Péndulo
Dorado
(María Aurora
Rivadeneyra Pasquel)
Hay un
Péndulo Dorado que me observa, me observa..., me observa..., me observa..., ¡y ya no aguanto su tic, tac, tic, tac...!
De
pronto me grita: “ya no soporto verte ahí, a pesar de que mi deber es medir
el tiempo, ya no sé cuanto tiempo llevas sola, sin moverte, viendo solo al
infinito, vestida en fachas, sin la cara lavada siquiera, estás despeinada, y sin ánimos
de nada, solo prendes un cigarrillo y se acaba, y luego otro, y otro, y solo así
pasas el tiempo, dime ¿qué esperas?, ¿a quién?, ¿por qué me
desesperas....?”.
Pasó
un momento más, y yo seguía
igual, ni siquiera me inmuté a los
gritos del Péndulo Dorado........no
lo escuché, o no quise hacerlo,
no
lo sé; de pronto una vieja y cansada
ventana se abrió fuertemente, sólo
el helado viento me hizo reaccionar;
el fuego de la chimenea lloró,
ya que no tenía mucha vida por
delante, el viento estaba consumiendo
su vida.
Lentamente me levanté y cerré la ventana
lastimada por el azotón, fui a la cochera por más leña, traje todo lo que
había, tres leños y basura para avivar el fuego y la llama quiso sonreír con
agradecimiento y desesperanza al mismo tiempo.
El Péndulo seguía con su tic tac,
tic tac... volví a sentarme en el mismo lugar y prendiendo otro
cigarrillo, una vez más grito el Péndulo: “¡ya no puedo más...!”
violenta le grite:
“¡pues ya muérete!”, el Péndulo grito más fuerte: “ojalá
pudiera, pero no puedo, ya estoy harto de solo tener un vaivén, -sólo eso, sólo eso!, y
tú ¿qué haces?, ¿por qué no aprovechas tu vida?, ¿no te das
cuenta que el tiempo pasa?”.
Me enfurecí a su pregunta, y por el
estremecimiento del momento, mi corazón se cayó y sin compasión lo pateé.
Nuevamente el silencio invadió la habitación, solo el tic tac continuaba, pero
más lento cada vez, igual que el crujir del fuego.
El ocaso se apresuraba y la
luz era cada
vez más difusa.
Por fin obscureció, y nos quedamos igual, el
fuego, el Péndulo y yo consumiéndonos en el tiempo, el Péndulo me dijo:
“Perdóname, ahora siento tu dolor”. sin escucharlo bien, lo miré y me di
cuenta de que agonizaba..., me arrepentí de haberle deseado la muerte, pero ya
era tarde, no podía regresar mis palabras, me acerque a él y le dije: “¿qué
te pasa, por que estás así?, veo en tu dorada cara una tristeza que te
consume”.
Él me respondió con voz lenta: “un pedazo de tu corazón cayó en
mí cuando lo pateaste, experimenté en esos momentos angustia, coraje y un dolor
que me mata, dime, ¿qué es esto que siento?, ¿por que tu corazón lo tenía?”.
Yo le respondí: “es el dolor
de una persona lo que me ha
dejado así, siento mucho que lo hayas tenido que vivir tu también.
Tiernamente lo
abracé entre mis brazos
temblorosos y le dije: “¿cómo puedo ayudarte?”, me contesto: “no lo sé,
yo nunca había sentido nada, he oído sobre el amor, ¿dime es esto amor lo que
siento?”.
“No....” le dije..., “es desamor, y me dijo: “¿puedes
curarme?”, “no lo se”, respondí,
“pero trataré”.
Estuve pensando en
la forma de ayudarlo pero me di cuenta que no podía, por fin se me ocurrió que
si le hablaba del amor podría contrarrestar su dolor.
Con voz suave le dije: “hay un sentimiento
que expresamos los seres vivientes que se llama amor, éste se vive primero con
tus familiares, ya que con ellos vives; y se manifiesta de diferentes maneras, a
veces con una sonrisa, otras con una ayuda mutua, otras sin ningún motivo.
