Diccionario Enciclopedico de los Dinosaurios, de los Reptiles  y las Eras Geologicas
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Patagosaurus



Patagosaurus: Significa reptil de la Patagonia. El nombre se debe a que ha sido encontrado en la Patagonia en, en Argentina, en América del Sur. Desde 1.977, se han descubierto allí cinco esqueletos incompletos de este animal. Era casi tan largo como tres elefantes seguidos. Tenía dientes como tachuelas y la cabeza pequeña, como su pariente cercano Dicraeosaurus. Probablemente pastaba entre los brotes de las copas de los árboles altos. Medía 18 metros de longitud. Vivió hace 150 millones de años, en el Cretácico superior

Pelicanimimus

Pelicanimimus: Significa imitador del pelícano. Era un ornitomímido o dinosaurio "imitador de aves". Los expertos suelen comparar los dinosaurios del grupo de los ornitomímidos con aves de la fauna actual, como el avestruz y el emú. El Pelicanimimus tenía una bolsa en la garganta, como los pelícanos actuales, de los que tomó su nombre. La bolsa no es el único rasgo curioso de este animal. Es además el ornitomímido más antiguo descubierto hasta la fecha. Apareció unos 60 millones de años, a principios del Cretácico, antes que el resto de los dinosaurios imitadores de aves que vivieron hacia el final de la Era de los Dinosaurios. Era extraordinario en otro sentido. Sus restos fósiles fueron encontrados en España, y es el primer dinosaurio imitador de aves hallado en Europa. La mayoría de los ornitomímidos se han descubierto en América del Norte. Los restos fósiles del Pelicanimimus encontrados indican que tenía una pequeña cresta en la cabeza. Los científicos descubrieron impresiones de su piel en las rocas que rodeaban los huesos fosilizados. Los expertos quedaron fascinados por la forma de la garganta. Después de estudiar las rocas atentamente, decidieron que el dinosaurio tenía en la garganta una bolsa parecida a la de los pelícanos actuales. Presentaba una diferencia importante respecto a otros dinosaurios imitadores a aves, como el Ornithomimus. Este dinosaurio tenía un pico sin dientes, mientras que las mandíbulas largas y estrechas del Pelicanimimus estaban erizadas de dientes. El hecho que los tuviera indicó a los expertos que era un ornitomímido bastante primitivo. Ningún fósil de dinosaurio imitador de aves, de finales del Cretácico, mucho después que el Pelicanimimus se extinguiera, tenía dientes en las mandíbulas. Los expertos no saben por qué evolucionaron los ornitomímidos perdiendo los dientes. Quizá se debió a que su dieta cambió y ya no necesitaban cazar o masticar la comida. ¿Qué y de qué manera comía este dinosaurio? Nadie lo sabe con seguridad, pero los expertos creen que se alimentara de pequeños animales. Quizás usara la bolsa de la garganta como el pelícano actual. Éste almacena pescado semidigerido en su bolsa, y así puede alimentar a sus crías más tarde. Los expertos no saben este dinosaurio comía pescado, pero es posible que usara la bolsa de la garganta como despensa. Los científicos piensan que se alimentaba de pequeños animales. Probablemente los atrapaba con sus garras afiladas y después los masticaba con sus hilera de dientes. La bolsa de la garganta podría servir para almacenar una pequeña reserva de alimentos. El Pelicanimimus tenía tres dedos con garras curvas en cada pata delantera. Posiblemente los usaba para sujetar con firmeza sus presas, o incluso para cavar en busca de comida. Medía 2 metros de longitud. Vivió hace unos 115 millones de años, a principios del período Cretácico, en España

