A R L E Q U I N O

  (María Aurora Rivadeneyra Pasquel)

 

Érase que se era, un personaje no muy plural, a veces sus sentimientos eran de todo un caballero, otras de una gran dama, los hombres decían que veían su vida reflejada en él, al igual las mujeres lo comentaban; lo cierto era que, simplemente expresaba Arlequino lo más hermoso que hay en el ser humano...  ¡Su corazón abierto!  (teniendo en cuenta que el corazón es el centro de los sentimientos, las actitudes, actos, pensamientos... El corazón es donde el hombre se hace hombre).

 

 

Arlequino tenia una sonrisa, una palabra de ánimo, o una disposición de escuchar al que lo necesitaba; también hacia notar los errores pero con una ternura y compasión sin igual; por eso todos lo querían, lo buscaban, necesitaban verlo cuando flaqueaban, pero nadie pensó jamás que Arlequino también sentía, sufría porque era él, él que siempre daba, al que se le pedía, y sin embargo era feliz al darse, pero su corazón estaba vacío...... El daba y daba  y... ¿cuando recibía ...?  Y se dijo "Tengo que hacer algo, no me quejo de nadie ni de lo que he dado, y volvería a darlo, pero ahora debo ser precavido"; y entonces decidió actuar para recibir siquiera amor disfrazado de aplausos, eso era lo único que pedía... Era humilde, así que decidió ganarse ese aplauso.

 

 

Cambió su personalidad, se convirtió en un auténtico saltimbanqui, un cómico de la legua, andaba de un lado a otro, de provincia en provincia, peregrinando por todos los caminos; pobre y con hambre como todos los comediantes; pobre y con hambre de ser escuchado, de amor, de un ánimo, de una pequeña palmadita en la espalda o de una bella mirada...

 

 

Y de tanto andar y andar, expuesto a todos los elementos (frío, calor, aire y lluvia); su ropa se le iba gastando, rompiéndosele....   Y él amorosamente, la remendaba con un pedacito de tela por aquí, un listón por allá, y así, hasta que de su ropa original quedo solo un excéntrico y vistoso traje de muchos colores, como un vitral donde se podía leer toda su historia: sus aventuras, sus amoríos, sus sueños, sus alegrías, sus soledades, sus tristezas, su....... Su vida entera.

 

 

Se dice también que usaba máscara, no sólo por ser la tradición teatral, sino porque no tenía rostro, era tanto su dolor de no ser amado, que en vez de que se le endureciera el corazón fue su faz la que se le había endurecido y después desfigurado poco a poco.     Y la cola de zorro que usaba en su birrete, significaba que Arlequino tenía todo el instinto,  astucia y audacia que tiene el zorro para vivir o sobrevivir.

 

 

Este personaje (gracias a sus romerías), tiene mucha experiencia de la vida, sabe un poquito de teología, otro poco de música, otro tanto de medicina, o por lo menos sabe calmar el dolor físico de algún hermano que se cruce por su camino recetándole tal o cual droga, o simplemente dar fuerza al que sufre; en fin, mañas y virtudes para vivir o sobrevivir........

 

 

 

Y así fue que Arlequino empezó su vida teatral, era feliz con un aplauso, o viendo la sonrisa de un pequeño aunque no hubiera entendido su manera de actuar.    Ahora, después de algunos caminos andados, de sembrar en otros corazones fe, esperanza, ánimo, resignación hacia cierto dolor, y de andar y andar por los caminos del teatro; como actor, se convenció de que no todos son iguales, que algunos aman con el corazón, pero usan la razón;  y otros con pasión y amor, para esos no hay razón; pero los peores sólo desean ser amados y no amar jamás.

 

Una hermosa mañana Arlequino soñó que volaba y escuchaba:

 

 

El artista nunca es pobre porque entrega todo de si mismo para darse.

 

El hombre sin amar es su propio destructor.

 

 

El mayor amante es el que proporciona amor.

 

 

 

 

Arlequino se encontró con el creador y le dijo "El hombre es más feliz cuando es más libre, y tú querido Arlequino, has sabido ser sencillo y amoroso, por eso serás libre, y al final de tu camino, el amor que te llevas es el amor que antes sembraste".

