EL PROBLEMA JUDÍO

   Por esto he aquí que yo envío a vosotros profetas, y sabios y doctores, y de ellos mataréis y crucificaréis, y de ellos azotaréis en vuestras sinagogas y los perseguiréis de ciudad en ciudad. Para que venga sobre vosotros toda la sangre inocente desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías, hijo de Barachías, al cual matasteis entre el templo y el altar.

(Mateo, 23, 24-35)

 

   ¡Pobres judíos! Vosotros atrajisteis una terrible maldición sobre vuestras cabezas al decir: "Su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos" y esa maldición, raza miserable, la lleváis hasta el día de hoy, y al Final de los Tiempos recibiréis el castigo de esa sangre inocente. ¡Oh, Jesús mío! ... Yo no seré obstinado como los judíos. ¡Yo te amaré, por siempre, por siempre, por siempre!

(San Alfonso María de Ligorio)

 

   El pueblo judío es un pueblo sagrado, elegido por Dios de entre todos los pueblos para cumplir la misión salvífica de la humanidad, cual es la de traernos en su carne al Redentor. Y este pueblo se ha hecho, en parte, infiel a su vocación, y por ello cumple en la humanidad la misión sagrada y diabólica de corromper y dominar a todos los pueblos.

P. Julio Meinvielle (Prólogo a la 3ª edición de

"El Judío en el Misterio de la Historia")

 

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