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LOS SANTOS PADRES DE

LA IGLESIA Y LOS SANTOS,

¡TAMBIÉN ERAN NAZIS! 

Juan Pampero

   Ya me parecía a mí que estos no iban a salvarse en la volteada. En buena hora el haberlos descubierto para ponerlos en la lista negra. Humildemente creo que por el hallazgo de estos nazis muy encubiertos, la Organización Wiesenthal me debería dar aplauso, medalla, foto y beso. No digo, pecando de soberbio o vanidoso, que le pongan Juan Pampero a una de las 14 filiales que tiene esparcida la organización en suelo argentino para la cacería de nazis que, casualmente, siempre deben ser peronistas o nacionalistas. No. Con lo anterior, un beso a lo Judas, me conformaría, aunque también me gustaría salir en el diario Clarín y La Prensa porque esto es muy paquete y mis amigos de la Recoleta armarían algazara. Porque al fin y al cabo, uno su mérito lo tiene, ¿o no?

   Y ahora vean las pruebas de la infamia que traigo en la maleta:

   San Agustín (354-430) es el más ilustre de los Santos Padres de la Iglesia. Maniqueo en su juventud, fue convertido en Milán por San Ambrosio, y llegó a ser Obispo de Hipona (antigua ciudad de la Numida, en la costa septentrional de África). Sus principales obras son: Confesiones, La Ciudad de Dios y el Tratado de la Gracia. De la Narración sobre los salinos, he extraído para ustedes el párrafo que dice así:

   Los judíos mataron a Cristo para no perder el lugar; matándolo perdieron el lugar; arrojados del reino se dispersaron. Tan pronto como resucitó les envió tribulaciones.

   Esto mismo dijo El al ver llorar por El algunas mujeres cuando iba a la muerte del Calvario: “No lloréis por mí; llorad por sí, por vosotras y por vuestros hijos.” De esto se deduce que se predicó: “Resucítame y les daré su merecido.”

   Ahora, hermanos, nos sirven los judíos; son nuestros libreros; como ayos nos llevan los códices. Oíd de qué modo nos sirven, y no son motivo. Caín, hermano mayor, que mató a su hermano menor, recibió una señal para que no fuese matado por nadie, es decir, para que subsistiese ese pueblo. A él pertenecen los profetas y la ley. Por los profetas y la ley se predicó Cristo. Cuando tratamos con los paganos y les mostramos que ahora acontece a la Iglesia de Cristo lo que anteriormente se profetizó en nombre de Cristo, de la Cabeza y del Cuerpo de Cristo, para que no piensen que nosotros inventamos tales predicciones y que hemos escrito como futuras las cosas que sucedieron, les ofrecemos los códices de los judíos. Los judíos, sin duda, son nuestros enemigos. Luego, por los escritos de nuestro enemigo demostraremos al enemigo nuestra verdad.

   San Esteban es el protomártir del Cristianismo. Se desconocen con exactitud las fechas de su nacimiento y muerte. Fue lapidado por los judíos a quienes había atacado duramente, en Jerusalén (Hech. 7, 54 – 60). También se ignora su origen, discutiéndose todavía sobre si su procedencia fue de Grecia o si era oriundo del propio Israel. Del Libro de los Hechos de los Apóstoles he extraído unos párrafos del discurso (Hech. 7) de San Esteban después de su arresto (Hech. 6) y anterior a su muerte (Hech. 7, 54 – 60) que dice así:

   Entonces –les enrostra San Esteban-, fabricaron un ternero de oro, ofrecieron un sacrificio al ídolo y festejaron la obra de sus manos. Pero Dios se apartó de ellos y los entregó al culto de los astros, como está escrito en el libro de los Profetas.

Israelitas:

   ¿Acaso ustedes me ofrecieron víctimas y sacrificios durante los cuarenta años que estuvieron en el desierto? Por el contrario, llevaron consigo la carpa de Moloc y la estrella del Dios Refán, esos ídolos que ustedes fabricaron para adorarlos. Por eso yo los deporté más allá de Babilonia. (Hech. 7, 41 – 43).