Pelorosaurus: Significa reptil inmenso o monstruoso. Tenía la longitud de tres elefantes, desde el hocico hasta la cola. En todo el sur de Inglaterra se han encontrado fragmentos de este animal. Los primeros fósiles aparecieron en las canteras donde se descubrió el Iguanodon. A medida que aparecían fragmentos de este gran saurópodo, entre 1.850 y 2.900, fueron recibiendo distintos nombres. Al final, los expertos decidieron que todos pertenecían a este dinosaurio. Algunos científicos creen que tenía unas placas óseas insertadas en la piel, como los titanosáurido, un grupo posterior de los saurópodos. Los expertos creen que estaba emparentado con el Brachiosaurus, y tenía el cuello largo y delgado como una jirafa. El cuerpo descendía desde las paletillas hasta las caderas y terminaba en una cola puntiaguda. Caminaba sobre cuatro grandes patas acolchadas a diferencia de los lagartos y delgados miembros de las jirafas actuales. Era tan alto que podía alcanzar la cola de los árboles más altos. Pastaba entre ellos y desgajaba las hojas con sus dientes biselados. Uno de estos dinosaurios encontrado en la isla de Wight, es más largo que el dedo de una persona adulta. Medía 14 metros de longitud y 13 o 14 de alto. Vivió a finales del período Jurásico, en Inglaterra.

Pentaceratops

Pentaceratops: Significa rostro con cinco cuernos. Como queda demostrado en su nombre, tenía cinco cuernos, pero sólo tres eran cuernos propiamente dichos. Poseía un cuerno situado sobre el morro apuntando hacia arriba, era corto y rechoncho pero bastante afilado; mientras que los otros dos cuernos que estaban situados sobre los rebordes óseos de las órbitas de los ojos, uno en cada una, eran muy largos, gruesos al principio y afilados al final, dirigidos hacia el frente. Parece que los otros dos cuernos eran como púas gruesas implantadas en los carrillos, pero que realidad estaban situadas en las bases laterales de su larga placa ósea. Otros ceratópsidos presentaban también púas similares en los carrillos, aunque más pequeñas. Tenía una placa ósea muy decorativa en el cuello. Como sus parientes de placa ósea larga tenía grandes orificios o ventanas en el hueso de su placa del cuello. Las ventanas aligeraban el peso de la placa y la hacían más soportable. El borde lo jalonaba una hilera de protuberancias óseas muy vistosas. La placa en cuestión proporcionaba al este dinosaurio un atractivo más durante la estación de apareamiento, y el borde irregular probablemente le brindaba una defensa adicional contra los depredadores. Cuando bajaba la cabeza, la placa quedaba en posición vertical, y el animal parecía aún más amenazador. A veces, usaba la asombrosa placa ósea del cuello para advertir a otros dinosaurios. Una rótula articulada unía la cabeza al cuello, lo que le permitía moverla con gran facilidad. Mirar de frente al dinosaurio ya resultaba amenazador, pero cuando movía de lado a lado la gran placa ósea del cuello, tenía que ser realmente terrorífico. Cabeceando arriba y abajo y de lado a lado, probablemente ahuyentaba a todos sus rivales, excepto a los más osados. Si contendía con un congénere, probablemente entrelazaba los cuernos con los de su rival. Separando un poco las patas delanteras para aumentar su estabilidad, ambos dinosaurios empujaban y tiraban hasta que el más débil de rendía. Estaba bien dotado para enfrentarse a los grandes depredadores. Tenía unas patas musculosas muy fuertes, iguales a las de los rinocerontes actuales. Podía hundir los tres mortíferos cuernos de la frente y del hocico en el blando vientre de un Carnosaurio, mucho más corpulento, e infligirle heridas profundas e incluso mortales. Tenía un estómago de gran capacidad, sostenido por fuertes costillas. Pastaba entre las plantas bajas, metiendo su larga cabeza entre el follaje. Con el afilado pico óseo, partía frondas de palmera de tallo largo. Utilizaba la lengua y los carrillos para empujar el alimento vegetal contra los dientes una y otra vez, hasta que quedaba bien molido y podía digerirlo con

 

 

facilidad. Todos sus fósiles han aparecido en La Cuenca de San Juan, en Nuevo México, EE.UU. Pudo alcanzar los 7 metros de largo, los 3 de alto y de peso 3 toneladas y media. Vivió hace 75 millones de años, durante finales del período Cretácico

Phyllodon

Phyllodon: Significa diente de hoja. Este minúsculo dinosaurio probablemente era capaz de correr con bastante rapidez sobre sus patas traseras. Tenía una larga cola rígida que le ayudaba a mantener el equilibrio durante la carrera. Sus fuertes mandíbulas tenían varias hileras de dientes en los carrillos. Medía menos de un metro. Vivió hace 150 millones de años, a finales del período Jurásico, en el Centro de Portugal.

