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SOBRE DOS PERROS QUE ME HAN HINCHADO
Juan Pampero

   Infelisa Amiceli de la Plata Grosa, unos treinta años más joven, cuando era Directora de Presupuestos Provinciales de Martínez de Hoz. A ella le dieron el piróscafo sin piedad por una bolsita de morondanga.

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                                             La Divisa Punzó, en el mes de nuestra Santa Madre María de Itatí y de
                                              Caá-Cupê del año 2007 de Nuestro Salvador Jesucristo.
 

   A don CARLOS FERNANDEZ 

   Mi  buen camarada y querido compatriota:

   Como ya sé lo que me va a regañar, diciendo que le mando cartas como trompadas de loco, me voy atajando. En verdad, ésta no es otra cosa que una continuación de la llamada  telefónica que usted me hizo un par de días atrás quedando el asuntejo a medias tinto. Motivo por el cual paso a meterme en él, con su disculpa y sin más exordio.

   Conociendo que usted es hombre leído y escribido, sabrá tan bien como yo, del incidente con la bolsita bañera que vino a ocurrirle a la cariacontecida de doña Infelisa. De esto han hecho un ombú, cuando no pasa de semillita. Sí don Carlos, y no me mire de rabo de ojo con malicia: si usted compara el caso Skanska, la partija de tierras en el Calafate, la plata de Santa Cruz que se llevaron al exterior y otros muertos con más heder, convergerá conmigo para decir que, lo de la Infelisa, no es otra cosa que un vuelto.

   Sin embargo este pellejo tuvo su peso, y fue suficiente para darle la extremaunción y pasar a otra cosa. Pero lo de la bolsita, quede esto claro, es inexplicable, por más que lo haya reconocido su autora, quien arrastró de paso y arañazos mediante, a unos cuantos de los suyos a los abismos insondables do mora el temible averno.

   Y, como le cuento, la otra cosa que sucedió fue el nombramiento de Miguel Peirano en el puesto de Infelisa, pero sin la bolsita. Por lo que arduo trabajo le viene a este hombre que tendrá que buscarse otra y llenarla despacito o de golpe, según sea la forma de ahorrar que tenga. Toda esta gente es muy ahorrativa, ¿sabía usted eso? Y tienen la virtud de que les va muy bien cuando a la mayoría, incluida la Nación, les va muy mal. Dígame don Carlos si en esto no hay un toque original y de genialidad.

   Dos días después del desafuero apareció perorando el tal Peirano. Despachóse el cusifai sin pelos en la lengua, y por su boca me vine a enterar que es más progre que los progre, que es como decir progre al cuadrado. Pero sobre el pucho agregó que económicamente todo está bien y que seguirá profundizando en el modelo. Más aún don Carlos: hablaba este coso, como si estuviese por quedarse 18 años el puesto, por lo menos, cuando todo el mundo sabe que a esta administración no le quedan más de 4  meses y 10 días de vida. Es decir, en lugar de jugarla de parche, un piloto de tormentas, se aquerenció el mismo día que llegó y parece inamovible como el Marajá de Kapurtala. Por este asunto le hablé a Pergamino al genealogista doctor Anselmo Piccolini, requiriéndole me diga cuál es el origen del apellido Peirano, y me confesó que este es un apellido latino, el que originalmente habría sido Paraelano. El tiempo y el uso diario, lo habrían ido sometiendo a sucesivos apócopes y síntesis, hasta llegar a este que hoy se muestra. Enterado de esto, ya no tuve ninguna duda cual será nuestra dirección, sentido y destino, como personas, como Pueblo y como Patria.

   Ahora bien; como yo lo conozco mucho, usted me va a decir: no dé por el chancho más de lo que el chancho vale. No. Lo que yo le estoy diciendo es que le siento mal olor al chancho, que es bien distinto. Y si no me cree mire: al otro día, en el lanzamiento de la candidatura de doña Cristina, La Maestra Ciruela, ella dijo lo mismo que Peirano, palabras de más o de menos. Con mohines de tilinga y cabezazos a lo Chirolita, de un lado para el otro, como pato trancado con tripas, pero lo dijo. Ni que se hubiesen puesto de acuerdo. Y agregó que su esposo es un hombre excepcional, adjetivo con el que concuerdo plenamente. Santos Godino, el Petiso Orejudo, Chicho Grande y Chicho Chico, Lombiglia y Amoresano, Aramburu y Rojas,  Monseñor Pigna y Monseñor Vergagoglio, el Padre Puigjané, Gorriarán Merlo, la Yiya Aponte de Murano, el doctor Jekill, Santucho y Sarmiento, los Fernández y hasta el mismo Cuco, todos fueron hombres y mujeres excepcionales. Gracias a Dios, digo mientras tiemblo como una hoja. ¡Imagínese si estos hubiesen sido tipos comunes! Ya se habría extinguido el género humano de puro amasijarlos de a uno o por montones.