   ¡Hombres rebeldes, paganos de corazón y cerrados a la verdad! Ustedes resisten siempre al Espíritu Santo y son iguales a sus padres. ¿Hubo algún profeta a quien ellos no persiguieran? Mataron a los que anunciaron la venida del Justo, el mismo que acaba de ser traicionado y asesinado por ustedes, los que recibieron la ley por intermedio de los ángeles y no la cumplieron. (Hech. 7, 51 – 53).

   San Juan Crisóstomo (347 – 407), Santo Padre de la Iglesia; célebre por su elocuencia. Es autor de muy notables homilías, como por ejemplo:

   Los judíos dicen que son los hombres, y no Dios, quienes han lanzado sobre ellos toda su desgracia. Pero la causa es precisamente la contraria, pues Dios la ha ocasionado. Si hacen a los hombres responsables de ello, no deben olvidar que, aún cuando lo hubiesen puesto en peligro, no serían lo suficientemente fuertes si Dios no lo hubiese querido. (Sexto Sermón contra los judíos).

   Nuestras cosas son más dignas de estima y mucho más preferibles que la de ellos. Los judíos, gozando de innumerables milagros y prodigios, no se hicieron mejores, mientras que los ninivitas, con sólo haber oído una voz se convirtieron y abandonaron la maldad. Lo mismo puede verse en la conducta de hombres despreciables, no ya sólo en la de los ilustres. (La Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo).

   San Pablo, llamado Saulo y Apóstol de los Gentiles. Nació en Tarso de Cilicia en el año 2 antes de Cristo y murió, siendo un anciano, martirizado en Roma en el año 67. Fue un enemigo inclemente del cristianismo a pesar de ser un contemporáneo de Cristo. Estuvo presente en la lapidación de San Esteban (Hech. 7, 58). Su conversión en el camino a Damasco es un suceso conmovedor dentro de toda la Historia de la Iglesia (Hech. 9). Fue uno de los primeros organizadores de la disciplina eclesiástica y de la doctrina cristiana. Como escritor nos ha legado una colección de  quince Epístolas llamadas también Cartas Paulinas y que han sido incluidas en el Nuevo Testamento como Sexto Libro. Su fiesta es el 29 de junio. De dos de sus cartas he extraído, para no abundar, lo siguiente:

   En cambio, castigará con la ira y la violencia a los rebeldes, a los que no se someten a la verdad y se dejan arrastrar por la injusticia. Es decir, habrá tribulación y angustia para todos los que hacen el mal: para los judíos en primer lugar, y también para los que no lo son. (Rom. 2, 8 y 9).

   ¿Qué conclusión sacamos de esto? Que Israel no alcanzó lo que buscaba, sino que lo consiguieron los elegidos; en cuanto a los demás, se endurecieron (véase Deut. 29, 3; Is. 6, 9 y 29, 10; Mt. 13, 13 – 15), según la palabra de la escritura: Dios los insensibilizó, para que sus ojos no vean y sus oídos no escuchen hasta el día de hoy. Y David añade: Que su mesa se convierta en una trampa y en un lazo, en ocasión de caída y en justo castigo. Que se nublen sus ojos para que no puedan ver, y doblégales la espalda para siempre. (Rom. 11, 7 – 10).

   En efecto, ustedes hermanos, siguieron el ejemplo de las Iglesias de Dios, unidas a Cristo Jesús, que están en Judea, porque han sufrido de parte de sus compatriotas el mismo trato que ellos sufrieron de parte de los judíos. Ellos mataron al Señor Jesús y a los profetas y también nos persiguieron a nosotros, no agradan a Dios y son enemigos de todos los hombres ya que nos impiden predicar a los paganos para que se salven. Así, constantemente están colmando la medida de sus pecados, pero la ira de Dios ha caído sobre ellos para siempre. (1 Tes. 2, 14 – 16).

