Dirección: M. Night Shyamalan.

Guión: M. Night Shyamalan.
País:
EE.UU. e India.
Año: 2008.
Duración: 91 min.

Genero: Acción.

Titulo Original: The Happening.
Elenco: Mark Wahlberg (Elliot Moore), Zooey Deschanel (Alma Moore), John Leguizamo (Julian), Betty Buckley (Sra. Jones), Ashlyn Sanchez (Jess), Spencer Breslin (Josh), Robert Bailey Jr. (Jared).

Producción: Barry Mendel, Sam Mercer y M. Night Shyamalan.

Música: James Newton Howard.

 

El Fin de los Tiempos

Por Maximiliano Curcio

 

      Sinopsis: Todo comienza sin previo aviso. Parece surgir de la nada. En cuestión de minutos, se producen casos de extrañas y escalofriantes muertes en las principales ciudades de Norteamérica que desafían cualquier explicación. ¿Qué está causando este repentino y total colapso del comportamiento humano?, ¿Es algún nuevo tipo de ataque terrorista, un experimento fallido, una diabólica arma tóxica, un virus fuera de control?, ¿Se transmite por el aire, a través del agua... cómo? Para el profesor de ciencias en un instituto de Filadelfia Elliot Moore, lo más importante de todo es encontrar el modo de escapar de este misterioso y letal fenómeno. Aunque él y su mujer Alma están atravesando una crisis en su matrimonio, se ponen en camino, primero en tren, luego en coche, con Julian, amigo de Elliot y profesor de matemáticas, y Jess, la hija de ocho años de edad de éste, hacia Pennsylvania, donde esperan estar a salvo de los horribles y cada vez más frecuentes ataques. Aunque muy pronto queda claro que nadie está seguro en ninguna parte. Este aterrador e invisible asesino no puede ser evitado.

    

* * * / BUENA

 

Podrá ser amado u odiado, pero ignorado jamás. M. Night Shyamalan es, por varias razones, uno de los cineastas más particulares que haya dado el cine en los últimos 15 años. Sexto Sentido fue  no solo su segunda incursión cinematográfica y una grañidísima película, sino que es una obra de las más representativas del género del terror psicológico, para el que marco un hito. Otras de las razones por las que Shyamalan esta muy frecuentemente en boca de todos es porque ninguno de sus films posteriores pudieron llegar a alcanzar ni superar el éxito del film mencionado. Films erráticos, de parodicas conclusiones o francamente propuestas decepcionantes hicieron dudar del verdadero talento de este señor, que parecía agotado. Pero a Shyamalan hay que saber entenderlo y conocerlo. No es el Hitchock contemporáneo, como alguna vez se lo tildo (un peso demasiado exagerado para sus espaldas) pero tampoco es un improvisado. Si revisamos su obra, veremos a un cineasta de culto, con una línea de pensamiento muy coherente y una visión del mundo que si bien es discutible, es profunda e inquietante y deja marcas a lo largo de sus películas convirtiéndolo en un mas que particular facsimil de autor.

Con su habitual habilidad narrativa y esa capacidad para crear climas ominosos y perturbadores, el director indio construye un buen thriller sobrenatural cargado de tensión y expectativa. Si bien intermitente a lo largo de la hora y media de duración del film, lo tenebroso de la trama no alcanza un clímax superior, pero deja deslizar una mirada muy particular, ácida y tremendista de su director sobre su gobierno y la manipulación de este sobre los medios de comunicación, sobre la sociedad y su curso, , sobre las relaciones interpersonales en momentos de crisis y desesperación, sobre las amenazas permanentes (llámese terrorismo) y finalmente sobre ese plus que se encuentra en la voluntad divina, o en esa fuerza superior que deja fuera del alcance de nuestras manos tragedias de índole natural.

Shyamalan, como dicho al comienzo, cultiva un estilo. Es un director muy apegado y muy férreo a sus posturas que no son siempre convencionales, por el contrario, se mueve dentro del género del suspenso, planteando historias que parecen sacadas de fábulas, cuentos bizarros que generan fascinación. En este caso el leit motive es la humanidad en jaque en medio de un ambiente desolado r y apocalíptico. Lejos del espíritu comercial, naif y taquillero de “El Día Después de Mañana” o “Día de la Independencia” ambas de Roland Emmerich, esta concepción del cine apocalíptico se acerca al de clase b, más cercano a un George A. Romero. Otra extrañeza del film radica en ese final revelador que queda trunco. Esa marca registrada en el cine de Shyamalan en esta ocasión apenas se desliza de forma muy sutil y casi en un segundo plano, como una realidad perturbadora que asoma amenazante e implacable.

 

 

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