Una Mujer
Partida en Dos
Por
Maximiliano
Curcio
Sinopsis:
Gabrielle Deneige vive en Lyon con su madre Marie, una librera que
ha criado sola a su hija. Gabrielle, una joven encantadora y
espiritual, es la “mujer del tiempo” en una cadena de televisión.
Con ocasión del lanzamiento promocional de un nuevo programa,
Gabrielle conoce al escritor Charles Saint-Denis, que se había
instalado en la región hacía algunos años. Entrado en los cincuenta,
brillante, adulador y casado, seduce a la joven nada más conocerla y
enseguida se enamora de ella. Por otra parte, Paul Gaudens, un
hombre más joven, rico y caprichoso, también intentará conquistar el
corazón de Gabrielle.
* * * /
BUENA
Es un
caso especial, pero no es un caso único. A los 78 años, Claude
Chabrol sigue haciendo de las suyas. Del otro lado del Atlántico,
otro veterano, leyenda viviente de Hollywood y también nacido en el
’30 nos sorprende año a año. Estoy hablando de Clint Eastwood.
Volvamos a Francia y a su hijo pródigo Claude Chabrol, aquel enfant
terrible estandarte de la Nouvelle Vague. Precursor y pionero de ese
movimiento de cine vanguardista que cambiaria el rumbo del cine galo
hoy día, medio siglo después de su temprana irrupción sigue tan
inteligente, indagante y recurrente en una trayectoria sin dudas
prolífica. La rebeldía de los primeros años, ha dado paso a la
sabiduría que entrega la madurez y su obra es digna de una
retrospectiva como pocos cineastas se pueden jactar de contar.
Chabrol
es uno de los mas genuinos estandartes del cine de autor de estos
tiempos, tan comerciales, tan industriales. Ese arte perdido (el de
la autoría) es al que Chabrol es fiel, y podemos ver en sus films
esas marcas rastretables, esas obsesiones reiterativas, esa visión
del mundo burgués ácida y áspera, sin concesiones. Sus dilemas
morales sobre los dobleces de conducta y las cuestiones
existenciales recuerdan al mejor Alfred Hitchcock, Si existiera un
podio imaginario, seguramente lo compartiría con Woody Allen y Pedro
Almodóvar. Esos cineastas que se reiteran una y otra vez en sus
temáticas, búsquedas y perspectivas sin aburrir ni agotarse,
logrando encontrar la veta para sorprendernos, hacernos reír o
hacernos pensar renovándose a si mismos y mediante la formula mas
conocida que tienen para ofrecernos, mantenerse vigentes.
Los celos
enfermizos, la infidelidad en un triangulo amoroso, los miedos, las
vicisitudes de pareja, la hipocresía y los caprichos de la clase
social mas acomodada son temáticas y conflictos a los que Chabrol
desmenuza en su mas reciente film “Una Mujer Partida en Dos”.
Sin la brillantez de “La Ceremonia” o “La Dama de Honor”,
pero con el estilo prolijo y la corrección que le ha dado prestigio
a lo largo de los años, Chabrol nos plantea de forma pausada y
cadente (bien a la francesa) este acertijo sobre el comportamiento
humano que desnuda apariencias, que oculta miserias, que exacerba
egos, que reprime angustias. El espectro a cubrir será muy variado.
Y el elenco estará a la altura de las expectativas (principalmente
Benoit Magimel y Ludivine Sagnier) para fluir en medio de este
cúmulo de mentiras verdaderas contadas con el pulso firme y la
sagacidad impiadosa del gran Claude Chabrol.
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