud de Hiroshima fueron aniquiladas en tan solo 40 días. Treinta y dos mil quinientas personas por días durante cuarenta días. El horror no se detuvo allí. Debido a la utilización de armas con uranio (material radioactivo) las malformaciones y la muerte se prolongó durante todos estos años. Algunos documentos han señalado que las muertes por esta causa también alcanzaron a soldados norteamericanos e ingleses. A lo largo de estos años aconteció un bloqueo sobre Irak que llevó a la muerte por falta de medicamentos a mucha gente.

La excusa de Saddam Hussein es parecida a la de Bin Laden, “se invadió Afganistán porque allí se escondía el terrorista”. A Bin Laden no lo encontraron pero en Afganistán se quedaron. Ahora el problema de Saddam y, más allá de su reputación personal a la cual no nos referiremos, mañana puede ser cualquiera.

Veamos, si no, un poco el potencial de país del tercer mundo que hace peligrar la seguridad internacional. Irak  cuenta con una superficie de 438.446 Km2, un poco más que la provincia de Buenos Aires. Tiene menos población, alrededor de 12 millones de habitantes. La agricultura apenas ocupa el 11 por ciento de su territorio. Su industria es modestísima y su desarrollo científico y tecnológico insignificante. Los inspectores de Naciones Unidas no han encontrado ninguna evidencia respecto ala fabricación de armas nucleares, químicas y biológicas. Las pruebas que debía aportar EE.UU no aparecen. Aparecen sí, como bombas de humo... Los atentados del 11 de septiembre no guardan ninguna relación con el régimen de Saddam Hussein, ni se ha demostrado relación alguna de éste con Bin Laden.

¿Cómo se explica, entonces, que “las fuerzas del bien” amenacen con desatar un verdadero infierno sobre Bagdad (2 millones de habitantes) y sobre toda zona que considere estratégica sin aportar prueba alguna y sin el consentimiento de Naciones Unidas?

¿Cómo entender que se viole el derecho internacional y se destrice un pequeño pueblo pobre a más de 15.000 kilómetros de la frontera con EE-UU.?

Naturalmente, no hay misterios, el pecado cometido por ese pueblo no es Saddam, es pretender para sí la segunda gran reserva de petróleo de medio oriente guardado en las entrañas de su territorio.  

El petróleo

La mayor fuente de energía en todo occidente es el petróleo. Es uno de los soportes fundamentales de "un modo de vida". Esta fuente de energía no es renovable y se está agotando. Al nivel de la producción actual las reservas de EE.UU. alcanzan para 10 años, las de Irak superan los 200. La reconversión tecnológica para pasar a otro tipo de energía tiene hoy un costo ineccesible. El control del recurso estratégico establecerá, entre otras cosas, las relaciones de fuerza entre las principales potencias durante las próximas dos o tres décadas.

En Europa parecen convivir dos proyectos. Uno, mantener el Statu Quo de una Europa satélite de EE. UU., como quedó despúes de la Segunda Guerra Mundial, su socio Tony Blair, Aznar y Berlusconi son sus mejores representantes. otro, más independiente y orgulloso, busca una Europa con sus propios planes, con su identidad y poder militar, en el que no debemos descartar su ambición expancionista, Chirac y Schoroeder son su cabeza. Europa aparece dividisda entre quienes respaldan a Bush y quienes rechazan la invación. Un dato no menor es que la inmensa mayoría de los pueblos europeos se manifiestan contra la guerra.

Sigamos. El Vaticano, expresando una cultura secular y una visión de largo alcance, condena el ataque. Advierte a Estados Unidos sobre el peligro de irritar a mil millones de musulmanes y los trata de ignorantes "los norteamericanos no aprendieron nada de Vietnam". "Dios no es neutral", dijo Bush. "No, no lo es -replicó la revista italiana Familia Cristiana-, porque Dios está en contra de la guerra".

No conocemos las reflecciones profundas de Rusia, China o Japón.Pero podemos advertir que todos, más allá de de lo circunstancial, ven con recelo este dominio sobre medio oriente y las reservas petroleras.

¿Por qué no es mayor la condena de este quiebre de la paz, el derecho y las buenas realaciones internacionales?

Quizá el acto que aparece como tan brutal goce de una cierta complicidad entre las cupulas dirigentes porque el escenario global está siendo recorrido por un fantasma: la profunda recesión económica. 

Ahí está la recesión de los Estados Unidos, lleva más de dos años y se está transformando en depresión. Las políticas implementadas desde el Estado, -bajar las tasas de interés por parte de la Reserva Federal, bajar los impuestos a los sectores más ricos, etc-, fracasaron. El derrumbe de las grandes empresas -Enron, Worldcome, Anderssen, etc.-, repercutió con perdidas de empleos, de ahorros y de confianza.Los atentados del 11 de setiembre golpearon duro sobre el turismo y el transporte aéreo de pasajeros. Y los elementos rectivantes: subsidios a las epresas, mayor personal de seguridad y mayores gastos militares -400.000 millones de dólares, creando un déficit fiscal de 307.000 millones de dólares-, no alcanzan a detener la caída por el tobogán.

Paralizada la gan locomotora del capitalismo global, la crisis se apodera de las principales economías. Alemania, Francia, Japón y Gran Bretaña y su expansión por todo el mundo. En particular nuestra América está afectada desde México -que desde su incorporación al Tratado de Libre Comercio en 1994 no ha hecho otra cosa que retroceder- , hasta nuestra Argentina, sometida a dos crisis: la local y la internacional.

Por eso, creo que hay una complicidad, un cierto egoísmo. Alguien debe reflexionar. "¿Y si éste posible éxito nos termina favoreciendo?, endefinitiva son ellos los que se llevan el riesgo, el repudio, la gloria". En la guerra el capitalismo muestra su cara más cínica e hipócrita. Pesar así resulta inmoral. Y las razones de Estado reñidas con la moral no deberían seguir gobernando el planeta. la única razón de Estado, hoy atendible, es ña concesión de Irak a los inspectores de Naciones Unidas para que comprueben la ausencia de armas de destrucción masiva, inmoralmente reservadas para las potencias imperiales.

Los problemas que crea el capitalismo -concentración de la riqueza en una minoría y pobreza para la mayoría, recesión y crisis de subconsumo- tienen diversas respuestas dentro del sistema, sin que ninguna brinde una solución estable. la más brutal de estas respuestas es la que están eligiendo ahora: la guerra.

La guerra, decía Tolstoi, no se vé en los campos de batalla; se vé, se huele y se siente en los hospitales.

Nada justifica la masacre de un pueblo.

Los Socialistas Auténticos nos pronunciamos más fuerte que nunca: por la vida, por la paz, por la soluición de los conflictos a través de tribunales internacionales o, en su defecto, la asamblea de la ONU. por la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, por el respeto al libre uso de sus riquezas y a su identidad cultural.

Como dice León Giecco, "sólo le pido a Dios que la guerra no me sea indiferente". La sufrimos en Malvinas, que no la sufran otros pueblos. Mientras exista un solo minuto para parar la guerra, usémoslo.

Buenos aires, 4 de Febrero de 2003.

 

Mario Mazzitelli

Canditato a Presidente

Partido Socialista Auténtico

 


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