Primer Museo Virtual de la Arquería en la Argentina

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San Sebastían

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Patrono de los Arqueros, los Deportistas y los Militares

Fuente: Santos de leyenda - Leyendas de Santos - José Sendín Blazquez

Biblioteca de Autores Cristianos - Madrid - 2000

San Sebastián - 20 de enero

Es otro santo de museo. Desde el Renacimiento puso de moda los desnudos y la naturaleza, el mártir Sebastián se convierte en motivo predilecto para pintores y artistas.

sseba9.jpg (28569 bytes)Pero su popularidad se debe a otras circunstancias, que calan mucho más en el misterio y la vida del Santo. Es su martirio -o mejor, su doble martirio- un caso muy poco frecuente en el martirologio de la Iglesia.

Por eso unido a San Fabián, un Papa y un soldado formarán la pareja por antonomasia del martirio. 

A ellos se les reconoce entre el pueblo simplemente con el nombre de "Los Mártires".sseba2.jpg (17036 bytes)

La mayoría, y son muchos los poblados y ciudades que los celebran, se fijan preferentemente en el soldado: San Sebastián. La Reconquista en España necesitaba de soldados al estilo de héroes sacrificados y voluntariosos, como el mártir sacrificado y voluntarioso de Roma. Será, precisamente, durante la Reconquista cuando empiece a sonar fuerte su nombre entre nosotros (España: Nota del Web Master), al que además se le pide protección contra la peste:

"Sin duda que el motivo más profundo de tal predilección hay que buscarlo en la célebre protección del Santo sobre los casos de peste, los cuales, sobre todo en la Edad Media, constituían uno de los más graves problemas sociales. San Sebastián peleaba desde los cielos contra la peste, era el eterno soldado, sirviendo siempre en vanguardia. Los pueblos todos de la vieja Europa ponían la imagen del Santo a la puerta de sus ciudades y en las hornacinas de sus templos"

Pocos santos, en efecto, han sido tan celebrados desde su martirio con la munificencia de San Sebastián. Pocos, de esa misma época, pueden presumir de tan abundante bibliografía. Por eso su vida nos es fácilmente conocida. (Nota del Web Master: En Argentina es muy difícil encontrar bibliografía al respecto)

Según San Ambrosio, nació en Milán. Marchó después a Roma, donde se recrudecía la persecución contra los cristianos.

Ingresa como soldado el año 269. Enseguida consiguió tal estima de los emperadores Diocleciano y Maximiano, que le confiaron el mando de la primera cohorte y le agregaron a su consejo de militares.

Tan privilegiada situación supo aprovecharla para confortar a los cristianos que van a padecer martirio. Precisamente el Papa San Cayo lo distingue con el honroso título de "Defensor Ecclesiae" (Defensor de la Iglesia).

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Entre los favorecidos hay que señalar algunos nombres muy concretos:

Los santos Marcos y Marceliano, prisioneros en casa de Nicóstrato.

El propio Nicóstrato y su mujer, Zoe, a la que había devuelto el habla después de seis años de mudez.

En la misma casa convierte al comentarista Claudio y a sus dos hijas.

A Tranqulino y Marcia, padres de Marcos y Marceliano, junto a seis amigos que frecuentaban su compañía.

Por supuesto que fueron muchos más. Una situación demasiado pública que llegó a oídos del emperador, quien, irritado, manda que muera asaeteado el militar en quien había depositado su confianza.

sseba4.jpg (67969 bytes)Unos expertos arqueros mauritanos lo atan a un árbol y disparan contra él hasta contemplar derrumbado el cuerpo, que juzgan muerto.

Una piadosa mujer, llamada Irene, acude por la noche a recoger el cadáver de San Sebastián y, sorprendida, contempla que aún se halla vivo.

Lo lleva a su casa y allí lo cura hasta sanar de sus heridas. Una recuperación que juzgan milagrosa, no sólo por lo extremado de la situación, sino también por la rapidez con que se consigue.

