Dirección: Paul Thomas Anderson.

Guión: Upton Sinclair (novela). Paul Thomas Anderson (guión).
País:
EE.UU.
Año: 2007.
Duración: 158 min.

Genero: Drama.

Titulo Original: No Country for Old Men
Elenco: Daniel Day-Lewis (Daniel Plainview), Paul Dano (Paul Sunday/Eli Sunday), Kevin J. O'Connor (Henry), Ciarán Hinds (Fletcher), Dillon Freasier (H.W.), Randall Carver (Sr. Bankside), Coco Leigh (Sra. Bankside), Sydney McCallister (Mary Sunday), David Willis (Abel Sunday).

Producción: Paul Thomas Anderson, Daniel Lupi y JoAnne Sellar.

Música: Jonny Greenwood.

 

Petróleo Sangriento

Por Maximiliano Curcio

 

      Sinopsis: Ambientada en el boom del petróleo en la frontera de California a principios del siglo XX, la historia relata el éxito de Daniel Plainview, que pasa de ser un minero extremadamente pobre que cría a su hijo sin ninguna ayuda a convertirse en un magnate del petróleo hecho a sí mismo. Gracias a un misterioso soplo, Plainview descubre la existencia de un mar de petróleo bajo la tierra de un pequeño pueblo del oeste, y se lleva a su hijo, H.W., a probar suerte en el polvoriento Little Boston. Y es este pueblo perdido, en el que la única diversión gira en torno a la Iglesia Pentecostalista del carismático pastor Eli Sunday, donde Plainview y H.W. van a dar el golpe de sus vidas. Pero a medida que el petróleo les va haciendo cada vez más ricos, los conflictos van apareciendo: la corrupción, la mentira y las ingentes cantidades de petróleo pondrán en serio peligro valores humanos como el amor, la esperanza, la solidaridad, la confianza, la ambición e incluso el vínculo entre padre e hijo.

 

   * * * * / MUY BUENA

 

Petróleo Sangriento” es un gran retrato del carácter humano. Son los diversificados estratos sociales, es la naturaleza explotada, es la ambición comercial. Pero por sobre todas las cosas es el centro del relato una identidad megalómana y de una ambición ilimitada, fundador de su propio imperio, el Daniel Plainview del film remite a otros memorables magnates de la historia del cine, como los protagonistas de “El Ciudadano, de Orson Welles; “Gigante, de George Stevens o,El Aviador de Martin Scorsese, películas de carácter biográfico-testimonial y con un gran acento en lo social.

Como realizador vuelve a demostrar que es uno de los mejores artistas que tiene hoy día Hollywood, cada vez mas escaso de exponentes dignos de ser considerados “autores” Virtuoso en lo artístico, acertado en su juego de cámaras (con su plano secuencia marca registrada) Anderson nos plantea una historia de ritmo pausado y narrativa simple que retrata con vigor histórico la producción petrolera a principios del siglo XX. Pero no por eso resulta menos deslumbrante, sucede que sin los anti convencionalismos que rodearon a otras obras maestras de su autoría como “Magnolia” o “Boggie Nights” (incluso “Embriagado de Amor” sin ser una gran película resulto innovadora y mas que grata en el terreno de la comedia).

En el estudio de un personaje, la película asume la personalidad del mencionado Daniel Plainview, eje constante del relato a través de los variados recursos a los que recurre P.T. Anderson para manejar el lenguaje cinematográfico: desde el primer plano del rostro que acumula furia contenida en Day-Lewis al plano general que lo muestra fundido al entorno natural, casi como una continuación de ese medio ambiente rocoso y árido en medio de una Texas que surge como fuente de riquezas y prosperidad, así como también el uso de la música, de gran incidencia a lo largo del film y que lleva el pulso dramático del mismo, acentuando y agudizando sus facetas mas revolucionarias para dejar ver a trabes de los ojos de Plainview esa sociedad corrompida, esa oscuridad ciega que es la ambición humana, esa esperanza perdida, ese resentimiento que es el motor de la historia y que será el inevitable rumbo a un desenlace trágico.

En su desquicio y poder destructivo, casi convertido en un semi dios sin culpa ni redención, la interpretación descollante de Daniel Day Lewis no esta nada lejos de la que Orson Welles brindara a su inolvidable Charles Foster Kane otro magnate compulsivo, ególatra y engrandecido por las circunstancias. Aunque, es necesario decirlo, estamos hablando en ese caso del mejor film de la historia y por lo tanto, dejando de lado lo interpretativo, el resto que aluda a forma y contenido de ambos films es incomparable.

 

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