Piatnitzkysaurus

Piatnitzkysaurus: Significa reptil de Piatnitzky. Debe su nombre a un buscador de fósiles llamado así. Hace millones de años, un grupo de saurópodos pastaba junto a un río de América del Sur. El Patagosaurus era un herbívoro de movimientos lentos que dependía de su gran tamaño para defenderse. De pronto, aparece un feroz depredador, este dinosaurio. Los fósiles de ocho adultos y una cría de Patagosaurus junto a los restos de este carnívoro se encontraron en Cerro Cóndor, Argentina. Es posible que el Piatnitzkysaurus fuera el responsable de la muerte de estos enormes y pesados herbívoros. Se parecía a una versión más pequeña del terrorífico Allosaurus. Aunque su tamaño era la mitad del de este dinosaurio norteamericano, seguía siendo una amenaza para sus vecinos herbívoros. Alcanzaba la longitud de un elefante pequeño y doblaba en altura a una persona adulta. Se precipitaba sobre su víctima con sus enormes mandíbulas abiertas de par en par. Probablemente sorprendía a su presa con su gran velocidad y le clavaba los agudos dientes en la gruesa piel de la víctima. El impacto debía de ser tremendo. Tenía el cuello grueso y musculoso que le ayudaba a amortiguar el impacto del choque. Aunque grande, su cabeza de 1 metro de largo era bastante ligera. Unos amplios huecos o ventanas en los huesos del cráneo reducían el peso de la cabeza, y el dinosaurio podía moverla de lado a lado fácilmente para otear el horizonte buscando su próxima víctima. Probablemente corría con bastante rapidez. Sus patas posteriores tenían potentes músculos y su fuerte cola acabada en punta se mantenía alejada del suelo para equilibrarse. Se afianzaba al terreno gracias a tres de las cuatro garras de sus patas posteriores. La cuarta garra no tocaba el suelo. En contraste con estas musculosas patas traseras, las delanteras eran muy pequeñas y terminaban en tres dedos provistos de garras. Cuando sujetaba a su víctima con sus fuertes mandíbulas, las garras de sus patas desgarraban la carne de la presa hasta que estaba demasiado débil para seguir resistiéndose. Medía de 4 a 6 metros de largo. Vivió hace 160 millones de años, a mediados del período Jurásico, en el norte de Argentina, América del Sur

Phuwiangosaurus

Phuwiangosaurus: Nombre que se dio en 1993 cuando se encontraron en Tailandia varios esqueletos de cría de saurópodo. Medían 2 metros de longitud y 50 centímetros de altura.