   Nota del compilador:

   Digo, a simple título de advertencia, que en algunas traducciones de los Evangelios (sobre todo las que tienen pie de imprenta en Nueva York y son empleadas por sectas herejes como los denominados Testigo de Jehová, todas ellas judaizantes), en relación con las frases citadas, entre otras como “no agradan a Dios” y  “son enemigos de todos los hombres”, han introducido “los intereses de” provocando una interpretación errónea del texto original.

   San Justino es una de las más brillantes figuras que presenta la Iglesia del Siglo II. Fue filósofo y mártir cristiano, autor de una Apología de la Religión Cristiana. Falleció en el año 165. De su Diálogo cum Triphon he extraído el siguiente párrafo:

   Los paganos son menos culpables que vosotros, judíos; sois vosotros los autores de sus prejuicios hacia nosotros. Habéis enviado por todo el mundo emisarios elegidos con celo (este Padre Santo se refiere a los terribles judíos Zelotes que aún hoy existen, a quienes se los menciona como celos abreviadamente, pero que nada tienen que ver con el delirio celotípico que es una enfermedad mental, lo que no quiere decir que los zelotes, a su vez, no sean enfermos mentales de extrema peligrosidad) que han dirigido contra nosotros esas calumnias que repiten aún todos los que no nos conocen.

   Habéis hecho saber en todos los países, que un tal Jesús de Galilea había fundado una secta impía y que había enseñado abominaciones a sus discípulos; y repetís todos los días a quien quiere escucharos, que aún las practicamos.

   San Gregorio Niceno (331 – 396). Santo Padre de la Iglesia. Hermano de San Basilio el Grande.

   Asesinos del Señor; asesinos de los Profetas, enemigos de Dios, hombres que odian a Dios, hombres que desprecian las leyes, adversarios de la Gracia, enemigos de la Fe de sus padres, abogados del diablo, raza de víboras, calumniadores, levadura de los fariseos, asamblea de los demonios, pecadores, hombres perversos, lapidadotes, enemigos de la honradez. (Oración de la resurrección de Cristo).

   Benedicto XIV (1675 – 1758). Se llamaba, antes de ser Santo Padre, Próspero Lorenzo Lambertini. Es uno de los Papas más importantes de la historia de la Iglesia. Ejerció el papado durante 18 años, desde 1740 a 1758, que es el año de su fallecimiento. Su buen gobierno y su forma de ser le granjearon la amistad de las más variadas personalidades, incluido el mismísimo Voltaire.

   Los judíos se ocupan de asuntos comerciales, amasan enormes sumas de dinero y de estas actividades, y proceden sistemáticamente a despojar a los cristianos de sus bienes y posesiones por medio de sus exacciones usurarias. Aunque al mismo tiempo ellos piden prestadas sumas de los cristianos a un nivel inmoderadamente alto, para el pago de las cuales sus sinagogas sirven de garantías, no obstante sus razones para actuar así son fácilmente visibles. Primero de todo, obtienen dinero de los cristianos que usan en el comercio, haciendo así suficiente provecho para pagar el interés convenido, y al mismo tiempo incrementan su propio poder. En segundo lugar, ganan tantos protectores de sus sinagogas y de sus personas como acreedores tienen. (Carta Encíclica a Quo Primum , año 1751).

Este no es un templo masónico.

Es unas sinagoga, casa de

comercio y de la usura

                                                                                                                                                                                    

   Constantino, Siglo III – IV. Emperador Romano.

   Los judíos son una nefasta y perversa secta. Su primer código legal refería a las Sinagogas con una palabra coloquial que significaba “prostíbulo”. Su Edicto de Tolerancia del año 313, trató de darle a esta secta un trato benévolo. Dos años más tarde, sin embargo, se tomaron severas medidas para prohibir los casamientos entre judíos y cristianos. (Epistolae, en Patrologiae Cursus Completus, Ed. París 1850). 

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