Lejos de huir, Sebastián, ya recuperado, se presenta delante de su propio verdugo, Dioclesiano, en la gradería del tempo de Heliogábalo (en el Palatino). El emperador lo contempla atónito y además atrevido, pues le tiene que oír como le increpa para que deje el culto a los dioses falsos:

-Eres tú aquel mismo Sebastián a quien yo mandé quitar la vida condenándole a que fuera asaeteado?

-Si señor. Soy el mismo Sebastián. Mi Señor Jesucristo me conservó la vida, para que en presencia de todo este pueblo viniese a dar un público testimonio de la impiedad y de la injusticia que cometéis, persiguiendo con tanto furor a los cristianos.

-Apaleadlo en mi presencia hasta que muera.

-Es posible, señor, que eternamente os habéis de dejar engañar de los artificios y de las calumnias que perpetuamente se están inventando contra los pobres cristianos? Tan lejos están, gran príncipe, de ser enemigos del estado, que no tenéis otros vasallos más fieles y que gracias a sus oraciones sois deudor de todas vuestras prosperidades.

Irritado, repite su mandato: Que sea apaleado hasta expirar, allí mismo, en su presencia, para poder certificar ahora su muerte.

Así fue en efecto. "Ofreció su vida al Señor, en manos de los sayones de Dioclesiano, en el hipódromo del palacio imperial, en el sitio donde hoy se halla la iglesia llamada "San Sebastiano alla Polveriera", o también Santa María en Pallara""

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No conforme con su maldad, da órdenes de que el cadáver del dos veces mártir sea arrojado a la cloaca máxima, con el fin de no dar opción a los cristianos que intentarían venerar su cuerpo.

Quiso la Providencia, más que la suerte, que, al arrojar el cadaver en un lugar tan pestilencial, quedara trabado de un clavo. (Es la circunstancia donde se fija el pueblo para incocarlo como protector contra la peste).

A esa misma hora el Santo se aparecía a Lucina, matrona muy religiosa, señalando el lugar y el modo en que se hallaba su cuerpo. Más aún, "después de recogerlo, debía llevarlo a las Catacumbas y sepultarlo en el comienzo de la cripta, junto a las reliquias de los Apóstoles".

Lucina cumplió las órdenes recibidas desde el cielo y colocó el cuerpo de Sebastián en un sepulcro de mármoles, con una lápida que ahora se halla expuesta en el Museo Lateranense. Eran los años del pontificado de Inocencio I.

La veneración a tan insigne mártir prendió con rapidez entre los cristianos, que no se conforman con recordarlo para si mismos, sino que escriben de él en abundancia para que lo conozcan las generaciones futuras.

Conservamos sus hechos en el "Códice Bernense". San Ambrosio lo recuerda con gran veneración. Lo mismo hace el Papa San Gregorio magno, quien ya le había dedicado iglesias en Etruria y Umbría.

La popularidad fue de tal calibre que la posesión de su cuerpo ha sido disputada y el sepulcro abierto en diversas ocasiones:

La primera en tiempos del Papa Inocencio I, el año 402.

La segunda vez en el pontificado de Adriano I, en el 772.sseba11.jpg (20188 bytes)

Por tercera vez en el pontificado de Eugenio, 826, cuando sus reliquias fueron trasladadas a la abadía de San Medardo (Soissons, Francia).

En el nuevo traslado a un sepulcro de mármol con Honorio III, el año 1216.

Finalmente, en tiempo del cardenal Escipión Borghese, siglo XVII, al lugar definitivo donde hoy se venera.

Pero quienes le han demostrado especial fervor son los pintores y escultores. Innumerables. Podemos citar a Tiepolo, Jordaens, Espinosa, Zurbarán, Murillo, Carreño de Miranda y Ribera, que tienen sus obras en el Museo del Prado. En el extrajero: Correggio, Lorenzo Costa, Mantegna, Rubens, Pinturichio, El Greco, Antonio Moro, Guido Reni, Vannucci, Borgognone, etc.