   La otra cuestión que se ha ido quedando en el tintero, fue el asunto del atentado a la AMIA, del cual se cumplieron 13 años. Seguramente usted querrá una opinión sobre el particular. Pero le digo que no, porque tal tarea me llevaría 18 páginas que yo escribiré para que usted no las lea y algún otro tampoco. Solamente le haré unas pequeñas observaciones que he meditado a la mañana mientras me hacía unas gárgaras con tachuelas.

   ¿Se fijó mi compadre, que cada vez va menos gente a este tipo de actos? En un ayer fueron multitudinarios y hoy me atrevería a decir que la concurrencia es discreta. Durante el desarrollo del acto, ni una invocación a Dios por el eterno descanso de aquellas almas martirizadas. Nada. Pero uno de los oradores rememoró a Menem, que es como dios, pero terreno. De él se acordó mal, por supuesto, haciéndolo responsable de la falta de investigación sobre aquella terrible violencia. Pero al mismo tiempo vino a mi desvencijada memoria que en aquellos tiempos el Presidente Menem tenía a los judíos sionistas y masones de Corach, como Ministro del Interior, y a Cohan, como Secretario General de la Presidencia. Que es como decir que el ancho de bastos y el siete de espadas del mazo estaban en poder de la estirpe hebrea. Pero de ellos no dijeron una palabra.

   También recuerdo, entre las volutas de humo de mi faso, que el Embajador de Israel en aquellos momentos trágicos fue Yazik Havirán, que andaba más malo que un manojo de ortigas, pero que terminó inmiscuido con don Menem por la radicación de unas 8 empresas israelíes, privilegiadas por el Estado, para hacer muy buenos negocios. Y el Presidente de la DAIA era Rubén Beraja, que habría sido el puente de unión para que estos dos amiguitos armasen sus correrías. Al poco tiempo don Rubén fue a dar a la fría mazmorra por la quiebra fraudulenta de un banco y de una financiera para la construcción de viviendas económicas. Hoy está en libertad, vaya uno a saber con qué argucia leguleya.

   No se escapan a mis remembranzas aquellas brigadas del Mosad judío, de la CIA y del FBI norteamericanos revolviendo entre medio de los escombros, mientras nuestra Policía Federal les hacía de espectadores. Hay numerosos testigos presentes que vieron a los agentes del Mosad llevándose elementos encontrados entre los cascotes. Algunos diarios se hicieron eco de este disparate, y los judíos se escudaron diciendo que aquellas eran pruebas que habrían de ser analizadas en Israel. Nunca más volvieron, ni los del Mosad ni las pruebas que dijeron haber encontrado con sus conclusiones para ser agregadas a la causa. Por lo que me he echado a pensar que un buen juez tendría que empezar por este lado con bisturí y serrucho.

   Como nunca falta un roto para un descosido salió alguien a decir que lo de la AMIA (sospechosamente lo de la Embajada de Israel no existe), fue un atentado contra la Soberanía Nacional. Una verdad ineluctable. Como lo fue el caso de Adolf Eichmann; el caso Satanosky; el caso de los hermanitos Todres (que empezó con el asunto de los Impala y terminó con la quiebra fraudulenta de 19 empresas); el caso de Salomón Trituk y la estafa al Banco Central en oro y joyas; de la estafa Nogoyá perpetrada por Isidoro Natanson que se fugó a Israel; de la estafa monumental en la Caja de Crédito de Villa Devoto cuyo presidente era León Grynwaig; de la estafa en la Cooperativa de Créditos Viamonte, cuyo presidente era Moisés Jakubowicz, y un etcétera de 32 casos más. Sí: fueron violaciones a nuestra soberanía y la candidez de nuestro Pueblo. De guantes blancos. Sin bombas ni estruendos. Así se debe hacer.

   El Colegio de Ingenieros de la República Argentina determinó luego de 6 meses de estudios que las explosiones de la Embajada y la AMIA provinieron del interior de estos edificios. Lo que concuerda con la versión de los testigos oculares que amerita la causa. ¿Qué guardaban los pacíficos hebreos en los sótanos de aquellos edificios?

Un abrazo don Carlos.

                                                     JUAN

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