Libro de Visitas |
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El hombre de rasgos avejentados y cabellos largos y renegridos contemplaba las llamas sentado frente a la gran fogata de la vida. Su mirada parecía perderse entre las danzas del fuego, entrando y saliendo por los senderos del humo. El paisaje era simple y profundo, unas rocas sinuosas y los espinos complacientes con las lagartijas, más allá se desdibujaba el valle con la noche que envolvía de eternidad al guerrero. Cuanto mas se elevaban las llamas, el círculo de luz se iba abriendo, y se cerraban las heridas. Una puerta interior se fue moviendo al tiempo de que un águila grande y hermosa sobrevolaba al hombre y emitía sonidos que se escucharon durante siglos. |
Bin talac |
Necesite quebrar un destino
Te frenaba el vuelo de tu poesía. |
Poesías premiadas: |
El Altillo de mi vida, |
Porque desde tus primeras páginas |
Me marcho al cielo infinito de tu recuerdo. |
Rumorean sobre el horizonte
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