 

 

 

Y como premio de su actuación en la tierra lo convirtió en gaviota, para que al verlo niños, jóvenes, adultos y ancianos dibujen una sonrisa con una bella mirada.

 

 

 

¡Cuidado...! Arlequino todavía vive en cada uno de nosotros, quizá nuestro traje no sea como el de él, pero sí nuestro corazón; pues en cada obra, personaje, función, temporada, amor o batalla, vamos dejando nuestro corazón... o se nos rompe, o se nos gasta.... y lo parchamos con algo de magia, o un poco de música, o le hilvanamos un anhelo, aunque lo mejor es coserle un retazo de horizonte......

 

 

Y de nuestro corazón original, rojo y entero, con el tiempo nada queda... solo una madeja informe de pedazos multicolores que nos habla de encuentros, amores, despedidas, alegrías, tristezas... que a la hora de subirnos al escenario de nuestro cotidiano día, se convierten en todo nuestro tesoro, en nuestras ganancias.

 

 

Y entonces somos saltimbanquis contemporáneos, vagabundos consuetudinarios, unos eternos exiliados que de vez en vez nos detenemos en la mitad del desierto a preguntarnos ¿quienes somos, a que venimos,   a donde vamos...?   y  extendemos nuestros brazos a todos aquellos que sufren y necesitan de ánimo, una bella mirada o una palmadita, aunque por dentro suframos... y nos vamos a otro lugar.  lenguas, corazones, banderas...... y ahí sin pertenecer a nadie y no teniendo nada, los demás forman parte de nuestro ser, de nuestra sonrisa y mirada porque se nos han regalado, son nuestros para seguirlos dando, y entre más damos más recibimos.........

 

 

Y cuando menos nos damos cuenta, hay un desierto que nos abruma, nos mata poco a poco, y nos quedamos calladitos sin hacer ruido para oír a la brisa cantar... y nos ahorca tanta nostalgia al querer darlo todo, pero para nuestros frutos y ofrendas no hay nada mas que manos vacías... ni siquiera un aplauso...

 

 

Y entonces seguimos caminando según el instinto, alertas, cantando, bailando, recordando, sobreviviendo, y utilizamos el ingenio, la astucia, osadía, los trucos, los mitos, los gestos de sonrisa, el llanto, la mirada que quiere esclarecer al mundo y preguntarle ansiando una respuesta, ¿por qué ese misterio de la vida que se pone a oscilar entre la verdad, la mentira, y el bullicio.....?, y ese eterno silencio que muchas veces quiere gritar angustiado.......

 

 

¡Locos!, ¡Niños!, ¡Poetas!, ¡Bohemios!, ¡Pobres diablos!, ¡Muertos de hambre!, ¡Viciosos!, ¡Flojos!, ¡Mantenidos!..... y no se cuantos rótulos más se nos han colgado....., y sí, eso somos, seres rotos como el viejo traje de un pobre payaso, rotos como la antigua marioneta con sus hilos gastados; hechos de mil matices... , y rostros y voces y almas..., y cuentos, y ecos y raíces con las que toda la humanidad se nos ha venido anudando a pedazos, poco a poco, a cada paso o maroma;  o entreacto o función; o en silencio o con aplausos; con un beso o un lamento, con un albur o a carcajadas, o maquillado o despintado...........  no, no sé cuanto más o tal vez menos... , si todo o nada, no lo sé... sólo sé, que lo mejor es sonreír al cruzar los desiertos del solitario día para cantarle a la vida en el escenario.

 

 

 

¡Vida...! ¿por qué todo se da sin saber a quien o como... con tal de dar y recibir amor?, y que un pétalo de una rosa blanca del jardín de Dios caiga en nuestro corazón..... ¡por favor! que nada sea falso, ni siquiera un aplauso.

 

 

 

1988

 

Registro:  México, D.F. a nivel internacional No. 184310

 

 

  La melodía que está escuchando se llama "Jesús, Alegría de la Gente", del compositor Joan Sebastian Bach, y puede guardarla en su pc oprimiendo y "Guardar Como" .

 

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