Dirección: Wim Wenders.

Guión: L.M. Kit Carson (adaptación). Sam Shepard (guión).
País:
 Francia y Este de Alemania.
Año: 1984.

Genero: Drama.
Duración: 147 min.

Titulo Original: Paris, Texas.
Elenco: Harry Dean Stanton (
Travis Henderson), Sam Berry (Empleado de Estacion de Servicio), Bernhard Wicki (Doctor Ulmer), Dean Stockwell (Walt Henderson), Aurore Clément (Anne Henderson), Hunter Carson (Hunter Henderson), Socorro Valdez (Carmelita).

Producción: Anatole Dauman y Don Guest.

Música: Ry Cooder.





 

Paris, Texas

Por Maximiliano Curcio

 

     Sinopsis: Cerca de la frontera mexicana en Texas un hombre que padece de amnesia aparece en el desierto, después de caminar por días se desploma y es llevado a un centro de salud donde se conoce que el hombre se llama Travis y ha estado perdido por cuatro años, es entonces cuando acude su hermano quien lo habría reportado como desaparecido años atrás y lo lleva hacia su hogar en Los Angeles, donde encuentra que su hijo Hunter se crió con su hermano y la esposa de éste quienes nunca ocultaron que Travis era su padre desaparecido, allí Travis se hace amigo de su hijo y lo convence de ir con él en busca de su esposa y madre del pequeño de nombre Jane Henderson, Travis encuentra a Jane y descubre que tiene un empleo poco digno allí, la contacta y juntos reviven su pasado.

    

* * * * * / EXCELENTE

 

Quizás la película más emblemática de Wim Wenders, “Paris, Texas” se ubica como un ejemplo paradigmático de la filmografía de Wenders abocado a films llamados películas del camino, quien también se apunta perlitas como “El Cielo sobre Berlín” o “El Fin de la Violencia” de las que ha sabido dotar de su marca inconfundible de autor, en ese control sobre el producto que ha ejercido a lo largo de su carrera, moviéndose en terrenos de producción independiente. Su último film, “La Búsqueda”, es una road movie inevitablemente comparable a “Paris, Texas”, pero sin la genialidad de esta, icono cinematográfico del realizador alemán tres veces ganador de la Palma de Oro en Cannes, nada menos.

El guión, adaptación de una obra literaria esta adaptada en pantalla por el reconocido actor Sam Shepard, quien mas allá de su trayectoria como interprete (y actor fetiche de Wenders), posee una aun mas destacada intervención como guionista de films. Como interprete femenina, el protagónico está a cargo de la alemana Natasha Kinski, dueña de una gran intensidad y sensualidad, es una actriz que ha logrado reconocimiento y nombre a lo largo de su carrera, que comenzó de muy joven. Descubierta por Roman Polanski para su sufrido rol en “Tess”, a lo largo de lo ’80 solidifico su promesa de joven talento con apariciones como esta donde su pareja actoral es el también reconocido Harry Dean Stanton, ideal para ese papel introvertido, enigmático y controversial eje del film sin olvidar mencionar el buen aporte de un efectivo Dean Stockwell.

Esta idea de mostrarnos con distancias y pausas (y un pulso admirable) un pasado atado a un futuro en medio de una historia propia del submundo en el que viven estos personajes. Se trata de una búsqueda de sentimientos, más allá del lugar geográfico o físico en el que transcurren los hechos, en medio de ese viaje redencionista que tendrá un sentido emotivo para su protagonista. Esta búsqueda por restablecer el equilibrio entre las personas que lo rodean implica mirarse a si mismo, descubrir sensaciones (tensas o placenteras según la impecable banda sonora nos va comprometiendo con los personajes), fortalecer lazos de vida. El film lleva la marca del prolífico Wenders: de forma simple en su planteo argumentativo y pragmática en su resolución de planos, nos muestra a un personaje que consigue cerrar el círculo inconcluso de su vida y recuperar parte de un pasado que trae consigo la necesidad de pertenecer y el deseo de sentir que hizo lo correcto.

 

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