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Humor político en Neuquén: una
corta historia, pero muy ácida


Por Fernando Barraza

NEUQUEN.- Vale que este informe comience con una pequeña humorada de un colega: “No se que vas a poner en tu informe, si los neuquinos somos más amargos que el petroleo”, espetó, con el ácido humor que lo caracteriza. Si bien este periodista no es un humorista profesional (bueno, solo cuando la ocasión lo amerita...), sus palabras resumen de alguna manera el espíritu de lo realizado hasta aquí en materia de humor político en la región.
La historia del humor político en Neuquén si bien es buena, pareciera ser poca, y puede resumirse en apenas algunas líneas.
La primera piedra está lanzada allá por los setenta, cuando nuestros colegas del periódico Río Negro probaron suerte otorgándole algunas contratapas a Ana Tole, un cronista mordaz de la realidad política de aquellos días. La columna duró algunos años. Hasta que los hacedores de la realidad política de la Argentina no aceptaron más chistes. De ningún tipo.
En los ochenta fue el mensuario “La Trastienda de la Información” el que le dedicó algunas tapas y tiras de humor gráfico al duro oficio del reírse de la clase política. Roberto Cáceres Bud, el mayor artífice de estas humoradas recuerda la época diciendo: “Hoy está más fácil el asunto de hacer humor político. Usted no puede darse una idea de lo complicado y arriesgado que resultaba hacerlo en esta comarca hace veinte años”. Varios de sus colegas de entonces están totalmente de acuerdo con este punto de vista.
Desde principios de la década del noventa del siglo pasado LA MAÑANA DEL SUR dedicó algunas de las partes sustanciales de su propio cuerpo de papel para que la risa se colara entre sus páginas. Desde el humor gráfico de Carlos Isola, Carlos Vilche (conocido por los lectores por su alias: El Ink), Efraín Castro (también más conocido por su alias: Tornillo), el mismo Roberto Cáceres Bud y Manés Marzano, hasta las columnas de “El humor en la política” realizadas por Mario Cipitelli, este diario buscó darle alguna cabida a la satirización de la realidad.

Radio-risas

A la par, en LU5, la primera de las AM de la región, se hizo algo (tal vez muy poco) de humor político. Un periodista del servicio informativo de la emisora recuerda a un personaje que compuso desde fines de los 80’s hasta principios de los 90’s. Era el “Gaucho Zenón”, un paisano de campo adentro que gustaba payar -en tono sumamente filoso- sobre la realidad política imperante en el momento. Fueron algunos de sus blancos dilectos el sonado caso de la polenta que mezcló en el imaginario popular a Pedro Salvatori y a los chanchos, como así también otros personajes nacionales, como Carlos Menem, o el diputado Alvaro Alsogaray, quien, de tanto ser mencionado por Zenón, terminó por ofender a algunos miembros de la UCD regional, quienes pidieron una pequeña “suavizada” de las cargadas del pícaro puestero imaginario.
El personaje campechano es recordado por su autor con mucho cariño y, entre los bolos que más le gustaron, rescata aquella payada imaginaria entre Saddam Hussein y el entonces presidente George Bush (padre) a raíz de la mediatizada Guerra del Golfo.
Zenón salía al aire en los momentos menos esperados, ya sea durante el transcurso del magazine de la mañana, o en las madrugadas del periodístico “Línea Abierta”.
LU5 también tuvo su programa con contenido exclusivo de humor político. Quizás algunos recuerden el efímero paso de “Tres a la deriva”, el magazine que condujeron Jorge Rubén Sosa, Clelia Vallmer y Mario Cipitelli. “Allí hubo mucha tela para cortar”, rememora Sosa, y recuerda aquellos risueños días.

Acidos

Bien avanzados los noventa hubo una renovación generacional en los medios y los primeros humoristas en aparecer lo hicieron en radio. Hubo un programa llamado “Llegando los monos”, conducido por Mario Tondato y Germán Baker, en un principio, y Tondato y Carlos Vilche más tarde. Rememorando aquellos ácidos días, Tondato nos cuenta: “En el momento en que hicimos el programa todo lo que pusimos al aire como humor político fue bastante agudo. Siempre tuvimos problemas, de una radio nos echaron y en la otra nos quisieron hacer pagar el espacio como si fuéramos millonarios”. Luego ironiza, con un poco de aquel viejo espíritu que aún conserva: “Eramos jóvenes inconcientes, ni siquiera se nos ocurría hacer una línea de humor político, pero nos salía igual. Es que es bastante seductor el poder, ¿quién nos sueña con darle, aunque sea un poquitito?”.
Cronológicamente detrás de ellos se ubicaron algunos ciclos radiales, como “Sopa de Ganso” o “Rajen de la cama”, dos audiciones de la filial neuquina de la fm Rock & Pop. En el primero de los programas, por ejemplo, estuvieron exactamente un mes completo realizando la ficticia campaña electoral de “Ricardo Impugnado”, un falso candidato a diputado que no tenía ningún tipo de miramientos en “disparar” a mansalva contra sus adversarios del MPN, el justicialismo y el radicalismo.
Más acá en el tiempo, Santiago “Meteoro” Vega -aún al aire todas las siestas de la semana por la misma emisora- jugó y juega con el ácido humor tan característico entre la generación de los que hoy tienen treinta o más. “Meteoro” dispara contra todos en sus comedias radiales “Fuera de foco” (un ficticio magazine periodístico conducido por un periodista que vende cada noticia al mejor postor) y “MPN Televisora Color”, una supuesta cadena televisiva donde -podrá deducirlo el lector- la información se divulga de una manera un tanto... oficialista.
Mientras tanto la veta de lo gráfico se renovaba en el relanzamiento de “La Trastienda” que, desde los montajes digitales de sus tapas, creados por el diagramador Flavio Pereyra, y las contratapas, redactadas por los ficticios cronistas Black & Decker, se encargaban de pasar lista a la realidad política de la región con un tono humorístico por momentos fulminante.