La primera representación la encontramos ya en el 680, en un mosaico que representa al Santo en traje de palacio y que se halla en la iglesia de San Pedro ad Víncula.

El pueblo cristiano lleva siglos invocándolo contra la peste. Se considera milagrosa su intervención en dos casos. El de la peste del 680 en Roma y la de Milán de 1575.

En España funcionan coplas populares que se repiten de pueblo en pueblo y de iglesia en iglesia:

sseba1.jpg (75472 bytes)Glorioso San Sebastián,
insigne mártir de Cristo,
pedid al Señor nos libre
de la peste y sus peligros.

Por supuesto, son incontables los pueblos que celebran su fiesta con el canto de romances, ramos, coplas y gozos, donde con envidiable candor se recuerdan los méritos de su vida y se le reclama como protector.

A los veinte de enero
cuando más hiera, 
sale un capitán fuerte
a poner bandera.

Por los campos de Italia
va un capitán
y por nombre le ponen 
San Sebastián.

San Sebastián valeroso
siempre fue invicto
y por divisa lleva
la fe de Cristo

Una mujer piadosa
llamada Irene
le recogió en su casa
y allí le tiene.

Todo su cuerpo tiene
hecho una llaga
y una mujer piadosa
se la curaba

San Sebastián valeroso,
fuerte soldado
que a las cortes del cielo
fuiste llamado.

A un tronco le amarraron
y allí le dieron
la muerte con saetas,
verdugos fueron.

A los veinte de enero
florece un lirio
cubierto de saetas
fue su martirio.

Vivan los mayordomos!
Canten victoria,
el que sirve a los santos
sube a la Gloria.

Para el pueblo del Torno
que pediremos?
Que Sebastián bendito
le lleve al cielo.

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Frente a este alegre ritmo de seguidillas encontramos otras con indudable resonancias bélicas, la otra faceta en la que el Santo fue invocado:

Sebastián valeroso
bajó del Cielo
a defender a la patria
y a todo el pueblo

En la guerra de Cuba
te presentaste
con la espada en la mano
la acción ganaste.

A la guerra, a la guerra
y el arma al arma!
Sebastián valeroso
venció batallas.

A los veinte de enero
cuando más hiela
sale un capitán fuerte
a jurar bandera.

Al final, y como complemento, decimos unas palabras sobre las catacumbas que llevan el nombre de San Sebastián.

Se hallan a poco más de dos kilómetros de las antiguas murallas de Roma.sseba6.jpg (26941 bytes)

Allí, con la paz de Constantino, se levantó una pequeña iglesia subterránea en el lugar de la tumba del santo.

Casi al mismo tiempo se levantó "otra basílica de mayores proporciones, dedicada a San Pedro y San Pablo, pues desde el siglo anterior se venía dando culto a los dos apóstoles en aquella misma catacumba. Esta basílica cambió de nombre en el siglo IX y lleva desde entonces el del mártir Sebastián. Para el visitante de hoy la iglesia ofrece un aspecto moderno, pero debajo de las molduras y estucos barrocos está la estructura romana del siglo IV.

La estatua de San Sebastián, que preside el altar, obra de Giogetti, es muy venerada por el pueblo romano. Cerca del lugar del martirio, en el Palatino, hay otra iglesia dedicada al santo mártir"

(Las citas son de LLanos, Croiset, Enciclopedia Espasa, Sendin, la Región Serrana, y Año cristiano (BAC))

Los párrafos transcriptos de estas obras religiosas, solo tienen por objeto que puedas ver cuan ampliamente ha incidido la arquería no solo en la literatura universal, sino también en las costumbres, el lenguaje, la historia, el arte y la cultura en general.

El otro objetivo, es que leyendo los párrafos que tengan que ver con la arquería se pueda despertar tu interés en la lectura de estas obras. Si tienes recursos adquiriendo la obra completa en una buena versión para adultos. Si tienes menos posibilidades, visitando una buena biblioteca.