Si algo
tenia de bueno nuestro cine de hace años es que se realizaban
producciones históricas, tomar algún personaje o hecho de la
historia y llevarlo a la pantalla. Claro, no hace falta ver una
película para enterarse de un hecho histórico pero siempre sirven
para informar a la gente, atraerlas y contarles un poco de la
historia de su país. Dentro de esa idea se centraron dos películas
de Leopoldo Torre Nilsson cuando realizo “El Santo de la Espada”
y “Güemes – La Tierra en Armas” sobre José de San Martín y
Martín Güemes, ambos interpretados por el multifacético Alfredo
Alcón.
La
historia empieza cuando San Martín parte para Europa cuando empezaba
la guerra interna argentina entre federales y unitarios, San Martín
no deseaba pelear contra sus compatriotas y se instala en Europa. El
punto de partida es ese para volver hacia atrás y mostrar a San
Martín cuando llega al país al empezar la independencia. Seguimos
por la batalla de San Lorenzo, la reunión con Belgrano (para que San
Martín tome el mando del ejército y Belgrano vaya a juicio en Buenos
Aires para responder por sus derrotas), el cruce de los Andes, la
liberación de Chile y la de Perú, la reunión con Bolívar donde San
Martín le deja su ejército y volvemos donde empezamos. Todo esto
abarca la historia “argentina” de San Martín, cuando pelea por la
liberación nacional y de Latinoamérica para rechazar al ejército
español y que no vuelva. La historia está bien contada, tiene la
tarea de resumir mucha historia en dos horas de película, abarcando
muchos temas como la enfermedad de San Martín y de su esposa, las
diversas dificultades que tenia San Martín para ejecutar el plan de
liberación, etc. No es historia fácil todo lo que la película abarca
pero lo hace bien. Si, por momentos marea un poco y si no estamos
muy familiados con la historia en sí de San Martin se nos va a
complicar un poco más. La clave radica en tratar de “chupar” todos
los hechos que nos narra sino apreciar la lucha de un hombre por el
sueño de todo un continente, apreciar cuando se hizo fuerte y que
nunca se dejo vencer ante la enfermedad y ante la inactividad de un
gobierno débil y con poca ganas de ayudarlo, apreciar la grandeza de
uno de los hombres que ayudo a construir un país. Apreciar el
sacrificio y la grandeza de un gran hombre.
Un tema
aparte es la dirección de Nilsson en la recreación de las batallas y
de la época historia, excelentemente llevada a cabo ambas. Si bien
las batallas se nota el poco presupuesto (en comparación a las
producciones de EE.UU.) es un ejemplo perfecto de cómo se pueden
hacer bien las cosas si hay ganas, planos cortos, sonidos bien
colocados sirven para dar una buena batalla histórica.
Alfredo
Alcón es el San Martín perfecto, parecido físicamente se desenvuelve
con completa naturaleza en un papel difícil de hacer por la historia
del personaje y por todo lo que conlleva San Martín. Papeles como
estos son difíciles de hacer pero Alcón supo hacerlo y lo hizo
perfecto. Evangelina Salazar también da su cuota como acompañante
del héroe pero que no podemos disfrutar del todo por la
participación escaza y pausada de la esposa del libertador. Lautaro
Maúra, Héctor Alterio y Alfredo Iglesias representan muy bien a
diversos protagonistas de la historia en una especie de homenajes a
los grandes héroes ya que su paso es fugaz por la historia pero que
algunos de ellos cumplen un rol importante en San Martín.
“El
Santo de la Espada” es una película entretenida, bien contada,
muy abarcativa (a veces demasiado) y que sirve muy bien para contar
la vida de San Martín y que la misma sirva para interesarse de la
historia y admirar mas a los verdaderos héroes de la patria.
Puntaje:
07/10.