Anonimato de red

Y, por supuesto, le llegó el turno a la red de redes. En Internet también se está haciendo humor político regional y, para serle franco, del más ácido.
Los pioneros en utilizar esta modalidad fueron los editores de la revista virtual “La Poronguita”, quienes se encargaron de distribuir sus ejemplares vía e-mail a varios de los más variados (valga la redundancia) personajes de diferentes estratos: intelectuales, políticos, periodistas, estudiantes o simples internet-adictos. Cada número de “La poronguita” encierra un breve pero mordaz análisis de los días que corren al cierre de cada edición de la revista. Dar con los responsables de la revista para realizar este informe fue imposible, ya que “La Poronguita” se distribuye desde una casilla gratuita de correo virtual (laporonguita@hotmail.com) y los seudónimos están a la orden del día entre su redactores. Todos quienes fueron consultados por este cronista como supuestos “autores intelectuales” del ciber-pasquín político, negaron enfáticamente su participación entre sospechosas sonrisas... cuando no directas risas.
Leyendo la revista y analizando el estilo no caben dudas de algo: quienes la redactan son profesionales de algunas de las ramas de la humanística, o tal vez de varias de ellas.
Similar, pero con sus variantes propias, es el caso de la página web www.neuquinosmalaleche.com.ar, un site donde columnistas anónimos disparan contra todo y todos. Allí hay análisis de coyuntura, un link a un reality game show ficticio (onda “El Gran Hermano”) del que participan figuras de la política regional, y algunas divulgaciones de muchos de aquellos comentarios de pasillo que circulan extraoficialmente en las distintas dependencias estatales de la región. Exactamente la misma política que los de “La poronguita” es la que tienen los supuestos redactores de este site de intrusos neuquinos: ninguno de los sindicados como autores se hacen cargo de la redacción. Tal vez este sea una de las características de trabajo que otorga la red de redes. Para algunos podrá ser este peculiar modus operandi un motivo de juicios de valor sobre los responsables sin rostro, para otros -amantes del anonimato- será ni más ni menos un paso más en la batalla.
La reflexión final de este informe corre por cuenta de Meteoro, quién, en medio de su habitual y acelerada verborragia, nos dejó la siguiente impresión: “La realidad, que es el elemento primario con el que trabajamos para hacer humor político, a veces es patética. Entonces construir humor desde allí no es para nada fácil. Pero no puede morir la realidad en ese patetismo... por eso molestamos como molestamos”.

La mirada de Quiroga

NEUQUEN.- Pechi Quiroga es uno de los últimos en caer en las “garras” de los humoristas. Así y todo ya tiene tras de sí una interesante cantidad de caricaturas de su propia persona a cuestas. Como Felipe Sapag, Quiroga colecciona casi todas las caricaturas que de él se han hecho. En su despacho, detrás de su escritorio, puede verse un Isola original en el que él y Jorge Sobisch conducen una caravela en medio de la tormenta.
P.: Háblenos del rol del humor político.
Pechi Quiroga: Es simple y es muy corto. Yo creo que el humor es totalmente necesario, es algo sin lo cual no podríamos vivir.
P.: ¿Alguna vez cerró el diario enojado por haber visto un chiste que lo involucrara?.
P.Q.: Nunca me sentí agraviado, ni perseguido por algo de lo que se publicara. No me puedo quejar. El humor político es directo y elocuente, encierra una capacidad de análisis inmediata y habla de cuestiones de relaciones entre los humanos. No hay nada más limpio y directo que eso. A veces veo una caricatura mía y la analizo: en algunos detalles encuentro más de un sentido, más de una interpretación, eso es genial.
P.: ¿Y la “tinellización”?.
P.Q.: Yo creo que, desde el punto de vista de la política, ni la “tinellización” ni cualquier otra cosa debería molestar a quien este seguro de sí mismo.


Las reflexiones de los creadores

“Hubo una época, durante el primer gobierno de Sobisch, en la que se enojaron un poco conmigo por el tenor de algunos chistes”. Tornillo.
“En Neuquén no hay medios para trabajar en el humor, menos en el político. No hay infraestructura, no hay propuestas. Es muy raro, pero es así”. Carlos Isola.
“Linda época esta para dibujar personajes políticos. No hay vedettismo como en la época de Menem, pero igual hay cosas realmente entretenidas para dibujar”. Carlos Vilche.
“Confieso que en la región ninguno de nosotros tiene los huevos necesarios para hacer humor político del más bravo. El problema es que aquí todos tenemos algún amigo que es amigo del gobernador”. Tornillo.
“Es cierto, en el humor político hay mucha autocensura; encima la autocensura es como una maña que se te pega cada día más. Muchas veces la autocensura es alimentada por tus propios editores”. Carlos Vilche.
“Me resultó pesado trabajar en humor político. Tenés que estar enganchado todos los días a la maquinaria. Qué dicen y cómo lo dicen. Lamentablemente hay días en los que nada de lo que hacen te puede hacer reir”. Carlos Vilche.
“Pegarles a los políticos es un juego de nenes. Con lo desacreditados que están -por hacer lo que hacen- es muy fácil caricaturizarlos y hasta hacerlos tambalear”. Carlos Isola.
“Yo personalmente no creo que el humorista regional se deba dejar influenciar por la cercanía física con el poder”. Carlos Isola.