Son todos iguales

Cuando decimos que todos los hombres son iguales, los hombres responden que no, que hay algunos que son diferentes. Pero como todos responden exactamente lo mismo, queda demostrado que son todos iguales. Lo mismo ocurre con los políticos, especialmente con los de la Alianza Neuquina. Dicen que son diferentes, pero son todos iguales, aunque hay algunos que son peores. Hace unos días, Horacio Verbitsky dijo que "la hipocresía es un homenaje que el vicio le rinde a la virtud". Linda frase no? Pues bien, los aliancistas son unos hipócritas, y los radicales en particular son todos iguales. Por qué será que Villar y Josefina Santarelli se enojaron tanto cuando el sindicalista Sagredo les echó en cara que iban a burlar a la ciudadanía aceptando los famosos Lecop? Por qué tanta ira en los diputado aliancistas? Es que tienen cola de paja, y se acuerdan muy bien de que fueron diputados de su mismo partido, Piombo, Basso, etc. los que votaron la quita del 20 por ciento de zona hace unos años. La historia se repite, los radicales le van a poner el mocho a un nuevo atropello, a un nuevo robo a los trabajadores del Estado. Para colmo de las contradicciones, el jefe de la Convención radical es el Sr. Verdinelli, que en otras épocas se hacía el militante de ATE y ahora es funcionario del bloque de la Alianza.

Los radicales neuquinos y sus socios del Frepaso SON AJUSTADORES. Que no les vengan con el verso de que están contra el ajuste. Y que no venga el insípido Radonich a hacerle el coro al no menos repugnante Massei diciendo que no hay alternativa. Sí señores, hay una pila de alternativas. Podrían por ejemplo, juntar unos 120 palitos cobrándole a Repsol lo que Sobisch le condonó. Podrían cobrarle otros 900 millones por el daño ambiental. Qué tul? Mil millones de pesos para cobrar y ustedes se lo piensan sacar de prepo a los estatales? Se ve que no tienen huevos ni ovarios. Pongan como techo salarial del Estado 2000 pesos, pero sin tocar un centavo a los que cobran menos, y verán cuánta plata juntan, hagan el cálculo. Habrá algún ministro, funcionario político o diputado dispuesto a bajarse el sueldo a los muy dignos 2 mil pesos, 500 pesos por encima de la canasta familiar? Por qué no dan el ejemplo y cobran, los diputados y diputadas, toda su dieta en Lecops? Hablando de Repsol: por qué lo dejaron solo a Moraña cuando denunció la condonación del pago de impuestos que le había otorgado graciosamente Sobisch? Después se enojan porque Sagredo les insinúa que venden su voluntad al mejor postor. Hipócritas. Puede ser que los aliancistas no hayan robado un solo peso, pero eso no los hace merecedores de nada. Es simplemente lo que deben hacer. Pero la mentira, las promesas incumplidas, el manoseo hacia la militancia de base (que ya casi no existe, o acaso les sobraron fiscales en las elecciones pasadas? No les sobraron; tuvieron que salir a buscar amigos, familiares y obligar a los empleados del bloque) indican que los aliancistas han adoptado todos los vicios (y ninguna de las virtudes) de los partidos que denostaron durante su campaña antimenemista.

Ahora bien, lo más jugoso del asunto, y este es el chisme del momento (en realidad es data de primera) es que el iracundo comunicado de Villar-Santarelli tiene su historia. Nadie en el Frepaso lo quiso firmar. Incluso Radonich se enojó y no fue a la reunión donde se terminó de cerrar el asunto. Villar fue el que se enojó más y le pidió a Rita Santarelli que lo acompañara con la firma. La flor del desierto, la damita del crudo, que había mantenido un perfil bajo, muy bajo, tuvo que ponerle el gancho a ese mamarracho porque la furia del diputado la intimidó y porque los demás no estaban tan convencidos como Villar de que hay que cagar a los estatales. Los del Frepaso no se sintieron tocados y por eso se hicieron los bobos. Es que, en realidad, al Frepaso ya lo había alineado Massei con otras de sus insoportable peroratas administrativistas, legalistas y demás. Otro que había sucumbido al encanto sobischista era el socialista Correa, quien asintió sin chistar a todas las órdenes que le susurró Jorge Brillo durante la reunión en la Legislatura. Correa, en verdad, ya cambió de bando hace rato. Entre la gente del EPEN le dicen de todo menos bonito. Tanta desconfianza le tienen que perdió el tren y, cuando tuvo la oportunidad de hacerse dueño del proyecto de reforma del EPEN, dejó en banda a los laburantes que terminaron decidiendo negociar sin la intermediación del ambiguo y claudicante diputado. Leí con fervor las recomendaciones de Intrusos sobre qué hacer con los Lecop, y estoy de acuerdo en un todo. Hay que llevárselos a estos sinvergüenzas y perdérselos en el orto, uno por uno, en un rollito prolijo y sin vaselina.

Los Aliancistas neuquinos, y en particular los radicales, han grabado sus nombre en la lista provincial de la infamia. Sí: Villar, Santarelli y su banda son EXACTAMENTE lo mismo que Piombo, Basso y su bandita. Con la diferencia, a favor de aquellos, de que por lo menos no intentaron explicar lo inexplicable. Los traidores pueden decir que en realidad son conversos. Pero a éstos, a los de ahora, no les da ni para traicionar.

M. C. P.

OPINION VINCULADA