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MENSAJE VATICANO A LOS MUSULMANES
CON MOTIVO DEL RAMADAN
«Continuando por la senda del diálogo»

   CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 14 octubre 2005 (ZENIT.org).- Publicamos el mensaje que ha enviado el arzobispo Michael L. Fitzgerald, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, con motivo del mes de Ramadán.

«Continuando por la senda del diálogo»

   Queridos amigos:

   1. Con motivo de la fiesta anual fiesta del «Id al-Fitr» al final del mes de Ramadán, deseo dirigiros a todos vosotros, allí donde os encontréis, mis mejores auspicios de una festividad gozosa.

   2. Para el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso se ha convertido en una tradición enviar un mensaje a nuestros hermanos y hermanas musulmanes con motivo del final de Ramadán. Normalmente firma el mensaje el presidente del Consejo Pontificio. En 1991, en ocasión de la primera Guerra del Golfo, el mensaje de amistad fue firmado por Su Santidad el Papa Juan Pablo II. Afirmó la necesidad de «un diálogo sincero, profundo y constante entre creyentes católicos y creyentes musulmanes, del que pueda surgir un mayor conocimiento y confianza recíproca». Ciertamente estas palabras siguen siendo actuales.

   3. El 2 de abril de este año, el Papa Juan Pablo II concluyó su existencia terrena. Muchos musulmanes de todas las partes el mundo siguieron de cerca, con los católicos y los demás cristianos, las noticias sobre la última enfermedad y muerte del Papa, y delegaciones oficiales de musulmanes, jefes religiosos y políticos provenientes de muchos países, participaron en su funeral en la Plaza de San Pedro. Muchos apreciaron profundamente los esfuerzos constantes del Papa a favor de la paz. Un periodista musulmán, que había tenido la oportunidad de encontrarse personalmente con el Papa, escribió: «No exagero cuando digo que la muerte del Papa Juan Pablo II ha sido una gran pérdida para la Iglesia católica, para los cristianos en general y, en particular, para las relaciones islámico-cristianas. Sólo se puede compensar esta pérdida siguiendo sus huellas y continuando por el camino que trazó con fe y valentía en Asís, en 1986. Asís, donde descansan los restos de san Francisco, pionero, entre los católicos del diálogo islámico-cristiano».

   4. La fe en Dios y la confianza en la humanidad llevaban al difunto Papa a comprometerse en el diálogo. Siempre se acercaba a los hermanos y a las hermanas de todas las religiones con respeto y con el deseo de colaborar, tal y como pidió hacerlo el Concilio Vaticano II en la declaración «Nostra Aetate», cuyo cuadragésimo aniversario se celebra este año. Su compromiso, en este sentido, estaba verdaderamente arraigado en el Evangelio, siguiendo el ejemplo del Señor Jesucristo, que manifestaba su amor y su respeto por toda persona, incluso por quienes no pertenecían a su pueblo.

   5. Siguiendo la enseñanza del Concilio Vaticano II y continuando con el camino emprendido por el Papa Juan Pablo II, Su Santidad Benedicto XVI, al recibir a los representantes de otras religiones que habían participado en la celebración del inicio de su pontificado, afirmó: «Agradezco en particular la presencia entre nosotros de los miembros de la comunidad musulmana, y expreso mi aprecio por el progreso del diálogo entre musulmanes y cristianos, tanto a nivel local como internacional. Os aseguro que la Iglesia quiere seguir construyendo puentes de amistad con los seguidores de todas las religiones, para buscar el verdadero bien de cada persona y de la sociedad entera».

   Después, haciendo referencia a los conflictos, a la violencia y a las guerras presentes en el mundo, el Papa subrayó que cada quien tiene el deber, especialmente los que reconocen pertenecer a tradiciones religiosas, de trabajar por la paz y que «nuestros esfuerzos para encontrarnos y fomentar el diálogo son una valiosa contribución para construir la paz sobre fundamentos sólidos». El Papa Benedicto XVI concluyó diciendo: «Por tanto, es necesario entablar un diálogo auténtico y sincero, construido sobre el respeto a la dignidad de toda persona humana, creada, como los cristianos creemos firmemente, a imagen y semejanza de Dios (cf. Gn 1, 26-27)» (Cf. 25 de abril de 2005).

   6. Alentados por estas palabras del Papa, nos corresponde a nosotros reforzar nuestro empeño para construir buenas relaciones entre las personas de diferentes religiones, promover el diálogo cultural y trabajar juntos por una mayor justicia y una paz duradera. Demostremos, como cristianos y musulmanes, que podemos vivir juntos en una sincera fraternidad, tratando de cumplir siempre la voluntad de Dios misericordioso que ha creado la humanidad para que fuera una sola familia.

   Una vez más os expresó mis más fervientes augurios.

                                                                                      Arzobispo Michael L. Fitzgerald

                                                                                                            Presidente

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