Piatnitzkysaurus

Piatnitzkysaurus: Significa reptil de Piatnitzky. Debe su nombre a un buscador de fósiles llamado así. Hace millones de años, un grupo de saurópodos pastaba junto a un río de América del Sur. El Patagosaurus era un herbívoro de movimientos lentos que dependía de su gran tamaño para defenderse. De pronto, aparece un feroz depredador, este dinosaurio. Los fósiles de ocho adultos y una cría de Patagosaurus junto a los restos de este carnívoro se encontraron en Cerro Cóndor, Argentina. Es posible que el Piatnitzkysaurus fuera el responsable de la muerte de estos enormes y pesados herbívoros. Se parecía a una versión más pequeña del terrorífico Allosaurus. Aunque su tamaño era la mitad del de este dinosaurio norteamericano, seguía siendo una amenaza para sus vecinos herbívoros. Alcanzaba la longitud de un elefante pequeño y doblaba en altura a una persona adulta. Se precipitaba sobre su víctima con sus enormes mandíbulas abiertas de par en par. Probablemente sorprendía a su presa con su gran velocidad y le clavaba los agudos dientes en la gruesa piel de la víctima. El impacto debía de ser tremendo. Tenía el cuello grueso y musculoso que le ayudaba a amortiguar el impacto del choque. Aunque grande, su cabeza de 1 metro de largo era bastante ligera. Unos amplios huecos o ventanas en los huesos del cráneo reducían el peso de la cabeza, y el dinosaurio podía moverla de lado a lado fácilmente para otear el horizonte buscando su próxima víctima. Probablemente corría con bastante rapidez. Sus patas posteriores tenían potentes músculos y su fuerte cola acabada en punta se mantenía alejada del suelo para equilibrarse. Se afianzaba al terreno gracias a tres de las cuatro garras de sus patas posteriores. La cuarta garra no tocaba el suelo. En contraste con estas musculosas patas traseras, las delanteras eran muy pequeñas y terminaban en tres dedos provistos de garras. Cuando sujetaba a su víctima con sus fuertes mandíbulas, las garras de sus patas desgarraban la carne de la presa hasta que estaba demasiado débil para seguir resistiéndose. Medía de 4 a 6 metros de largo. Vivió hace 160 millones de años, a mediados del período Jurásico, en el norte de Argentina, América del Sur.


Pinacosaurus

Descripción: Desde el cráneo hasta la punta de la cola, estaba totalmente protegido de los enemigos. Su lomo estaba cubierto por un escudo de púas óseas. Tenía la longitud de un cocodrilo del Nilo y avanzaba ágilmente a cuatro patas. Tenía el cráneo muy duro. Cuando nacemos, los huesos de nuestro cráneo presentan pequeñas aberturas entre ellos. Estos huesos se van acercando unos a otros a medida que crecemos. Los expertos que estudiaban el cráneo de un joven dinosaurio como éste descubrieron que las placas óseas de su cráneo también estaban separadas. A medida que el dinosaurio crecía, las placas se fusionaban. En el interior del hocico había muchos huesos curvos y finos que en conjunto discurrían formando una S. Estos conductos nasales estaban cubiertos por membranas que probablemente le ayudaban a respirar mejor, calentando, filtrando y humedeciendo el aire. Los grandes tiranosáuridos bípedos no eran rival para el tenaz dinosaurio. Aunque mucho más pequeño, este dinosaurio acorazado tenía un arma mortal; un golpe lateras con la pesada maza de su cola podía derribar fácilmente al atacante más peligroso. Si conseguía romperle una pata o una cadera al depredador, a éste le era imposible volver a incorporarse. Cuando el vencedor se retiraba tras la batalla, su enemigo permanecía tumbado, indefenso a merced del primer carnívoro que pasara. La maza de la cola estaba hecha de huesos soldados. Era dura y pesada como un gran pedrusco. Necesitaba unos fuertes músculos en la cola para levantar la maza y blandirla de lado a lado. Unos largos y poderosos músculos se extendían desde las caderas y patas del dinosaurio para sostener la cola y hacerla flexible. Tenía defensas tan formidables, que sólo los depredadores más hambrientos osarían atacarlo. Los expertos creen que la única manera de vencer a un Anquilosáurido era tumbarlo patas arriba y morderle el vientre desprotegido. El problema del carnívoro era cómo acercarse lo suficiente al dinosaurio para conseguirlo. Tenía un cráneo corto, de unos 57 centímetros de longitud, y grueso que se curvaba hacia abajo hasta formar un pico de loro sin dientes. En el interior de la boca tenía hileras de dientes pequeños y débiles que condicionaban su dieta. Probablemente evitaba los tallos duros y las agujas de pino y, en cambio, ingería los blandos y bajos helechos fáciles de masticar. Comparado con algunos de sus parientes era bastante pequeño. Su delgado cuerpo estaba cubierto por franjas de protuberancias óseas que se iban haciendo más pequeñas en dirección a la cola. A pesar de esta armadura, era bastante ágil para su tamaño. Cuando caminaba sobre sus cuatro robustas patas, rematadas por delicados dedos, tenía razones para sentirse seguro

Patagosaurus-Pinacosaurus