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Los Sistemas del Cuerpo Humano y las Enfermedades

Anatomia Alfabetica
Anatomia: Los Sistemas del Cuerpo Humano y las Enfermedades

Sistema respiratorio

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SISTEMA REPRODUCTOR SISTEMA RESPIRATORIO SISTEMA URINARIO




Atlas deAnatomia Ordenada Alfabeticamente desde la A a la Z
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FECUNDACI-FUNCIONES FEMORAL-INMUNIDAD GANGLIOS-HIPOFISIS HIPOTALAMO-OMOPLATO
INMUNIDAD-FUNCIONAM OVARIOS-PULMONES PULMONAR-TARSO TEMPOPARIETAL-URETER
URETRA-VULVA.


Sistemas del Cuerpo Humano y Enfermedades
SISTEMA CARDIOVASCULAR SISTEMA ENDOCRINO SISTEMA INMUNITARIO
SISTEMA DIGESTIVO SISTEMA MUSCULAR SISTEMA NERVIOSO
SISTEMA REPRODUCTOR SISTEMA RESPIRATORIO SISTEMA OSEO
SISTEMA URINARIO



DESCRIPCIÓN SISTEMA RESPIRATORIO



Gracias al sistema respiratorio llevamos a cabo la función de la respiración, que, juntamente con la digestión y la circulación, se inserta dentro de la función general de la nutrición.



1.- VÍAS RESPIRATORIAS

En el sistema respiratorio podemos distinguir varios órganos: la laringe, la tráquea, los bronquios y los pulmones. Las vías respiratorias están constituidas por los conductos que llevan el aire desde el exterior hasta los pulmones. Estas vías de acceso además de conducir el aire, filtran las impurezas, y lo calientan y humedecen antes de que llegue a su destino. El aire que penetra a través de las fosas nasales llega a la faringe y por medio de la laringe llega a la tráquea. De ésta pasa a los bronquios y por fin a los pulmones. La laringe es un órgano en forma de tubo de cinco a siete centímetros de largo por tres o cuatro de ancho. Está formada por varios cartílagos; el tiroides y el bocado de Adán o nuez. La laringe comunica por su parte superior con la faringe y por su parte inferior con la tráquea. En su interior hay unos repliegues en número de cuatro; dos superiores y dos inferiores llamados cuerdas vocales. Las dos inferiores pueden vibrar a nuestra voluntad por el aire que sale de los pulmones, emitiendo sonidos, que son modificados en la boca y en las fosas nasales cuando hablamos. La laringe es, en consecuencia, el aparato fonador o productor de sonidos. La tráquea es el tubo que desciende por la línea media de cavidad torácica, por delante del esófago, desde la parte inferior de la laringe, con la cual está unida, hasta su bifurcación en los bronquios. El extremo inferior de la tráquea se divide en dos ramas, los bronquios, uno derecho y otro izquierdo. Cada bronquio se dirige a un pulmón. Los bronquios son tubos cilíndricos, algo más grueso el derecho que el izquierdo, que se dividen en ramas de menor diámetro y por fin en ramas finas, los bronquiolos. La misión de los bronquios y de los bronquiolos es conducir el aire desde la tráquea hasta los alvéolos pulmonares.



2.- LOS PULMONES

Los pulmones, derecho e izquierdo, están colocados en el tórax por encima del diafragma. En el pulmón derecho se distinguen tres partes o lóbulos y en el izquierdo, dos. En el interior de cada pulmón los bronquios se ramifican repetidas veces y, los bronquiolos, van a terminar cada uno en una vejiguita o infundíbulo, cuyas paredes están tapizadas por numerosas celdillas o alvéolos pulmonares. Alrededor de estos alvéolos se distribuye una red finísima de capilares arteriales y venosos procedentes de las arterias pulmonares. La pared del alvéolo es finísima y deja pasar el oxígeno del aire desde su interior a la sangre que circula por los capilares, y, asimismo, el anhídrido carbónico de la sangre pasa al aire alveolar. Alrededor de cada pulmón, envolviéndolo, hay un saco pleural formado por una doble membrana, las pleuras, una de ellas, la visceral, recubre y está íntimamente adherida al pulmón y la otra es la pleura parietal, adherida a la cavidad torácica.

Además del tejido específico que se ocupa del intercambio gaseoso, existe un tejido elástico disperso entre los alvéolos y en las paredes bronquiales, que aporta la propiedad de hacer muy elástico a la totalidad del tejido pulmonar de manera que cuando dilatan, tienen la facultad de encogerse para regresar después a su tamaño y forma original.



3.- PROCESO DE RESPIRACIÓN

Para que los pulmones se ventilen, es decir, para que el aire entre en su interior, realizamos dos clases de movimientos; inspiración y espiración, que se alternan rítmicamente a la frecuencia de catorce a veinte veces por minuto. Esto es lo que se conoce como el proceso de respiración.

Es importante entender claramente que la inspiración y la espiración no son simplemente dos aspectos de un proceso, sino fundamentalmente dos procesos distintos. La inspiración es un proceso activo dependiente de la actividad muscular, mientras que la espiración es un proceso pasivo absolutamente dependiente de la propiedad elástica de los músculos.

En la inspiración, el diafragma se contrae y acorta aplastándose y descendiendo. Con ello, aumenta el diámetro torácico superoinferior. Como la pleura parietal está unida al diafragma, desciende también y, debido a la fuerza de cohesión entre ambas hojas pleurales, la visceral sigue forzadamente el movimiento descendiente de la parietal. Finalmente, y a causa de que la visceral está íntimamente unida al pulmón, éstos se desplazan hacia abajo creando distensión en las fibras elásticas para así aumentar el volumen de los pulmones en sentido superoinferior. A medida que tal volumen aumenta, la presión del aire dentro de ellos disminuye, causando un gradiente de presión entre el aire del entorno y el de los pulmones. El aire entra precipitadamente en los pulmones para igualar la presión introduciendo en los alvéolos aire fresco rico en oxígeno y con bajo contenido en dióxido de carbono. La sangre de los capilares que rodean los alvéolos es la que procede del corazón derecho, adonde llega desde los tejidos y, por ello, tiene bajo contenido en oxígeno y abundante en dióxido de carbono. Esto supone que hay un gradiente de difusión para el oxígeno desde los alvéolos a la sangre de los capilares, y para el dióxido de carbono de la sangre de los capilares a los alvéolos. A este proceso se le conoce como intercambio de gases y es rápido (0,5 seg.) porque sólo puede tener lugar mientras la sangre está en el capilar.

Para espirar el aire de los pulmones, simplemente hay que dejar de inspirar. Ello sirve para frenar la contracción del diafragma dejando el pulmón elástico, que se había expandido durante la inspiración, libre para retroceder arrastrando consigo la hoja pleural interna. La pleura parietal sigue a la visceral y como está unida al diafragma vuelve a su posición original de cúpula, lista para iniciar de nuevo el proceso. Con la retracción elástica de los pulmones su volumen se reduce, elevándose la presión y estableciéndose un gradiente de presión de reserva inspiratoria que obliga al aire a volver el medio ambiente.