Cuando vas creciendo te das cuenta que hay una sociedad que te rodea, y
también con ella puedes manifestar este sentimiento, yo conozco a una persona
la cual le debo mucho, porque con nuestra amistad nos hemos enriquecido, me ha
ayudado en muchos aspectos, sé que sin su cariño yo no sería la persona que
soy, me ha ayudado a ver la vida de diferente manera, y cuando estoy mal,
triste, o confundida me da un ánimo, y siempre tiene su momento para estar
conmigo, momentos de felicidad también hemos compartido, este es el verdadero
amor entre amigos, cuando escoges una amistad y la haces tu hermana; es un
tesoro que no se quiere perder.
Hay otro tipo de amor, el de pareja, hombre y
mujer, ese es el que yo creí tener, porque yo lo daba todo pero él solo
aceptaba, y como nunca había sentido este tipo de amor, era yo feliz, el me
aceptaba todo lo que le daba, pero me di cuenta ayer que él solo recibía, nunca
me daba, no tenía yo un interés por recibir pero sabes, en este tipo de relación
es muy importante también recibir, porque el alma necesita alimentarse de pequeños
detalles para que el amor siga creciendo, es muy importante crecer en el amor,
no estancarse porque si no es sólo costumbre y eso no es amor.
Él me dijo que
me quería, pero cuando llegó otra persona a su vida que satisfacía sus
instintos animales, se fue con ella, y yo, me quedé sin saber que pasó, es por
eso que trataba de entender al ser humano, es por eso que no quería hacer nada,
solo pensar y pensar, por qué había sucedido esto
en él!.
¡No lo entiendo, no entiendo por
qué a veces el ser humano es tan animal, por qué a la gente
le gusta jugar con los sentimientos de los que le tienden la mano, por que
mienten a algo tan sagrado como es el amor, por qué se ríen de quien le
ama, por qué tan sólo para ellos solo viven ellos, en éste mundo que es
hermoso!, y por qué no aceptó el vivir en pareja conmigo casándonos!, por qué solo para él existe el "dame, óyeme, siénteme, háblame, todo lo
terminado en ¡me!, por qué fue así la relación por parte de él......,
¡No
lo sé!......, no lo sé......, no lo sé......, no lo sé.....!”
Pasó un
tiempo en que repetí ésa frase tantas veces y de pronto me ví en un repetido
llanto interminable; y cuando cansada en llanto, la palpitación de mi corazón
era ya muy acelerada, y me ahogaba, pues ya no había aire alrededor
de mí.
Ví a mi pequeño amigo, y tratando de ya no
sollozar dije: “pero tú querido compañero de horas compartidas, en este
momento me has hecho comprender que ya no puedo ni debo regresar al ayer, no
puedo regresar el momento en el que te deseé la muerte, ojala pudiera para no
haberlo hecho, ojala pudiera para componer tantas situaciones.
No puedo
regresar el ayer, porque ya no existe”. el Péndulo me dijo con voz
agonizante, “te agradezco tu amor hacia mí, lo estoy sintiendo, y no te
preocupes de mi muerte, ya no quería seguir viviendo así, solo con mi tic tac,
te prometo que en mi siguiente vida, voy a vivir lo mejor que pueda”.
Mi querido compañero se
fue quedando dormido
poco a poco......... la fogata crujió nuevamente, y murió también.
Hoy, después
de varios meses me di cuenta que sólo he estado desperdiciando mi vida con una
autocompasión que no me permite luchar conmigo misma, y hoy le prometí a ese
Péndulo Dorado que viviré lo mejor posible.... sin resentimientos, sin corajes, sin
desamor, sin dudas y sin temores. “te prometo, querido Péndulo, que
comprenderé realmente lo que es el amor”.
nov 1986
Registro: México, D.F. a nivel internacional No. 3001117
La melodía que
está oyendo se llama "Mañana de Septiembre", del cantautor Neil
Diamond, y puede guardarla en su pc
con el mouse derecho y "Guardar Como" .
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