Señores de la Defensoría del Pueblo del Partido de General Pueyrredón 

Doctora Beatriz Arsa.


Me dirijo a ustedes con la intención de denunciar lo que yo interpreto como una discriminación de los seres humanos ante la ley por la Dirección General de Trasporte y Tránsito de esta ciudad Mar del Plata.


Ya que mientras se despliegan importantes operativos para controlar cinturones de seguridad, licencias de conducir, cascos, luces, documentación y todas las normas "habidas y por haber" que se le exige al contribuyente por ser poseedor de un vehículo.


Miles de carros ( y cada vez mas ) pululan libremente por las calles de la ciudad, atentando contra la seguridad y la higiene de toda la comunidad sin que nadie decida poner punto final a este tema. Transitan con la mayor impunidad como si se tratase de un holograma, una imagen virtual para las autoridades, o quizás se los considere un "magro bocado" a la hora de "nutrir" las arcas del Estado. 

La actitud de secuestrar (cada tanto) algún carro, es un justificativo tan inocuo como infantil. La tibia simulación de que "algo se esta haciendo...." sobre una situación que a todas luces ya hace tiempo esta fuera de control. 

El tratamiento parece ser en la práctica, como si estos seres humanos estuvieran desprovistos de conciencia y responsabilidades, como si se tratase de una clase incapacitada de atenerse a ninguna regla, o discernir entre el bien o el mal. Un tratamiento alentado por "Lassiesofía" política que enarbola la tolerancia de casi todo a costa de los intereses del bien común. Pero aun no se ha creado (al menos hasta ahora ) la figura de la "inmunidad indigente". Y si la necesidad nos habilita a estar por encima de la ley, y es justificativo de cualquier acto, vamos por mal camino. 

Aquí no hablamos de una infracción menor. Hablamos de una infracción que atenta contra el resto de la comunidad.

Hablamos de cúmulo de ellas en cada carro, y de tan grosera evidencia, que el intentar compararlas con la falta de casco, o el no uso del cinturón de seguridad (por ejemplo), es de una incoherencia tan grande como la de querer amueblar la casa antes de ponerle el techo. 

Aquí se pretende exigir normas del año 2010 cuando aun no se sabe como hacer cumplir las correspondientes al 1900. 

La seguridad (si es de lo que realmente preocupa a las autoridades), exige por si misma una escala de prioridades basadas en el sentido común. Además de interrumpir o estorbar la libre circulación del transito, estos carros son conducidos muchas veces por menores que no llegan a los 12 años de edad, muchas veces también en contramano, sin señalización alguna, a cualquier hora y por cualquier lugar. Por lo que no solo le compete responsabilidad exclusiva en la "tolerancia" a la Dirección General de Transporte y Transito. Deberíamos comenzar por esta, seguir con Minoridad y terminar tal vez por los responsables de la salud y protección animal. 

Desde el punto de vista mas democrático, No existe ninguna razón valedera para que la mayoría deba someterse a las necesidades de una minoría. Y mucho menos cuando la actitud de esta minoría pone en juego la seguridad vial y la higiene de toda una comunidad.


En la "interminable" lucha por obtener la igualdad entre los seres humanos han muerto cientos de miles en la historia de la humanidad. Aunque parece ser que aun hoy, a muchos les cuesta entender que la igualdad no otorga derechos gratuitamente, sino que impone además, todas las obligaciones que vienen envueltas en el mismo paquete.

La igualdad ante la ley, es lo que sustenta la razón misma de la democracia. Ricos y pobres, necios y sabios, eruditos e ignorantes. No hay mayor marginación para esta gente que el no ser considerada "igual" a cualquier otro. 

Hace ya mas de 2000 años que Cicerón en sus escritos, planteaba la necesidad de que el hombre "civil", el ciudadano, poseyera dignidad personal para integrarse a la comunidad. Por lo que no hay ninguna caridad en simular que esta gente no existe. Ni en dejarlos hacer lo que les venga en gana, mientras no se agolpen a protestar frente a las puertas de la Municipalidad.


Todo esto solo produce un nefasto efecto de indiferencia que ayuda a aplastar aun mas la dignidad individual de estas personas, alejándolas de cualquier intento de integración.


Paradójicamente, es esta actitud casi contemplativa que ejercita la dirección General de Transporte y Transito sobre los carros tirados por caballos, el mejor aliento a la
reproducción de este medio de transporte. Ya que desde el punto de vista del "cartonero" que transita a pie o en bicicleta, los carros significan una competencia aplastante (en esfuerzo y capacidad de carga) , que solo puede compensarse
imitando la misma conducta . Con lo cual, aquí también se esta favoreciendo a un sector en desmedro de otro.


Las autoridades no pueden sentarse a esperar a que ocurra una tragedia y mueran personas inocentes para tomar una decisión sobre algo que es completamente predecible. 

No alcanzara con "rasgar las vestiduras" públicamente, después de que la desidia halla ganado otra batalla.


Mucho mas importante que encontrar "responsables" es encontrar soluciones. Por ello, el motivo de mi denuncia apunta a presionar, empujar y hasta acompañar la búsqueda de una solución definitiva, inteligente y justa para toda la comunidad marplatense. 


No hace falta convocar a un técnico de la NASA, ni a un graduado en Harvard para encontrar una salida equitativa a este problema. Alcanza con la voluntad política de lograrlo, alcanza con la ley, la imaginación y la creatividad.


Carlos Eduardo Vasile

 DNI 12.200.803

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